
Lo primero que debemos saber a la hora de comenzar a cuidar nuestra alimentación es que no hay alimentos "malos" o "buenos" sino que existen cantidades adecuadas o inadecuadas en unos buenos hábitos alimentarios. ¿A qué nos referimos? A que los hábitos alimentarios consisten en el uso de los alimentos y la frecuencia con la que los consumimos, por lo tanto, no debería haber ningún alimento prohibido sino consumir más o menos cantidades.
No cabe duda que la alimentación es un factor imprescindible para llevar una vida saludable al máximo; algo que lamentablemente se ha ido perdiendo con el paso de los años debido a que hoy en día el concepto de alimentación se ha tergiversado de tal forma que son muchísimas las personas que creen que alimentarse consiste únicamente en meterse cualquier comida a la boca con tal de saciar el hambre o el antojo.
Esto hace que, en la actualidad, la población española coma demasiadas proteínas animales, grasas saturadas y pocos hidratos de carbono. También se consume poca fibra, pocos oligoelementos, pocas vitaminas y pocos minerales. Por ello, hay un bajo seguimiento de la dieta mediterránea a pesar de las grandes opciones que nos ofrece la naturaleza en nuestro medio.
Algunos de los motivos que podrían llevarnos a pensar en este cambio de alimentación es el ajetreado ritmo de vida que tiene la sociedad actual. ¿En que se traduce? En que la gente llega con prisa al supermercado y es mucho más sencillo coger alimentos listos para su consumo, que tan solo hace falta calentarlos. Por ello dejamos atrás las frutas, verduras y otros alimentos con un valor nutricional adecuado. Por eso, si queremos mejorar nuestra forma de alimentarnos, es necesario evitar estos errores típicos y desde Libertad Digital vamos a explicar algunos de ellos.
Errores alimentarios
- Consumir demasiada comida rápida
La comida rápida es un modelo de alimentación fácil de obtener, rápida de comer, apetecible y con un precio bajo. Lo malo es que su nivel nutricional suele ser bastante deficiente, por ello sería más aconsejable comerlo de vez en cuando y no de manera habitual. En general, se caracteriza por la no excesiva variedad de alimentos, pero con sabores intensos y aspecto atractivo que los hacen apetecibles.
La comida rápida es un modelo erróneo de alimentación entre los jóvenes, ya que contiene gran cantidad de calorías y grasas saturadas. Entre los problemas que puede generar esta alimentación inadecuada encontramos la obesidad y enfermedades asociadas a ella, trastornos que de por sí predisponen a la aparición de enfermedades cardiovasculares. Es más aconsejable el consumo del típico bocadillo de chorizo, queso o jamón.
- Exceso de trigo integral
Normalmente al comenzar una dieta saludable se suele sustituir la harina normal por el trigo integral ¿Por qué? Este segundo es más nutritivo y contiene más fibra. Sin embargo, un exceso de granos integrales es malo para el sistema digestivo. ¿Cómo podemos evitar este exceso? Muy sencillo, por ejemplo, si en la comida ingerimos pasta integral es necesario que le sumemos verduras en la cena.
- Abuso de Omega 6
Los ácidos grasos Omega 6 son esenciales y saludables, pero si los consumimos en exceso pueden causarnos inflamación. La forma adecuada de incorporarlos a la dieta es combinarlos con ácidos grasos Omega 3 en una proporción de 3 porciones de Omega 6 con una porción de Omega 3.
- Mala elección de aceites vegetales
Los aceites vegetales, especialmente los que se producen mediante la presión en frío, como el aceite de oliva extra virgen, son muy buenos para la salud. Pero algunos de ellos solamente se deben consumir en pequeñas cantidades, como es el caso de aceite de semilla de calabaza, de cardo y de semilla de uva.
- Deficiencia de proteínas
Para mantener una alimentación saludable sin consumir carnes, necesitamos incorporar a la dieta proteínas vegetales. Además, estas deben ser de fuentes variadas, para asegurarnos el consumo de los ocho aminoácidos esenciales. Para ello, podemos optar por hortalizas de hoja, legumbres, tubérculos, oleaginosas y cereales.
- Alimentos inadecuados en la cena
Si cenamos tarde, debemos elegir cuidadosamente los alimentos, especialmente si no estamos acostumbrados a ellos. Cuando hemos comenzado una dieta, no debemos ingerir demasiados vegetales crudos por la noche, ni abusar de las proteínas y el gluten. Una buena elección para una cena de dieta es una sopa ligera, vegetales al horno o al vapor.
- Beber productos llenos de azúcar
El azúcar se ha hecho muy popular durante los últimos años, ahora ya no sólo la encontramos en la mesa para acompañar la taza de café o té, sino que también está disponible en otros productos como los panes industriales, bollería, postres, snacks ultra procesados, jarabes y mieles sintéticas y, por supuesto, en los refrescos embotellados y casi todo tipo de bebidas comerciales y preparadas en casa.
Las versiones light de estos productos no suelen contar una historia diferente, pues a pesar de que no contienen azúcar, para poder presentar un sabor agradable, son endulzados con aspartamo, un compuesto sintético que se ha demostrado ocasiona cambios en el ritmo metabólico que a la larga podría llevarnos a una mayor acumulación de grasas en el cuerpo.
Por su parte, las bebidas que solemos preparar en casa como los jugos de fruta y el mismo café y té, también son altamente nocivos, pero no porque sea malo consumir vegetales, sino porque también son adicionados con grandes cantidades de azúcar, además de que en el caso de los zumos de frutas, muchos de los nutrientes son eliminados al desechar la cáscara y aprovechar únicamente la pulpa para su preparación.
- Compensar la falta de nutrientes con suplementos
Algunas personas son conscientes del hecho que comer la comida basura que encontramos dentro de la sección de congelados en el supermercado no aporta ningún tipo de nutrientes, por lo que buscan complementar este déficit haciendo uso de suplementos vitamínicos.
Y aunque de cierta forma es verdad que nos ayudan a que nuestro cuerpo pueda seguir realizando sus funciones de manera normal al recibir sus vitaminas y minerales, hay que tener en cuenta que ningún suplemento es suficiente como para aportar los beneficios de una dieta saludable, pues tal y como su nombre lo dice, su función es la de complementar, no sustituir.
Las personas veganas tampoco están exentas a ello, aunque más que tratarse de un problema relacionado con la calidad de sus alimentos, se refiere a que para ellos les resulta difícil conseguir algunos nutrientes como la vitamina B12 y que deben ingerir de forma obligatoria a través de suplementos para no interrumpir su estilo de alimentación.