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Receta: mousse de café

En LD tenemos la receta más dulce y jugosa para acabar una comida estupendamente. ¿Te gusta el café pero no te apetece beber? Toma nota de este mousse

En LD tenemos la receta más dulce y jugosa para acabar una comida estupendamente. ¿Te gusta el café pero no te apetece beber? Toma nota de este mousse
Mousse de café. | Flickr/CC/Premshree Pillai

El café es una de las bebidas más consumidas del mundo, además de ser una costumbre social, la de tomarlo en compañía, muy extendida y aceptada. Delante de un buen café pueden surgir las mejores ideas y frente a esta mousse todo cobrará un nuevo sentido. Toma nota de esta receta de mousse de café, es muy sencilla y te permitirá crear un dulce que gustará muchísimo.

Esta variante sobre la mousse de chocolate incorpora café de dos formas pero queriendo se puede usar sólo el café instantáneo. El chocolate negro refuerza y suaviza a la vez el tono tostado del café. Sin duda, se trata de un postre sencillo y rápido para terminar una buena comida. Esta mousse es muy rápida de preparar y lleva pocos ingredientes, un postre para asombrar a vuestros invitados.

La mousse de café sin gelatina que presento queda muy cremosa, se toma bastante fría y se acompaña con un poco de cacao en polvo que le da un rico toque, de manera que tiene un sabor parecido al tiramisú. En Libertad Digital siempre buscamos recetas acordes al tiempo que nos acompaña y, dado que parece que se acerca el calor, vamos a empezar a tener recetas fresquitas. Qué mejor que empezar por un postre, no olvides coger papel y bolígrafo para no perderte detalle.

Ingredientes:

  • 80gr de queso fresco
  • una taza de café
  • una cucharadita de agar agar o una lámina de gelatina neutra
  • esencia de vainilla
  • edulcorante (opcional)

Preparación:

Lo que hacemos es batir el queso fresco junto a media taza de café y un poco de esencia de vainilla y, si queremos utilizar, edulcorante. Reservamos el resto del café para decorar.

Ahora calentamos el resto del café y disolvemos en él el agar agar o la gelatina neutra. Una vez lo tenemos, mezclamos con la parte del queso fresco.

Vertemos nuestra mezcla en los vasitos que vamos a utilizar como molde y ponemos unas horas en la nevera, también puede ser toda una noche. Cuando pase lo tendremos listo para disfrutar de este dulce.

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