Lo primero que hay que saber es que la lucha contra los signos del envejecimiento es una carrera de fondo, no se empieza un día y al siguiente se ven los resultados, hay que ser constante y tener paciencia. Dicho esto, hay que cuidar la piel desde la adolescencia para prevenir los signos de la edad.
¿Cómo se cuida la piel para prevenir las arrugas? Lo primero, básico y fundamental en cualquier edad es limpiar la piel a diario, hidratarla con una crema adecuada al tipo de piel y protegerla de los rayos del sol. Sin embargo, los años pasan para todos y cuando se llega a los 25 es recomendable introducir en la rutina facial cremas preventivas. Esto es, solo cremas que contengan ingredientes más nutritivos y antioxidantes, porque la piel de los 30 se cuida a los 20.
Sin embargo, es a los 30 años cuando sí empieza a ser necesario usar cremas antiarrugas como tal, pero siempre adaptadas a cada tipo de piel, no cualquiera. Durante esta década hay que utilizar productos ricos en vitaminas y anti-radicales libres, como la vitamina E y C, para combatir los primeros signos de la edad y mitigar las finas líneas de expresión.
Cómo norma general y según indican los expertos, será necesario utilizar cremas antiarrugas a partir de los 30 años. No obstante, no existe una edad concreta para empezar a utilizar cremas antiarrugas, ya que depende mucho de la calidad genética de cada piel, la alimentación, la hidratación y la protección que recibe a diario. Empezar antes de tiempo o esperar hasta pasados los 30 son dos errores muy frecuentes que debes evitar al utilizar las cremas antiarrugas.
¿Puedo usar la misma crema a cualquier edad?
No. Lo ideal es que adaptemos el tratamiento a las necesidades de la piel, ya que estas varían según las diferentes etapas de la vida. Como hemos comentado antes, a los 30 hay que combatir las líneas de expresión. Sin embargo, a partir de los 45 lo primordial es mantener la firmeza de la piel, ya que el tejido empieza a perder colágeno de manera natural. En este momento es recomendable usar cremas específicas para evitar la pérdida de firmeza.
Lo mismo ocurre a partir de los 55 años. Las necesidades cambian, sobre todo por los temas hormonales derivados de la menopausia. La piel tiende a ser más seca, por lo que las arrugas de acentúan. Por eso es muy importante acudir a productos altamente nutritivos y que mejoren la estructura de la piel, ayudando también a la regeneración del tejido.
No noto los efectos de las cremas antiarrugas, ¿por qué?
Además de ser tratamientos cuyos efectos son visibles a largo plazo, es muy importante elegir el producto adecuado a cada tipo de piel y el momento de la vida en el que se esté. Para resumir, hay que diferenciar a partir de los 30 años los beneficios que se buscan con cada crema, algunos ejemplos:
- A partir de los 35 años se deberían buscar cremas cuyos ingredientes principales sean antioxidantes y vitaminas.
- A partir de los 45 debemos buscar sustancias ricas en Omega 6 para hacer las arrugas menos visibles y mantener la firmeza
- A partir de los 55 se busca que las fibras tensoras de la piel no te abandonen.
Antes de los 30 años: Etapa de la prevención
Contar con una rutina de limpieza e hidratación facial diaria es, sin duda, una de las mejores formas de prevenir la aparición de esas indeseadas y molestas primeras arrugas o líneas de expresión. Esto es importante incorporarlo a la rutina desde la adolescencia.
Las pieles jóvenes, menores de 25 años, producen colágeno de forma natural en abundancia. La limpieza e hidratación facial favorece muchísimo que esa producción no caiga en picado. Pero no solo eso, independientemente de tu tipo de piel y tu edad, es fundamental que utilices los 365 días del año un protector solar de amplio espectro con SPF 50, incluso en invierno. Con esta simple acción proteges tu piel de los rayos UVA y UVB.
Concluimos pues que, antes de los 25 años y como forma de prevención, es importantísimo limpiar, hidratar y proteger la piel del sol. Estos tres pasos son básicos para reforzar la piel y que llegue sana y con aspecto juvenil a la madurez. Parece imposible que la mejor forma de hacer frente al envejecimiento sea seguir una rutina tan sencilla.
Mejor prevenir que empezar demasiado tarde
Si los signos de la edad todavía no han comenzado a aparecer, nos da la impresión que es demasiado pronto para utilizar cosméticos antiaging, pero, en realidad, la mayoría de mujeres empiezan más tarde de lo que se debería.
Hay un fallo en el ideario general, ya que la idea general es que estos productos son apropiados cuando las arrugas ya están presentes, es decir, a partir de los 40 o 50 años. Teniendo en cuenta que las cremas no logran milagros, lo ideal es empezar a utilizarlas cuando las pequeñas arrugas, manchas, telangiectasias, etc. comienzan a aparecer, es decir, a partir de los 30 años sería el momento ideal.
Dicho lo anterior, es necesario puntualizar que tampoco es conveniente comenzar antes de lo indicado, ya que el efecto de estos cosméticos podría llegar a ser contraproducente. Las cremas antiaging suelen tener una serie de principios activos destinados a la estimulación de la síntesis de colágeno, lo cual no es necesario a los 20 años, pudiendo provocar un gasto innecesario de recursos celulares a una edad en la cual no hace falta. Además, suelen estar elaboradas con una mayor proporción de fase grasa para compensar los niveles de grasa que estas pieles hayan podido ir perdiendo con el paso del tiempo, lo cual puede provocar a su vez una obstrucción de los poros, así como un exceso de brillos.
Lo que es evidente es que, sea cual sea la edad, siempre el primer paso de la rutina debe ser utilizar protector solar, además durante todo el año. Por supuesto, tampoco hay que olvidar reponer la crema cada tres horas. Además de esto, lo ideal será empezar a prevenir antes de que aparezcan las primeras señales de envejecimiento con cosméticos apropiados para ello y, según vayan surgiendo los signos esperados, ir incorporando cosméticos que se dirijan a combatir los mismos. Pero, ¿Cómo diferenciarlos en función de la etapa de la piel?
Para prevenir: Aquellas cremas en las que los antioxidantes como la vitamina C, la vitamina E, el resveratrol o la coenzima Q10 están presentes junto con los alfa y behahidroxiácidos (ácido salicílico, ácido azelaico, ácido glicólico, ácido láctico, etc.), los cuales provocan, según su concentración, una cierta exfoliación de las capas más superficiales de la piel, permitiendo así eliminar y tratar pequeñas imperfecciones.
Para actuar sobre los signos del envejecimiento: Deberían incluir antioxidantes más potentes y a elevadas concentraciones, como el ácido ferúlico o el retinol, uno de los ácidos más versátiles, que sirve para todo y se considera la molécula antiedad por excelencia. También podrían incluir ácido hialurónico para aportar hidratación superficial, lípidos que nos ayuden a reponer la fase grasa que se pierde con la edad, principios activos despigmentantes, que sirven para unificar el tono de la piel al eliminar y tratar pequeñas imperfecciones y manchas.