Irlanda del Norte es una tierra marcada por paisajes rurales con una rica herencia cultural y un largo pasado plagado de mitos y leyendas. Dos de sus principales ciudades, Derry y Belfast, ofrecen experiencias que entrelazan historia, arte y paisajes urbanos con un espíritu tradicional y vibrante, al mismo tiempo. Viajar a estas ciudades es como hojear las páginas vivas de la historia irlandesa, acompañadas de la calidez de su gente y todo ello rodeado de la postal más conocida de Irlanda: su paisaje siempre verde y espléndido.
Londonderry: la ciudad amurallada con mucha vida
Derry, oficialmente conocida como Londonderry, es una ciudad cuya esencia se define por sus imponentes murallas del siglo XVII. Con una longitud de 1.5 kilómetros, estas murallas permanecen intactas y ofrecen un paseo histórico que envuelve al visitante en un recorrido a través del tiempo, monumento del están muy orgullosos sus vecinos. Desde lo alto de esta antigua protección contra los enemigos se puede observar cómo el casco antiguo se mezcla con la modernidad y las torres de sus iglesias y edificios, creando un paisaje urbano único que tiene además algunas pinceladas cinematográficas en esta urbe de Irlanda del Norte, declarada Ciudad de la Cultura del Reino Unido en 2013. Construidas entre 1613 y 1618 por La Honorable Sociedad Irlandesa, estas murallas se pensaron como defensa para los colonos del siglo XVII procedentes de Inglaterra y Escocia. Actualmente son su principal atractivo turístico.
En un primer vistazo al llegar se distingue su fabuloso Puente de la Paz, una estructura metálica peatonal que simboliza la unión entre comunidades e inaugurado en 2011. En la actualidad es la mejor conexión sobre el río Foyle para bicicletas y peatones entre el centro de la ciudad y la orilla de Ebrington Square. Aquí se ubica un moderno hotel spa, el Ebrington Hotel, que destaca por su calidez y comodidad. Y por supuesto, en esta zona se nos presentan varios restaurantes destacables, uno de ellos con unas bonitas vistas al río, donde poder almorzar o cenar y no dejar pasar la oportunidad de tomarse una pinta de cerveza en The Walled City Brewery (justo al lado del hotel), un establecimiento que ha conseguido maridar a la perfección sus propias cervezas artesanas con platos típicos irlandeses, y no tan típicos.
Regresando al casco histórico de Londonderry, sorprende por ser muy manejable, tranquilo, familiar y estar repleto de pubs que aseguran un buen rato entre pintas y música en vivo. Pasear por el barrio del Guildhall o ayuntamiento, cuyo reloj destaca en lo alto y que se encuentra a escasos cinco minutos del Derry Girls Mural, una pintada enorme conlos personajes más famosos de esta exitosa serie de televisión
No se puede dejar Derry sin visitar el Museo de la Torre, que ofrece una visión completa de la historia de la región, desde los tiempos antiguos hasta la actualidad. O el museo de Derry Libre, un archivo que se centra en la era de los derechos civiles de la década de 1960 y la etapa de Free Derry, el barrio católico de la ciudad que tuvo un estatus especial durante algunos años.
En las últimos décadas Londonderry se ha posicionado en el mapa europeo gracias a su fabuloso y divertido festival de Halloween. Considerado el mayor evento de Halloween en Europa, este año se celebró del 28 al 31 de octubre de 2024 y los festejos transformaron la histórica ciudad amurallada en un centro de actividades, entre tradiciones celtas y atuendos más modernos.
Lo que comenzó como una simple fiesta de disfraces en el Castle Bar de la ciudad de Derry, ahora es un evento que ha crecido atrayendo a turistas y curiosos de todo el mundo. Cada año, este festival de Halloween congrega a miles de personas, muchas de ellas familias con niños, transformando la ciudad por completo durante cuatro días en un lugar lleno de iluminación, espectáculos, pirotecnia y actuaciones callejeras, todo ello enmarcado en la celebración pagana que cierra la época de cosechas y da la bienvenida al invierno.
Uno de los planes más recomendables para realizar durante estos días en el famoso festival es la ruta Awakening the Walled City, donde descubrir más sobre el folclore, la historia y el patrimonio que hacen de este lugar algo tan especial.
Este evento tan pintoresco es un motivo de peso para planificar un viaje familiar a esta parte de Irlanda del Norte donde disfrutar aprendiendo, no solo de su historia, si no también de su reciente éxito en torno a esta festividad que tanto fascina a los más pequeños.
Como despedida de esta parte de la isla de Irlanda es muy recomendable. Acercarse a la calzada del Gigante, uno de los rincones más increíbles de Irlanda del Norte, declarado patrimonio mundial de la UNESCO y a poco más de una hora de Derry.
Belfast en 24h: el orgulloso origen del Titanic
A dos horas al este de Derry se encuentra Belfast, la flamante capital de Irlanda del Norte. Una extensión urbana completamente diferente a Londonderry, que ofrece muchas oportunidades de pasarlo bien con su interesante historia y sus vidas nocturna. Esta ciudad, que alguna vez fue un importante epicentro industrial a nivel mundial, especialmente en la construcción naval, es conocida en todo el mundo como el lugar donde se construyó el legendario Titanic.
El Titanic Belfast, es la verdadera joya de la corona de Belfast. Un museo interactivo con una superficie de 12.000 m2 y un diseño del arquitecto británico Eric Kuhne, que abrió el año 2012 y acaba de renovar una de sus plantas, transporta a los visitantes al apogeo de la construcción naval del siglo XX y la vida en esta ciudad irlandesa. Este complejo no solo cuenta la historia del Titanic, sino también cómo era el día a día en la época dorada de la capital. En estos años muchos de sus ciudadanos, incluso familias enteras, trabajaron en la construcción del barco más lujoso del momento. La ilusión y orgullo de todo un pueblo que fue truncada de golpe con el hundimiento más famoso de la historia.
Para los amantes de la naturaleza, la ciudad ofrece acceso a lugares como el Castillo de Belfast en la ladera de Cave Hill, que regala vistas panorámicas sobre el puerto y la ciudad con mucho encanto. El Jardín Botánico de Belfast y el museo del Ulster, situados en el corazón histórico complementan la oferta cultural con exposiciones muy variadas.
No se puede olvidar el Ayuntamiento de Belfast, un edificio que abrió sus puertas por primera vez en 1906 y hoy en día ofrece recorridos gratuitos habitualmente. Situado en la Plaza Donegal, punto neurálgico y de reunión en la ciudad y muy cerca del pub más famoso de toda la ciudad: The Crown Liquor Saloon, donde aún mantienen las lámparas de gas (de hecho huele a gas en su interior) y curiosamente no hay televisiones en sus paredes para ver el fútbol inglés.
Belfast también es una ciudad universitaria y prueba de ello es la Queen's University, una de las joyas que hay que ver y visitar en la capital. Fundada en 1845 y abierta en 1849, esta universidad destaca por su edificio central de estilo victoriano que contrasta con su campus con una hierba siempre verde.