
Las tensiones no cesan en la Casa Real británica. A las sucesivas polémicas que rodean al Príncipe Andrés y su salida de Royal Lodge se suma ahora una cuestión que, aunque parezca menor, ha despertado una oleada de curiosidad entre los que leen día a día los titulares de la Casa Real, sobre todo los que siguieron de cerca el amor de la Reina Isabel II por los animales.
Como sabemos, la monarca ha tenido verdadera admiración por los animales, en especial la hemos podido ver en multitud de ocasiones con caballos y perros. El primero de ellos fue un Corgi llamado Dookie, y después, en 1944 recibió a sus 18 años el mejor regalo de su padre el Rey Jorge VI, una perrita llamada Susan.
Tras ella, tuvo una larga saga de hasta 30 perros, la mayoría descendientes de esta, que cuenta con una lápida conmemorativa en Sandringham. Sin embargo, en 2018, tras la muerte del último, no quiso tener más, decisión que no duró demasiado ya que el Príncipe Andrés le regaló dos cachorros, Muick y Sandy, poco antes de la muerte de Felipe de Edimburgo. Son los que antes de su fallecimiento en 2022, la monarca dejó en manos del Príncipe Andrés y Sarah Ferguson
En los últimos días las polémica se ha intensificado, provocando la inminente salida del Príncipe Andrés y Sarah Ferguson del Royal Lodge, como bien explicaban en el comunicado Carlos III:
"Su Majestad ha iniciado hoy un procedimiento formal para retirar el tratamiento, los títulos y honores al príncipe Andrés. El príncipe Andrés será ahora conocido como Andrew Mountbatten-Windsor. Su contrato de arrendamiento en Royal Lodge le ha proporcionado, hasta la fecha, protección legal para continuar en la residencia. Se ha enviado una notificación formal para rescindir el contrato y él se mudará a un alojamiento alternativo. Estas medidas son consideradas necesarias, sin ignorar el hecho de que continúa negando las alegaciones contra él. Sus Majestades desean aclarar que sus pensamientos y solidaridad han estado siempre y seguirán estando con las víctimas y supervivientes de cualquier tipo de abuso".
Esto ha dado lugar a un debate público sobre el futuro de los canes. Ha llegado tan lejos que hasta el Palacio de Buckingham tuvo que intervenir. En declaraciones a The Independent, la Casa Real aseguró que "los corgis permanecerán con la familia", aunque sin precisar con quién exactamente. La falta de detalles ha encendido las especulaciones: ¿continuarán bajo el cuidado conjunto de Andrés y Sarah, o serán confiados a alguna de sus hijas, las princesas Beatriz o Eugenia?
La prensa británica apunta a que la expareja podría, esta vez, tomar caminos distintos tras años compartiendo techo en Windsor a pesar de su divorcio. De confirmarse, el destino de los perros se decidiría entre ambos, aunque todo parece indicar que Sarah Ferguson es la favorita para quedarse con ellos.
La duquesa, muy activa en redes sociales, ha mostrado en varias ocasiones su cariño por los animales. El pasado septiembre rindió homenaje a la Reina Isabel compartiendo una imagen de Muick y Sandy, acompañada de un mensaje emotivo: "Cuidar de los queridos corgis de Su Majestad es un honor y un recordatorio diario de los momentos que compartimos".
Mientras la familia real reorganiza residencias y responsabilidades, lo único seguro es que los perros seguirán siendo parte de la historia viva del legado de Isabel II.



