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Por qué es importante no obsesionarse con el número de la báscula

La báscula es ese objeto que da miedo a todo el mundo cuando está buscando perder peso. Pero no debería ser así.

La báscula es ese objeto que da miedo a todo el mundo cuando está buscando perder peso. Pero no debería ser así.
libra, báscula de baño, peso | Pixabay/CC/geralt

Ese momento en el que te subes a la báscula y ves los números moverse es uno de los instantes más temidos por mucha gente. En nuestros pensamientos tenemos un peso ideal que se contradice con los números que nos refleja una máquina de forma objetiva. Para muchas personas esto puede volverse obsesivo y usan la báscula todos los días, lo cual es incluso contradictorio para controlar nuestro propio peso si se usa de manera irracional y constante. Resulta más efectivo pesarse una vez por semana o dos veces al mes y de manera controlada que hacerlo todos los días.

El hecho subirse a la báscula de forma continua no nos aporta datos realmente relevantes. De hecho, pueden ser gramos de variación producidos por tal cantidad de factores que sería muy difícil usarlos como medida clara de si se ha aumentado o reducido realmente el peso, a parte de que no es una medida de calidad y de salud verídica, que al final es lo más importante. Sin embargo, puede servirnos de referencia si usamos básculas de precisión que nos aporten datos de forma inteligente para llevar un control, no solo del peso, sino de nuestro índice de masa corporal, entre otros valores. Aunque tengamos una báscula inteligente, sigue sin ser adecuado, si nos afecta al ritmo de vida en general, el pesarse todos los días.

De hecho, tal y como explican desde el servicio de Endocrinología del Hospital Universitario Sagrat Cor de Barcelona y numerosos estudios a lo largo de la historia, tener en cuenta y obsesionarse con el número total de quilos a la hora de intentar bajar de peso es un error. Lo que es realmente importante es saber la cantidad de grasa que tenemos en el cuerpo y mejorar nuestra composición corporal. Esto es importante porque, a la hora de perder peso, lo vital es perder grasa no el músculo, por tanto, el número de la báscula puede moverse poco o nada y que la pérdida de grasa sea palpable.

¿Es bueno pesarse en la báscula todos los días?

Pesarse todos los días no es lo más correcto porque no es un dato relevante y demasiado fluctuante, el peso de un día a otro o durante el mismo día puede variar por muchos motivos físicos y emocionales, como el número o cantidad de comidas y bebidas e, incluso, el estrés afectan al peso. Esta variación de peso pueden ser un arma de doble filo. Todo será muy motivante si cumple nuestras expectativas, pero frustrante si no lo hace y cuando hablamos de gramos de peso la diferencia no debería ser como para obsesionarnos y llevarnos esos pensamientos negativos durante todo el día. De hecho, esta obsesión descontrolada podría llevarnos en casos extremos a problemas mayores relacionados con trastornos de la alimentación y similares.

La preocupación por un peso específico en tan poco tiempo da pie a realizar cambios bruscos en la alimentación o ejercicio para conseguir ver la ansiada cifra en el panel digital de nuestra báscula. Esto nos puede llevar a tener pensamientos obsesivos y rumiantes que nos llevarán a pensar en el peso durante todo el día sin quitárnoslo de la cabeza. Esta función de nuestro cerebro se llama pensamiento irónico bimodal, que funciona de tal manera que aunque queramos olvidarnos de algo que tenemos en nuestra imagen mental somos incapaces porque nuestro cerebro necesita recordarlo de forma rumiativa para saber, precisamente, que no queremos pensar en ese dato.

Composición corporal

La composición corporal se refiere a los distintos porcentajes de grasa, huesos, agua y músculos que conforman el cuerpo humano. En cada persona, esta composición corporal es totalmente diferente. Cada uno de estos elementos tiene una masa y volumen diferente, por lo que en realidad es una cuestión de densidad (masa/volumen). En el caso del músculo este es un 18-20% más denso que la grasa por lo que 1 kilo de músculo ocupa menos volumen que 1 kilo de grasa.

