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¿Cuáles son las diferencias entre un plátano y una banana?

Parecen iguales pero no lo son. El plátano y la banana son dos frutas que presentan algunas diferencias clave que merece la pena conocer.

Parecen iguales pero no lo son. El plátano y la banana son dos frutas que presentan algunas diferencias clave que merece la pena conocer.
plátanos, frutas, comida | Pixabay/CC/_Alicja_

El plátano y la banana pueden parecer casi idénticos por fuera y, aunque provienen de la misma familia de las musáceas, realmente existen claras diferencias entre ambas frutas. Empezando por el nivel nutricional pero también en cuanto a sabor, aroma, textura, forma y tamaño…

Ambas son originarias de países con climas tropicales o cálidos y suelen ser consideradas como un alimento básico en el consumo diario de una gran parte de la población y otorgan una gran cantidad de nutrientes a sus consumidores.

El aspecto

La primera pista que ayuda a diferenciar entre un plátano y una banana es la forma y el tamaño. Mientras que el plátano es más pequeño y curvo, la banana es más larga y recta, presentando también un diámetro superior. Más concretamente, el plátano presenta 135,5gr de peso medio y 15,7cm de longitud media. Frente a él, las bananas cuenta con 237,7gr de peso medio y 20,5cm de longitud media. Otra manera de diferenciarlos es mirando la curvatura ya que la de los plátanos es mayor, las bananas son más rectas.

Otra diferencia evidente del plátano son las características motas negras que luce en su piel y que se generan a medida que la fruta avanza en su proceso natural de maduración. Cuanto más maduro está, más manchitas negras tendrá y más oscura será su piel. En cuanto al fruto comestible, también hay diferencias de color, siendo la banana más blanquecina.

El etiquetado será también una seña que ayude a distinguir el plátano canario de la banana. El motivo es que desde finales de 2013, Plátano de Canarias recibió el sello de Indicación Geográfica Protegida (IGP) convirtiéndose en el único del mundo que cuenta con este reconocimiento.

El origen y la producción

En todos estos aspectos diferenciales entre el plátano y la banana juega un gran papel el lugar de origen de ambas frutas. El primero viene de las Islas Canarias y es de producción europea, por lo que su producción está vinculada a los estándares de control fitosanitario, medioambientales y de seguridad alimentaria de la Unión Europea.

La banana, por su parte es originaria de países latinoamericanos como Ecuador, Colombia, República Dominicana, Costa de Marfil o Camerún. Allí, grandes multinacionales controlan la producción a gran escala de este fruto a diferencia del plátano canario donde los procesos no son intervenidos por grandes compañías, sino que responden a métodos tradicionales realizados por pequeños productores.

En este punto, también influye el clima subtropical y suave de las Islas Canarias que permite que el grado de madurez se alcance poco a poco con una permanencia en la planta que es mayor en el plátano de Canarias (6 meses) que en la banana (3 meses). Esto confiere a esta fruta un mayor grado de madurez, sabor y aroma.

Propiedades y valor nutricional

Tanto el plátano como la banana constituyen frutas esenciales en la dieta de la población en general, y especialmente de la dieta infantil y de los deportistas, pues incorpora nutrientes que inciden positivamente sobre la salud. Ahora ¿Cuáles son estos nutrientes? ¿Son los mismos en ambas frutas?

Según el Estudio sobre la Calidad Nutricional del Plátano de Canarias, realizado por la Asociación de Organizaciones de Productores de Plátanos de Canarias (ASPROCAN), el contenido en proteínas y grasas de esta fruta es muy bajo, siendo un alimento perfectamente compatible con dietas de adelgazamiento. De este estudio se desprende también "la presencia mayoritaria de agua que se sitúa en torno al 75% del peso total", por lo que presenta una acción depurativa y contribuye a hidratar el organismo y a eliminar sustancias tóxicas.

En lo que respecta a su contenido en hidratos de carbono, hay que destacar que el plátano contiene 21,70gr de este nutriente por cada 100gr de producto, cuya función principal es la de aportar energía. En cuanto al tipo de carbohidratos, el plátano tiene menor cantidad de almidones y mayor cantidad de azúcares (glucosa, fructosa y sacarosa), lo que le aporta su sabor dulce característico. Por su parte, la banana posee más hidratos de carbono (26gr/100gr) pero compuestos en su mayoría por almidones, por lo que contiene menos cantidad de azúcar.

Otro aspecto importante del plátano canario es su elevado contenido en fibra (2,22gr/100gr), convirtiéndose así en un alimento muy beneficioso para prevenir el estreñimiento, mejorar la salud digestiva, regular los niveles de colesterol en sangre y prevenir la aparición de enfermedades cardiovasculares. El aporte de fibra en la banana también es relevante, aunque ligeramente inferior (2,1gr/100gr).

Por otro lado, el fruto canario también aporta vitamina C en mayor cantidad que la banana, lo que favorece el desarrollo de huesos y piel, así como del grupo B, especialmente la vitamina B6 que contribuye al funcionamiento metabólico del organismo en la producción de anticuerpos, mantenimiento de la función neurológica normal, funcionamiento del sistema inmunitario, etc. También es importante tener en cuenta el notable contenido en minerales saludables en el plátano, tales como fósforo, manganeso, hierro, zinc, calcio, magnesio y potasio (420 mg/100g). En el caso de la banana, esta también es una buena elección para ayudar al cuerpo a recuperarse tras un esfuerzo físico o actividad deportiva, aunque la cantidad de potasio que contiene es ligeramente inferior a la del plátano (387,8 mg/100 g).

El sabor y la textura del plátano, más dulce y jugosa

Los plátanos son más dulces que las bananas, con un sabor más intenso y una textura más densa y cremosa. Las bananas, por otro lado, tienen un sabor más suave y una textura más suave y suelta. Además, el fruto canario posee un mayor índice de humedad, por lo que a la hora de consumirlo resulta mucho más jugoso y apetitoso que la banana. Esta, por su parte, es menos dulce y presenta una textura más tersa, áspera y seca por su composición en hidratos de carbono (azúcares y almidón).

Esta diferencia de sabor influye también en la manera en que se consume cada fruta. El plátano es muy utilizado en repostería ya que sirve como sustituto del azúcar si se busca conseguir dulces más saludables. Pero también puede ser el ingrediente protagonista de infinidad de postres como la clásica tarta banoffee o el famoso banana bread, además, otras recetas como las tortitas y galletas con copos de avena, la mousse, el helado, los famosos plum-cake, las tortas, etc. se rinden ante el sabor dulce de este alimento.

Es destacable que, aunque en Europa se está introduciendo el plátano en numerosas recetas, los plátanos son más comunes en la cocina latina y caribeña, y se utilizan a menudo en platos como el mofongo, el tostones y el arroz con plátano. Las bananas, por otro lado, se utilizan con más frecuencia en la repostería, como ingrediente en batidos y en la preparación de postres como el pan de banana.

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