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Acusan de delito de odio a "Soy Una Pringada" por animar a pegar a hombres y ancianos: "Algo habrán hecho"

El humor negro y provocador de Soy Una Pringada genera debate sobre los límites de la sátira en Las Moderadoras.

El humor negro y provocador de Soy Una Pringada genera debate sobre los límites de la sátira en Las Moderadoras.
Gtres

Un espectador ha levantado preocupación sobre el contenido de Soy Una Pringada, personaje interpretado por Estíbaliz Quesada Ruiz. La creadora siempre se ha caracterizado por su humor negro y satírico que busca la provocación. En el programa Las Moderadoras, que presenta junto a Yenesi, reaccionan a comentarios y analizan cultura pop, derivando en conversaciones absurdas. Hace unos meses, Soy Una Pringada hizo bromas sobre agredir físicamente a hombres, incluyendo padres o abuelos, bajo la premisa de que "algo habrán hecho".

El clip, que en su momento fue viral, ha vuelto a resurgir en redes, acompañado de un comentario que denuncia que este tipo de expresiones podrían interpretarse como un posible delito de odio si se tomaran de manera literal.

Pegar a los hombres porque "algo habrán hecho"

En el episodio 51 de Las Moderadoras, las cosas se calientan en la oficina. El Jefazo envía un mensaje a sus trabajadoras celebrando la "ambición" de Soy Una Pringada, insinuando que podría dominar el mundo si quisiera. Además, les lanza una pregunta que desata el caos: si hubiese que formar una liga del mal para gobernar la sociedad, ¿a quién elegirían y qué papel ocuparía cada uno? A partir de ahí, Soy Una Pringada toma el control. Sin dudarlo, afirma que ella misma sería la líder absoluta: "si creo una secta, mando yo", comenta entre risas, recordando que confiar demasiado en otros puede acabar en traiciones "al estilo Julio César". Entre bromas y exageraciones tan propias del programa, asegura que el poder la corrompería en cuestión de segundos.

Yenesi, por su parte, la sigue el juego mientras ambas llevan la conversación a niveles cada vez más disparatados, mezclando humor negro, referencias históricas y confesiones exageradas para mantener el tono provocador que caracteriza al show: "¿Has pegado con una fusta algún hombre alguna vez en la cama?". "No, con mi puño", aseguraba, diciendo que también ha dado patadas. Yenesi le da la posibilidad de hacerlo en un entorno deportivo o virtual, sin embargo Soy una Pringada señala que "así no hace gracia" y tiene que ser "donde no esté bien pegar a la gente".

"Pegar a un hombre está bien, nunca está mal, porque algo habrá hecho en su vida y si no ha hecho nada, su padre algo habrá hecho, si no es su abuelo, y si no es su bisabuelo", señala lo que parece ser convincente. "Algún pecado habrá que cobrarse por ahí", decía con su ironía poco entendible. Lanzando un mensaje claro a los espectadores con su humor: "Entonces, pegad a todos los hombres que podáis".

Todo termina en un crescendo absurdo que solo puede ocurrir en Las Moderadoras: fantasías de villanas, luchas imaginarias y un ritmo cómico. Sin embargo, esta confesión ha sido objeto de debate y señalado como un discurso que incita al odio.

Un formato irreverente y satírico

Es que el programa que mezcla humor, tertulia y sketches dentro de una estética de oficina desquiciada, con exageración, ironía y provocación como señas de identidad recurriendo a bromas exageradas y humor negro, su tono, a menudo cercano a la dejadez característica de Soy Una Pringada, puede dificultar que las bromas sean entendibles para la mayoría. Esta falta de claridad puede difuminar la línea entre comedia y realidad, e incluso dar lugar a interpretaciones inapropiadas si no se percibe el contexto satírico.

El programa mezcla humor, tertulia y sketches dentro de una estética de oficina desquiciada, recurriendo a exageración, ironía y provocación como señas de identidad. Sin embargo, aunque las bromas exageradas y el humor negro son parte de su estilo, el tono, a menudo cercano a la dejadez característica de Soy Una Pringada, puede dificultar que las bromas sean entendibles para la mayoría. Y si ya es recurrente que los clips den lugar a malentendidos, este tipo de afirmaciones provocan mayor desconcierto. Esta falta de claridad puede difuminar la línea entre comedia y realidad e incluso dar lugar a interpretaciones inapropiadas si no se percibe el contexto satírico.

Gran parte de las personas que no consumen el contenido de Soy Una Pringada señalan la necesidad de cuidar lo que se comparte como persona influyente con gran número de seguidores, así como el valor de la responsabilidad delante y detrás de la pantalla. El programa se nutre de la incorrección y del choque deliberado, pero para que funcione de "forma correcta", el humor debería poder ser comprendido y apreciado por su público, y "no depender únicamente de la provocación constante". Algunos llegan a compartir el Artículo 18 del Código Penal sobre la provocación y la apología del delito en los medios.

Aunque los seguidores del programa han defendido que se trata de una "performance constante" o "sarcasmo" y que se debe escuchar el podcast completo para no "sacar sus palabras de contexto".

Y tú, ¿qué opinas sobre este tipo de "humor"?

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