
La canción Welcome to the Jungle de Guns N’ Roses es lo primero que se te viene a la cabeza cuando te metes debajo de las fuentes de la plaza de Colón y entras por la puerta de Papúa Colón. Un paraíso exótico en plena ciudad y en el que se come especialmente bien, aunque los prejuicios te hagan creer que es el típico sitio de moda, con una espectacular decoración y ambientazo, pero en el que dejan de lado el fundamental aspecto culinario.
Nada más lejos de la realidad, en esta jungla se come bien, muy bien, gracias al chef Néstor López.
"El concepto de Papúa es tradición y diversión. Nuestro equipo de cocina viene de las manos de un chef estrella Michelin y podríamos considerarlo como la antesala de un local estrella. Tras un año difícil, con muchos periodos muy cortos de adaptación, estamos muy contentos de habernos posicionado con un concepto gastronómico que quiere llegar a todos los públicos con una cocina que guste, divertida, con un punto atrevido, pero siempre marcando la tradición de la comida mediterránea fusionada con toques mexicanos o de otros países latinoamericanos. Ahora buscamos darle un apretón de tuercas a nuestra oferta y subir un escalón, arriesgar un poco más. Al final creemos que nos va la marcha", cuentan sus dueños Jorge Rivero Prados y Noel Duque Martínez.
Con una decoración en la que te adentras en la selva, con sus plantas y animales, y con varios ambientes para que todos estén a su gusto. Restaurante, barra cóctel y reservado, son las tres propuestas que te encontrarás en Papúa. Pero en las tres vas a disfrutar.
Desde que abriera sus puertas en enero de 2021, Jorge y Noel, dos enamorados de los viajes y la gastronomía, han querido que el buen nivel gastronómico y la divertida coctelería no decayera.
"Nos apasiona la gastronomía. Desde muy temprano hemos gastado nuestros ahorros en comer en todo tipo de restaurantes con estrella Michelin o sin ella, viajando por muchos países probando comidas autóctonas desde Estados Unidos a Tanzania. Disfrutamos viendo a la gente comer y pasárselo bien, un verdadero placer", aseguran Jorge y Noel y por eso ahora en Papúa han incorporado diez platos a la carta, para que la fusión entre sencillez y calidad no decaiga.
Puesto en las manos de Fran Torres nos deleitamos con unos de los platos emblemáticos de Papúa Colón, la pasión por el foie, que es fruta de la pasión rellena de mousse de foie caramelizada y flan de pasión acompañado de plum-cake de pasión para untar el relleno en él y que la boca te explote con tantos sabores tan bien conjugados.
La ensalada César en este restaurante también tiene una vuelta de tuerca porque se sirve en en rolls de pollo asado con "air parmesano" y lima, para comerla con las manos y disfrutar de cada mordisco.
Otro elemento que destaca en Papúa es la barra cóctel con más de veintidós combinados gracias a Daniel Regajo, que ha pasado por coctelerías como la de Streetxo Londres, donde ejercía de Headhunter y en The Gibson, también en Londres, y a su mano derecha Guillermo Garro. En esta ocasión me prepara el cóctel Mordiscos y Azucenas, un viaje de Perú a México, con Tequila Curado Espadín, pomelo, cordial de leche de tigre, agave infusionado con pieles de pomelo, soda y sal de gusano.
En palabras de Daniel Regajo, "en Papúa queremos representar una coctelería viajera, con mucho sabor y un tanto exótica. Por eso mismo creamos la carta de tal forma, tenemos un mapa en el cual intentamos representar diferentes culturas y países mediante los tragos. Es decir, todos los cócteles están relacionados tanto en la vajilla, el nombre del cóctel y los ingredientes".
Entre las novedades para compartir podemos encontrar la ensaladilla rusa de pulpo al ajillo con salsa de aceituna manzanilla o la tortilla de patatas al manjar blanco de callos, langostino frito, crujiente de manitas y ajos escabechados; en los arroces destaca el arroz de menestra de temporada, níscalos y trufa negra de otoño y en los pescados probamos la parpatana de atún a la brasa en gazpachuelo tostado al palo cortado, salsa BOOM y patatas soufflés. La parpatana es la parte posterior de la cabeza del atún que se caracteriza por su mayor concentración de grasa, quizá pueda resultar demasiada para algunos.
En el campo de las carnes probamos la espectacular costilla de cerdo ibérico "Arturo Sánchez" asada lentamente en adobo mexicano tradicional y con tortitas de maíz para acompañarlo. Como punto y final degustamos una muy buena tarta de queso trufado con helado de castañas y especias otoño-invierno.
A Papúa se va a disfrutar con amigos o con pareja con todos los sentidos ya que lo primero que te entra es por los ojos con su decoración, luego seguirás disfrutando de la comida con el olfato, el gusto y el tacto ya que algunos bocados son para cogerlos con las manos y no puede faltar el oido, sobre todo los días que hay sesión de DJ en directo, el momento perfecto para dar rienda suelta a tu lado más canalla. Todo por un ticket medio que oscila entre los 30 y los 50€.
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