Toro, sorprendente concentración de historia, patrimonio y vino en un espacio reducido
Enclavado en la hermosa provincia de Zamora, a unos 33 kilómetros de la capital de provincia, se encuentra el encantador y centenario pueblo de Toro. “La muy noble, muy leal y muy antigua ciudad" tal y como se la ha denominado, con su rica historia, arquitectura y vinos de renombre (y denominación propia), esta joya del pasado más glorioso de Castilla cautiva a los visitantes con su autenticidad y encanto. Nada más pisar sus callejuelas el viajero viaja al pasado a través de las calles empedradas de esta pintoresca ciudad.
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Esta joya del pasado más glorioso de Castilla cautiva a los visitantes con su autenticidad y encanto.
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Puerta del Mercado y Torre del reloj de Toro.
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Construida en el año 1828, es una de las plazas más antiguas de España. Los elementos constructivos son el tapial, ladrillo de tejar y sobre todo predomina la madera. De estética sencilla con los tendidos y los balconcillos cubiertos, recuerdan los patios castellanos de comedias.
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Desde la ciudad y en el paseo del Espolón la vista de la vega toresana es espectacular. En días soleados es posible divisar hasta pueblos lejanos a más de 20 kilómetros de distancia. Desde el paseo que deja ver el Duero a espaldas de la Colegiata, una vista en lontananza da al visitante una oportunidad de relajar pensamientos y dejarse llevar por la lejanía y la tranqulidad.
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Su alcázar es el símbolo de la importancia estratégico-militar de Toro en el Medievo. Formó parte del primer recinto amurallado y su configuración actual corresponde con la época de la reina María de Molina, “Señora de Toro”.
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Durante el paseo por Toro no se puede dejar de visitar la impresionante Colegiata de Santa María la Mayor, un magnífico ejemplo de arquitectura gótica. Esta majestuosa iglesia data del siglo XII y alberga numerosas obras de arte y tesoros en su interior.
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La localidad zamorana celebra anualmente la Noche Blanca del Patrimonio Toresano, una velada en la que casi todos los monumentos de Toro se abren al público (algunos solo esa noche) para celebrar, de forma gratuita, decenas de conciertos, desde las 20:00 h. hasta las 5:00 h. uniendo cultura patrimonial, arte sacro, música y tradición.
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Para los amantes del enoturismo, no hay mejor manera de experimentar la región que seguir alguno de los itinerarios de la Ruta del Vino de Toro recorriendo sus viñedos pintorescos, visitando bodegas centenarias a las orillas del Duero.
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Enclavado en la hermosa provincia de Zamora, a unos 33 kilómetros de la capital de provincia, se encuentra el encantador y centenario pueblo de Toro
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Un mural callejero homenajeando a Juana La Beltraneja.
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El punto de partida perfecto para explorar Toro es su emblemática Plaza Mayor. Rodeada de elegantes edificios que parecen anclados en el pasado con su arquitectura típica castellana.
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Sin duda el mayor tesoro histórico y artístico de la zona es el Pórtico de la Majestad, de estilo gótico, que conserva su policromía original, cuya limpieza requirió 14 años.
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Esta majestuosa iglesia data del siglo XII y alberga numerosas obras de arte y tesoros en su interior. Tras un primer vistazo por su amplio interior, impregnado de una atmósfera espiritual, subir a su campanario es muy recomendable.
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En las inmediaciones de su Plaza Mayor se puede disfrutar de la atmósfera relajada y contemplar los detalles de su patrimonio mientras se disfruta de un buen vino o su gastronomía típica en uno de los restaurantes al aire libre de su calle principal, tras pasar por la Torre del reloj y la puerta del Mercado.
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El queso también tiene un papel destacado en la gastronomía de Toro siendo el museo del queso Chillón donde conocer los procesos de la elaboración del queso, centrados originalmente, en los tres estados principales del producto: desde que “es” leche, pasando por la transformación posterior en cuajada y la elaboración natural del queso.
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