
Torcuato te propone un viaje gastronómico internacional enclavado en un edificio con historia como es el palacete que fue sede de la revista Blanco y Negro y el diario ABC hasta 1989. Su nombre rinde homenaje a su fundador Torcuato Luca de Tena y de sus numeras idas y venidas por todo el mundo surge esta especie de pasaporte con licencia para viajar por las cocinas de numerosos países.
La carta la firma el reconocido y televisivo chef Sergio Fernández, de Canal Cocina, y propone un comienzo con el "raw bar" –carta que te ofrece una variedad de productos del mar crudos y cocidos que se sirven en frío– , en este caso es a base de makis y niguiris, para continuar con una amplia selección de platos fríos y calientes.
De la parte fría probamos una rica ensaladilla rusa de gambas y trufa con una perfecta cocción de las patatas y muy buena mezcla de sabores con las gambas y el toque trufado. También muy rico dentro de esta cocina viajera internacional el tartar de atún con arroz salvaje y anacardos (21€), aunque en esta ocasión el pedazo de atún seleccionado para el tartar no era todo lo magro que se requiere y tenía algún incómodo nervio, pero un plato con un sabor muy bueno.
El interiorismo de Torcuato y de su terraza Bianca es espectacular. Diseñado por Pepe Leal, se inspiran en los gabinetes de curiosidades de la época y en los palacetes de la burguesía. "Tan ecléctico como los años de los que data el edificio. A finales del siglo XIX estaba muy de moda mezclar estilos distintos", comenta el interiorista haciendo referencia a un "neo siglo XVII y hasta un granadino pasando por el clasicismo francés". La elegancia europea se funde con reminiscencias asiáticas y colores tropicales.
De la selección de la carta de la cocina caliente probamos un muy buen arroz crispy con secreto ibérico y verduritas salteadas (16€), acompañado por una salsa que fusiona a la perfección todos los ingredientes. También rico el pulpo a la brasa con mojo rojo nikkei (21,50€), con el cefalópodo perfectamente cocinado y con un mojo fusión peruano japonés que le daba un toque muy sabroso.
Acompañados de un vino que nunca falla, un verdejo José Pariente, terminamos el viaje internacional con una tarta de huesito casero con polvo de yuzu (6,50€). Me decanto por este postre con el recuerdo de aquella tarta de la Taberna Niña del Pisto de Marbella que, aunque su elaboración es muy sencilla, te lleva a tu infancia cuando comías este delicioso snack.
Además, en la icónica terraza Bianca podrás disfrutar de parte de la carta de Torcuato, de una amplia selección de combinados y cócteles para una sobremesa animada por un DJ en un espacio que destaca por un estallido de lo exótico, con muchas plantas –algunas trepadoras– que combinan con los neones y los murales de estilo aborigen y pop. En las paredes, el característico ladrillo rojo de la capital.
Torcuato y su terraza Bianca es un restaurante con una cuidada cocina y variada cocina, con carta de alérgenos para celíacos e intolerantes, con un divertidísimo ambiente y un entorno inolvidable para disfrutar sobre todo con amigos y pareja con un ticket medio de 35€.
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