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Katy Mikhailova

Poli sexy, poli malo

Interior YA advirtió sobre estas prácticas de exhibicionismo tan desafortunadas en las redes y en Internet en generaL.

Interior YA advirtió sobre estas prácticas de exhibicionismo tan desafortunadas en las redes y en Internet en generaL.
Policías e internet | Antena 3 Noticias

Un policía utiliza su uniforme para "ligar". Para presumir en redes. Subir en followers. Bajar en moral. Mostrar superioridad. Fuerza en apariencia; debilidad en el trasfondo. Manifestar un sex-appeal obsoleto y ya nada original, más apropiado para el discurso del porno para mamis de los 90. La estética vuelve a primar sobre la ética. La moda es otra vertiente del modo de vida. Lo material aplasta lo profesional, y, por ende, lo espiritual. Y la tela se carga las neuronas. El hábito no hace al monje, y el uniforme del Cuerpo Nacional de Policía se debe respetar, dado que es mucho más que una moda, un textil, un traje, un estilo. Es España y la seguridad de los españoles y vecinos.

Yo aquí lo que veo es una tara mental importante por parte del policía que protagoniza la polémica de hace unos días. Pero es algo bastante común, por lo que veo; y extensible, también, a los guardias civiles, bomberos, y demás. Aquí de lo único que se puede presumir, en tal caso, es de haberse sacado unas duras oposiciones, y, sobre todo, entregarse a su Nación y arriesgar su vida por los españoles. Pero este es un sentimiento con el que se vive y no se exhibe.

Fue en 2015 cuando el Ministerio de Interior advirtió sobre estas prácticas de exhibicionismo tan desafortunadas en las redes y en Internet en general; sobre todo cuando tal exposición viene acompañada de objetivos desafortunados: sexo y seguidores. De acuerdo: sexo con posibilidad de amor, y followers en Instagram que alimenta y retroalimenta ‘sexo con opciones a amor’. Intentar seducir a una persona a través del uniforme de su trabajo indica el nivel cultural y espiritual que padece el individuo en cuestión. Merece la pena dejarse caer por Tinder, aunque sólo sea para ver las estrategias abusivas, repetitivas y simples que las personas emplean para conocer otras gentes con fines, en el mejor de los casos, sentimentales.

La saturación visual ha llegado hasta tales límites que con ser guapo ya no basta. Y, en lugar de recurrir a la inteligencia (o, al menos, a las rebeldías verbales sin causa: vamos, el típico gracioso de siempre), se lanzan a utilizar de cebo su profesión "guay": o bien, a través del atractivo que implica ser profesional de un campo determinado (polis, guardias civiles y bomberos se supone que implica que el hombre esté en forma, y no reforma; también los entrenadores y otros); o bien a través del poder (jueces, directivos de multinacionales, políticos, periodistas…). Algo aplicable no sólo a los hombres, sino también (por qué no?) a las mujeres.

Dios nos ha dado unas cartas determinadas para esta partida llamada ‘vida’, y nosotros nos las jugamos a nuestra manera. Que cada quien utilice los recursos que estime para sus fines particulares. Ahora bien: no a costa de la seguridad de los ciudadanos, tratándose de casos tan graves como formar parte del Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Civil, amén de los 4 ejércitos con los que contamos para velar por nuestra paz.

Mentiríamos si dijéramos que no nos disfrazamos cuando nos ponemos maquillaje, pestañas, extensiones, tacones, sujetadores con relleno, y demás. Pero me parece que con ello no mancillamos el honor. Para todo lo demás, hay tiendas de disfraces muy divertidas, y, ante la duda, Wallapop para la menos tetuda.

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