
En el corazón de Bilbao, una ciudad conocida por su rica tradición gastronómica, se encuentra Martina Zuricalday, la pastelería más antigua de la capital vizcaína. Fundada en 1830, este negocio familiar ha pasado por seis generaciones de pasteleros y se ha convertido en un emblema de la ciudad y de la repostería vasca. A lo largo de casi 200 años, este establecimiento ha sabido preservar su esencia y adaptarse a los nuevos tiempos, sin perder la autenticidad que lo ha hecho célebre.
Desde su fundación, Martina Zuricalday ha destacado por la calidad de sus productos y su compromiso con la tradición artesanal. Entre las especialidades de esta pastelería se encuentran los bollos de mantequilla, los pasteles, las tartas, los hojaldres y los macarons, una selección que mezcla recetas clásicas con toques modernos. Estos dulces, elaborados con técnicas transmitidas de generación en generación, han conquistado el paladar de los bilbaínos y de visitantes de todo el mundo.
La pastelería, que se ubica en pleno centro de Bilbao, ha sido testigo de la transformación de la ciudad y ha logrado mantenerse como un referente, no solo por su oferta gastronómica, sino también por su valor histórico. En su página web, Martina Zuricalday destaca con orgullo cómo sus productos llegaron a las mesas de personalidades de la realeza, como el rey Alfonso XII, la reina María Cristina, el rey Alfonso XIII y la reina Victoria. Estos ilustres clientes encargaban sus famosos chocolates y azucarillos, convirtiendo a la pastelería en un proveedor de confianza para la nobleza española.
Sus reconocimientos y premios
La dilatada trayectoria de Martina Zuricalday no ha pasado desapercibida. Su contribución a la cultura y la gastronomía bilbaína ha sido reconocida con numerosos galardones a lo largo de los años. En 2013, la pastelería recibió el Premio a la Tradición con Futuro, un reconocimiento que destaca su capacidad para combinar el respeto por las recetas clásicas con la innovación. Ocho años más tarde, en 2021, fue galardonada con el Premio a la Excelencia en Gastronomía, reafirmando su posición como un referente en el sector.
Además, Martina Zuricalday fue nombrada Ilustre de Bilbao por el Ayuntamiento, un honor que subraya su impacto en la identidad cultural de la ciudad. También se ha destacado como el comercio centenario más antiguo de Bilbao, un título que refleja su capacidad para mantenerse como un símbolo de calidad y tradición.
Un legado que perdura
El éxito de Martina Zuricalday radica en su equilibrio entre la tradición y la modernidad. Aunque el negocio mantiene la esencia que lo caracteriza desde el siglo XIX, no ha dudado en adaptarse a las demandas del siglo XXI. La incorporación de nuevos sabores y técnicas se suma al respeto por las recetas originales, creando una oferta que satisface tanto a los nostálgicos como a quienes buscan nuevas experiencias culinarias.
A pesar del paso del tiempo, la pastelería sigue siendo un lugar imprescindible para los amantes de los dulces en Bilbao. Martina Zuricalday no solo representa una parada obligatoria para quienes visitan la ciudad, sino también un punto de encuentro para los bilbaínos, que ven en este lugar un reflejo de su historia y su identidad.

