
Al llegar el aumento de las temperaturas todos sufrimos el temido sudor, pegajoso y molesto. Pero no todas las personas lo sufren por igual, algunos especialmente ya que sufren un mal que se llama hiperhidrosis.
¿Qué les pasa a estas personas? Simplemente lo que les ocurre es que transpiran más de lo habitual y sudan abundantemente en las áreas del cuerpo donde hay más glándulas sudoríparas.
Cuando se padece esta afección, se suda incluso sin hacer esfuerzo físico y con el tiempo fresco. Aunque el sudor es un mecanismo de defensa en el cuerpo, este exceso se considera un problema cuando impide llevar a cabo las actividades diarias con normalidad.
Otro dato curioso es que los hombres sudan mucho más que las mujeres aun cuando se active la misma cantidad de glándulas sudoríparas. Por su parte, el hipertiroidismo, exceso de producción de hormonas tiroideas, también está relacionado con la hiperhidrosis o exceso de sudor.
Ahora bien, ¿Cuándo del sudor normal se puede convertir en hiperhidrosis? La señal infalible, por lo general, es cuando se torna incómodo e inmanejable para la persona y esa anormalidad puede aparecer en cualquier momento de su vida.
Motivos por los que unas personas sudan más que otras
Existen tres factores fundamentales para que unas personas lleguen a expeler más sudor que otras: el género, el peso y el estado físico.
- El género
Si bien es cierto que, por regla general, los hombres sudan más que las mujeres, al tener un número menor de glándulas sudoríparas, la cantidad que expelen es menor que ellas en condiciones de peso y estado físico similar, durante un mismo ejercicio físico o en condiciones de temperatura elevada.
- El peso
El sobrepeso o cualquier trastorno relacionado con la alimentación puede provocar un exceso de sudor. Es habitual que cualquier persona que posea más grasa de la que le corresponde por edad, peso y altura aumente su temperatura corporal ante cualquier ejercicio. Esto provoca que las glándulas sudoríparas tiendan a producir más sudor para contrarrestar este aumento.
- El estado físico
Llevar a cabo rutinas de ejercicio físico, más o menos intenso, produce sudoración. La costumbre, la práctica de ejercicios de forma habitual, hace que se reduzca el nivel de temperatura en la que el cuerpo comienza a sudar. Esto es porque el organismo alcanza una mayor eficiencia, anticipando el momento en el que llegará el aumento de temperatura. Lo que se consigue es que se alargue el tiempo que se necesita para alcanzar ese nivel de calor.
¿Qué se puede hacer para evitar o reducir la sudoración excesiva?
Para poder controlar la sudoración excesiva existen varios métodos no invasivos que permiten a la persona sudar menos. Sin embargo, cabe destacar que si esto no funciona o el problema persiste más allá de los días de calor, se recomienda acudir a un especialista. En Libertad Digital te contamos algunos de ellos.
- Relajación
El estrés, la ansiedad, el nerviosismo… son estados que incrementan la sudoración, por lo que las técnicas de relajación son indispensables para serenarse, sentirse más tranquilo y mejor y sudar menos.
Algunos consejos para relajarse son aprender a respirar (concentrarse en la respiración durante al menos 1 minuto, sin prestar atención a nada más), pensar en lugares o situaciones relajantes, escuchar música…
- Alimentación
A las personas que sufren de sudoración excesiva se les recomienda el consumo de zinc. Algunos alimentos que contienen este mineral son los cacahuetes, el cordero, la ternera, la calabaza, las ostras, el sésamo y el germen de trigo.
Además, hay que beber agua suficiente, entre un litro y medio y dos litros al día. Cuando el cuerpo no tiene agua suficiente, tiende a sudar más, y no menos, por lo que se agrava el problema. El motivo es que la deshidratación aumenta la temperatura corporal.

