
La Navidad ya se siente en los hogares españoles con la llegada del árbol y el Belén, dos tradiciones que invitan a compartir momentos en familia al son de la música navideña. Aunque los más ‘Grinch’ no sean fans de estas fechas, estas costumbres llevan cientos de años celebrándose, remontándose según la leyenda al siglo VIII.
En sus orígenes, el árbol se adornaba con velas que representaban la luz de Jesucristo y con manzanas que simbolizaban el pecado y las tentaciones. Con el paso del tiempo, estas decoraciones han evolucionado: las velas fueron sustituidas por luces y las manzanas por bolas, guirnaldas y otros adornos, que pueden ser reutilizables año tras año o cambiados cada festividad por los más exigentes.
El significado de los adornos del árbol
El Árbol de Navidad simboliza la vida, el universo y el amor de Dios, siendo una tradición cristiana para celebrar el nacimiento del niño Jesús. Cada adorno tiene su propio significado:
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Bolas de colores: representan los dones de Dios hacia los hombres y a menudo generan debate familiar sobre su colocación.
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La estrella: guía a los creyentes en la fe, al igual que en la tradición que conduce a los Reyes Magos de Oriente.
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Guirnaldas: simbolizan la unión familiar, rodeando el abeto como un abrazo.
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El color del árbol: refleja la vida.
Es costumbre montar el árbol el 8 de diciembre, día de la Inmaculada Concepción, fecha en la que fue concebida la Virgen María.
Cómo decorar el árbol de Navidad
Elegir un lugar acogedor es el primer paso para crear un rincón navideño que invite a la familia a reunirse. Hay que tener en cuenta el tamaño del árbol y ubicarlo alejado de fuentes de calor para no dañar las ramas. Abrir bien cada rama ayudará a que el árbol luzca frondoso y armonioso.
Aunque el rojo y el dorado siguen siendo los colores clásicos de la Navidad, cada vez más personas optan por tonos originales y atrevidos para aportar personalidad al árbol. Las luces pueden ser de un único color o combinadas, colocándolas de abajo hacia arriba y también entre las ramas para lograr una iluminación uniforme.
El momento más divertido llega al colgar los adornos, idealmente con los más pequeños. Se recomienda distribuirlos de forma homogénea para evitar disputas, combinando materiales como cristal, madera o tela. Entre los adornos más típicos se incluyen ángeles, piñas, campanas, lazos, guirnaldas, bolas y, por supuesto, la estrella en la punta del árbol. Los adornos más pesados se colocan en el interior de las ramas y los más ligeros en el exterior. No olvides cubrir la base con una capa, una cesta de mimbre o una maceta decorativa.
Y así, con la estrella en la cima, el árbol de Navidad estará listo para llenar el hogar de luz, color y espíritu navideño.



