
Cataluña ha sido nombrada Región Mundial de la Gastronomía 2025, la primera región europea que recibe esta distinción gracias a que es uno de los referentes en excelencia alimentaria y gastronómica, y líder en turismo enogastronómico. Tiene una cocina que habla de su historia, de sus paisajes, de sus costumbres y del presente y futuro.
Durante tres días hemos explorado la riqueza cultural y gastronómica de la Terra Alta y el Delta del Ebro. Visitas que os iré desgranando en tres artículos que irán desde lo gastronómico a lo turístico para conocer mejor esta región de España.
Alojados en Villa Retiro, un hotel de 5 estrellas ubicado en Cherta (Tarragona), en un entorno único edificado en 1890 y habilitado como hotel desde marzo de 2006, disfrutamos de un entorno compuesto por una gran variedad de árboles tropicales, la mayoría procedentes de Argentina. Alrededor de éstos, una pequeña gruta, junto con riachuelos, cascadas y un pequeño lago terminan de confirmar el carácter colonial que caracteriza el complejo.
Habitaciones con un toque romántico de la época colonial y las Junior Suite cuentan con terraza, jardín privado y bañera de hidromasaje que invitaran a disfrutar de momentos de desconexión y relax en un entorno privilegiado. Además, cuenta con todo tipo de servicios a disposición del cliente. Desde zona de bienestar con masajes a piscina exterior con cascada de agua, servicio de habitaciones 24 horas, desayuno buffet en el restaurante o en la habitación, parking privado y el restaurante Villa Retiro, que cuenta con una estrella Michelin desde 2009 y dos soles Repsol.
Chef laureado
El Restaurante Villa Retiro propone una cocina tradicional, creativa y de mercado que replantea los sabores habituales de las tierras del Ebro. A los mandos está el chef Fran López, quien fue el cuarto más joven del mundo en obtener la estrella, con tan solo 25 años.
Criado entre fogones, con 16 años se va a Barcelona e inicia sus estudios como cocinero en la Escuela de Cocina Hofmann donde después de tres años sigue su trayectoria estudiando en París. Allí está tres años con Alain Ducasse en el Plaza Athénée.
De vuelta a España junto con su hermano Joaquim abren en 2006 el Hotel Villa Retiro y dentro del hotel, el restaurante con el nombre de El Torreó de l’Indià y que ahora se llama Restaurante Villa Retiro.
Menú Homenaje
Según palabras del propio chef, "las Tierras del Ebro combinan paisajes espectaculares con una rica tradición culinaria. Las tradiciones de nuestra región cautivan por sus peculiaridades, desde fiestas populares hasta técnicas de pesca centenarias o formas de conservar los alimentos".
"A través de recetas heredadas celebramos la riqueza de los productos locales, preservamos el patrimonio y ofrecemos una experiencia auténtica y memorable. La esencia de una identidad única que conecta la naturaleza y la cultura", añade.
Con esa declaración de principios nos sentamos en la mesa del restaurante para degustar su Menú Homenaje que comienza con unos aperitivos en los que nos dan la bienvenida y que están presentados sobre un mapa que represanta las cuatro comarcas de las Tierras del Ebro. Un muy buen comienzo, sobre todo con la crema de mejillón del Delta, azafrán, jengibre y salicornia y la ostra con toques cítricos.
Al segundo pase le llaman "Embotellar", una tradición que "se remonta a los tiempos en que no existian los sistemas de refrigeración ni conservación de hoy en dia" y a la "necesidad de conservar los alimentos para épocas en las que la cosecha fuera más escasa". Con el embotellado mantenían el tomate, pimiento, aceitunas u otros productos en buen estado durante meses.
Un fantástico pase, con una cuidadísima presentación que se mentendrá durante todo el servicio. Sublime el agua de tomate envejecido, coliflor, piñones y oliva manzanilla, muy buena la sardina marinada rellena de tartar de tomate confitado, albahaca y vinagre balsámico y un final perfecto con el falso tomate de Bloody Mary.
El tercer pase se refiere a "La fiesta de la siega", una celebración que conmemora la época de cosecha de uno de los productos más representativos de las Tierras del Ebro, el arroz.
Bueno el crujiente de arroz y setas, berberechos de la Rápita, trufa y
codium; con sabor el mochi de espárrago verde y muy sabroso el arroz de jamón ibérico, crema de col y hierbas anisadas con emulsión de alubias y espiga de arroz crujiente.
