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Decoración

Iluminación integrada, ojos de buey

La iluminación integrada en techos, muebles y otros elementos de nuestro hogar es una apuesta segura para ahorrar espacio.

La iluminación integrada en techos, muebles y otros elementos de nuestro hogar es una apuesta segura para ahorrar espacio.
Jugar con la luz acrecienta el espacio | Flickr/Kendyl Young

Este tipo de iluminación es un elemento indispensable para acrecentar la sensación de amplitud, subrayar y destacar rincones, cuadros o cualquier artículo de decoración. Son ideales para resaltar zonas, ya que no recargan visualmente como podría hacer una lámpara de pie o una colgante. Son asimismo ideales para ambientar una estancia de la casa.

Los ojos de buey son el tipo de elemento de iluminación utilizado para empotrar en techos, armarios, e incluso en paredes y en suelos. Tiene una instalación bastante sencilla en los techos y falsos techos, con un agujero a medida, un acople de cables y una fijación del soporte que se integra en la escayola; aunque si no se tiene mucha experiencia con la electricidad mejor confiar en profesionales y así evitar problemas.

Quedan bien en la mayoría de estancias de una casa. Por ejemplo, en un recibidor aportan amplitud y ambiente dado que este tipo de estancias suelen ser pequeñas. En los pasillos, los ojos de buey juegan el papel de dirigirnos hacia las habitaciones colindantes. Además, los pasillos no suelen tener luz natural, por lo que combinando bien el tono de la iluminación y la pintura de las paredes, podremos formar un ambiente agradable.

Otro lugar donde se utiliza la iluminación integrada es en los cuartos de baño. Suelen ser espacios reducidos, con lo que al empotrar la luz en los techos ganamos sensación de amplitud. También acostumbran a integrarse en los muebles de baño, justo en la parte superior, donde se encuentra el espejo, haciendo la zona de aseo personal más acogedora. La cocina es otra estancia de gran protagonismo para los ojos de buey y actualmente están presentes en muchísimas viviendas. Los tubos halógenos de luz blanca han sido sustituidos por la luz cálida de los ojos de buey, haciendo de las cocinas lugares de la casa más agradables, favoreciendo que muchas familias coloquen una pequeña mesa para las comidas rápidas de los días laborables.

Como hemos dicho, muchas veces se utiliza este tipo de iluminación para resaltar elementos, y la mayoría de ellos los encontramos en los salones. Suelen instalarse en rincones y esquinas para iluminar zonas de lectura o de decoración. En muchas casas también ocupan todo el espacio y se ahorran así espacio en lámparas colgantes que puedan quedar desmarcadas del tipo de decoración que reine en el hogar. Lo bueno de la iluminación integrada es que combina con todos los estilos de decoración, desde la más vanguardista hasta los estilos étnicos o barrocos.

También se opta por los ojos de buey en zonas ajardinadas, empotrándolos en los suelos para dotar de mayor belleza a los jardines. Como en el pasillo, también nos servirán para guiar a las personas por los accesos a la casa. Otros usos comunes son los de iluminar bordes de piscinas o fuentes, incluso integrar los ojos de buey en rocas o jardineras. Todo ello con el objetivo de dar un plus de elegancia y calidez a los exteriores de las viviendas.

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