Es importante no confundir el análisis de composición corporal con el conocido IMC (índice de masa corporal). El IMC es un índice sobre la relación entre el peso y la altura, generalmente utilizado para clasificar el peso insuficiente, el sobrepeso y la obesidad en población adulta. La composición corporal no es algo valorable a través del IMC, pues únicamente tiene en cuenta la altura y el peso, pero no cómo está distribuido éste último (masa muscular, masa grasa y esqueleto óseo). El IMC generalmente sobreestima el tejido adiposo en aquellos con mayor masa corporal (por ejemplo, los atletas) y subestima el exceso de grasa en aquellos con menor masa corporal.

Recomendaciones para no obsesionarse con la báscula

Antes de nada es muy importante recordad que para cualquier tipo de dieta que se realice ya sea de pérdida o ganancia de peso se debe consultar con profesionales médicos y/o dietistas y nutricionistas y acompañarlo con actividad física saludable. Una vez hecha nuestra planificación acorde a nuestro bienestar podemos hacer usos de estas recomendaciones para evitar la obsesión con la báscula.

  • Establecer una rutina para pesarse

Lo más recomendable es pesarse una vez a la semana o cada quince días, siempre el mismo día y en ayunas. Por ejemplo, todos los miércoles cada quince días, por la mañana al levantarse, desnudos y antes de desayunar. Podemos ponernos una alarma para acordarnos para olvidarnos el resto del tiempo de este hecho. Estableciendo esta rutina el mismo día a la misma hora evitaremos las posibles fluctuaciones de peso por variables incontrolables y nos proporcionará un dato más real de la evolución del peso. Nuestro organismo necesita ajustarse a los cambios.

  • Colocar la báscula en un lugar poco accesible

Normalmente la báscula es un elemento decorativo más de nuestros baños, aunque sea así, no la ubiques en un lugar muy accesible para evitar la tentación de subirse a ella fuera de nuestra rutina habitual. Puedes guardarla en un cajón o colocarla en un sitio elevado fuera de nuestro alcance visual. Esto es importante, sobre todo, si estás obsesionado con el peso de manera algo irracional o si tienes cierta tendencia a la obsesión en general. Si no tienes una fijación excesiva la báscula puede estar a la vista.

  • Usa otros niveles no solo el peso

Nuestro felicidad personal no se mide el kilogramos. Debes anteponer esto ante todo. Además, el ideal de peso o no es un factor altamente cultural que ha variado a lo largo del tiempo por lo que lo único que te debe mover a controlar el peso es mejorar tu salud, estado de ánimo y bienestar personal. Para ello, si quieres controlarlo en cifras, apóyate en otras medidas como el índice de masa corporal y realiza controles médicos rutinarios para conocer tu estado de salud mediante algún tipo de analítica. Una manera estupenda de saber si estás mejorando físicamente tu apariencia es hacer un seguimiento de tus medidas, antes de empezar con la dieta y el ejercicio y durante el proceso y, además, hacerte fotografías para ir viendo la evolución. Por supuesto, la ropa que llevas será el mejor indicativo si te queda más ancha y holgada es que estás mejorando físicamente, también puede ser al revés si tu objetivo es crecer.

  • Comparte tu peso sin vergüenza con gente de confianza

Nuestro peso está altamente culturizado y preguntarle a alguien cuanto pesa hasta está mal visto. ¿Por qué? No debería darnos vergüenza compartir este dato. Aunque es un dato personal es altamente observable. Lo más importante es decirlo de manera confiada para trasmitir a la otra persona que no te preocupa el peso y si lo quieres eliminar o aumentar es por cuestiones de salud o bienestar.

  • Mejora tu inteligencia emocional

El autocontrol es uno de los componentes básicos de la inteligencia emocional, básico para cualquier tipo dieta y proceso similar. Para ello, es importante que sigas cultivando tu estado emocional general y mantengas unas relaciones interpersonales positivas. Aprender a controlar nuestras emociones, relajarnos y comunicarnos forma parte de nuestro equilibrio personal y nos ayudará a mantener controlados nuestros impulsos, ya sea por comer o subirse a una báscula para saber si hemos o no aumentado de peso.

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