Pescado y carne
Hablaba el chef Fran López en su presentación del menú de las técnicas de pesca centenerarias, lo que comprobamos en el cuarto pase de "La pesca al rall y la paupa". El rall es una red que se lanza con destreza al agua para capturar los peces, y la pesca "a la paupa" consiste en utilizar las manos para buscar peces u otros animales marinos.
Puro sabor a mar con un pan de cristal con anguila ahumada, salsa bearnesa y botarga. Fantástico el atún y kimchi en dos secuencias: sashimi con kimchi de cogollo & cogollo a la brasa con salsa española de atún y kimchi. Y de llorar de placer la cola de cigala de la Rápita al vapor, con bechamel, alcachofa y salsa americana.
Y después del pescado siempre llega la carne, en este caso con "La matanza del cerdo", una celebración, un ritual doméstico que reunía a las familias que habían engordado un cerdo durante todo un año para hacer embutidos y aprovechar toda su carne.
Como del cerdo se come todo, probamos una maravillosa coca crujiente de manitas y oreja de cerdo, papada a baja temperatura y tomillo. Espectacular el sándwich de ventresca de cochinillo, duxelle de setas y crema de queso Perfecto. Y para enmarcar el mar y montaña del suquet de manitas de cerdo, butifarra negra y espardeñas, con un fondo de los que permanecen en la memoria.
Postres y maridaje
El dulce final corre a cargo de la "Fiesta Mayor", fiestas populares con son el alma de la vida social de pueblos y ciudades, con su cultura, folclore y comidas que forman parte de tradiciones que unen a la comunidad. Un refrescante pre-postre de crema de limón, espuma nitrogenada de manzana, manzana impregnada con chartreuse y gel de menta.
Y de tradiciones, el arroplegar, que consiste en recoger las aceitunas que quedaban en el suelo después de la cosecha para consumo propio, ya sea para elaboración de aceite como para su conservación. Y de ahí viene el postre, un milhojas de algarrobo y chocolate Creo, aceituna kalamata, aceite de oliva virgen extra y sal de las Salinas del Delta; y un soufflé de algarroba, crema de vainilla y cacao.
La bodega del restaurante, como no podía ser de otra forma, está a la altura, con una amplia variedad de las DO más destacadas, etiquetas internacionales y también espumosos. El maridaje se centró especialmente en vinos de las Tierras del Ebro como el En Moviment Ancestral, un espumoso elaborado por Celler Bàrbara Fornés a través del método ancestral con una sola fermentación y con Garnacha blanca, la gran protagonista de los vinos de la zona. Seguimos con el cava La Senyoria Brut Nature, elaborado por Les Vinyes del Convent y con La Minyona Tinto, elaborado por la bodega Cal Minyó con Garnacha.
Continuamos con la Garnacha Blanca de la mano de Gamberro Blanco que elabora la bodega Pagos de Híbera y seguimos con Edetària Selección Tinto, elaborado por la bodega homónima y fruto de un coupage de Garnacha peluda, Garnacha tinta y Cariñena. La parte dulce la terinamos con un Gamberrillo Mistela Blanca, también de la bodega Pagos de Híbera y el Vermut Modernista.
San Josep Vinos
Y si hablamos de vinos de la DO Terra Alta, en la zona tienes la oportunidad de visitar Sant Josep Vinos, una bodega que promueve la vocación y la tradición de los viticultores de la cooperativa Agrícola Sant Josep de Bot hacia el mercado del vino.
Pertenecen a la primera generación de bodegas que durante los años 90 empezaron a trabajar para prestigiar el vino de cosecha propia en la Terra Alta. Lo hacen desde el pueblo de Bot, corazón de un paisaje accidentado y diverso donde se une la llanura de la Terra Alta con el Valle del Río Canaletes. Y muy cercano, majestuoso y determinante, el macizo de Los Puertos, cordillera que explica la naturaleza calcárea de las tierras y un clima local menos seco que en otras zonas de la viticultura mediterránea. En este entorno cultivan un millar de parcelas de viña con una veintena de variedades de uva, entre las que destacan la Garnacha Blanca y la Garnacha Tinta, las cepas más sostenibles que se conocen ahí.
Trabajan en los viñedos y en la bodega para elaborar la gran variedad de tipos y estilos de vinos que ofrecen, siempre intentando cumplir su compromiso con el entorno, la calidad y el placer que debe proporcionarnos el buen vino.
Toda la producción es de cosecha propia y procede de las tierras que cultivan sus socios en la comarca de la Terra Alta. Las personas socias son el alma de Agrícola Sant Josep. Son más de trescientas, la mitad de las cuales, productores de una larga tradición familiar de agricultores de al menos tres o cuatro generaciones.
Durante la cata que hicimos tras la visita a una de los viñedos probamos Plana d’en Fonoll, un vino blanco de variedades Sauvignon blanc y Moscatel. Un Roc Singulars Brisat, elaborado a partir de viñas seleccionadas de Viura y Garnacha blanca. El vino tinto corrió a cargo de Llàgrimes de tardor, uno de los primeros tintos DO Terra Alta en fusionar variedades tradicionales y largo envejecimiento. Y terminamos con Laquarta, elaborado con Garnacha blanca.
Identitat Olive Oil
Las tierras del Delta del Ebro también son propicias para el cultivo de olivas. De ello se aprovecha Identitat Olive Oil, quienes producen un aceite de oliva extra virgen singular e irrepetible, resultado de un cúmulo de experiencias y tradiciones en la cultura del aceite de oliva desde hace almenos cinco generaciones.
Su carácter se ha forjado a lo largo del tiempo, fruto de la adaptación de los olivos a un territorio abrupto y salvaje pero de una belleza que inspiró hasta el genio Picasso a la hora de crear el cubismo.
Gracias a las buenas prácticas agrícolas de la saga familiar han podido acumular el conocimiento suficiente para poder ofrecer un aceite de oliva con unas propiedades excepcionales. Identitat es tanto su pasado como el camino que quieren recorrer, lo que han sido y dónde quieren llegar para poder dar a conocer la autenticidad de su aceite por todo el mundo.
En la Terra Alta de Cataluña se produce aceite de oliva de alta calidad desde hace siglos. Se cree que los árboles más antiguos y con carácter del paisaje de Horta de San Juan tienen alrededor de 2000 años. La familia Beltrán está totalmente comprometida con esta pasión por el cultivo del olivo. Toni Beltrán y su esposa son ya la séptima generación que produce aceite de oliva virgen extra con certificación ecológica de la más alta calidad. Combinan la experiencia de una larga tradición familiar con métodos modernos basados en las últimas investigaciones.
Durante la visita podimos disfrutar de una cata de aceites y la elaboración del nuestro propio, además de un menú elaborado con las variedades Empeltre, Picual y Arbequina que cultivan. Experiencia, junto a otras, que está disponible para todo el público.
A través de la cata de los aceites guiada por Toni, aprendimos a valorar los diferentes gustos y sensaciones que nos aportan los aceites monovarietales, así aprendes cómo diferenciar las calidades del aceite que hay actualmente en el mercado, descubrir qué beneficios aporta a la salud el aceite de oliva y romper algunos de los falsos mitos que existen hoy en día alrededor de este alimento.
En ese menú especial preparado para la ocasión, probamos una sopa de tomates verdes con albahaca y queso de cabra blanca de Rasquera emulsionada con su AOVE Arbequina. También una causa limeña con ensalada de cangrejo azul del Delta aliñado con su aceite Picual, un blini con mouse de anguila ahumada Roset y huevas de salmón con variedad de aceite Empeltra. También disfrutamos de una tartaleta de verduras de temporada con suave curry de Madras. Y la Clotxa, un bocado del pasado que se mantiene y en el que la tradición y el respeto a las costumbres son esenciales. Se elabora con tomates maduros, ajos escalivados, pan rústico de horno de leña, aranque desmigado y aceite de Arbequina que realza los sabores. Continuamos con una babaganoush con ensalada de brotes y escamas de queso de cabra curado, un lingote de cordero de Horta con una crema de salvia y, de postre, baba al licor con chantilli y Picual.
Un primer día de recorrido por las regiones de la Terra Alta y el Delta del Ebro en el que también visitamos el pintoresco pueblo de Miravet, conocido por su imponente castillo templario y su ubicación junto al río Ebro y paseamos por sus calles y el antiguo barrio de los alfareros, donde nos hicieron una demostración de cómo se trabaja el barro.
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