
La felicidad es, según la RAE, el "estado de grata satisfacción espiritual y física". Sin embargo, es una curva que va subiendo y bajando, podría decirse que es una montaña rusa de emociones. Además, hay que recordar que estar contento en un momento puntual no es ser feliz, ya que incluso la gente con depresión puede estar contenta en alguna ocasión. Por supuesto, nadie puede decir que no ha buscado la felicidad ya que todo el mundo, en algún momento de la vida, persigue la felicidad.
El motivo de que todo el mundo la busque es que es una preocupación constante e inherente en el ser humano. Unos acuden al psicólogo, otros prefieren leer libros de autoayuda y, la gran mayoría, opta por realizar actividades que les permiten acercarse a eso que entienden por ser dichosos, como viajar, hacer deporte o estar con sus seres queridos.
En este sentido, hay dos economistas y profesores americanos, David Blanchflower y Andrew Oswald, que realizaron un estudio en el que analizaron la curva de la felicidad y su relación directa con la edad y llegaron a la conclusión de que, llegados a la madurez, entre los 40 y los 50 años, las personas mostraban más miedos e inquietudes.
Por tanto, hay una edad muy concreta en la cual la mayoría de los encuestados no es feliz y, a pesar de que puede parecer que la adolescencia y la vejez son etapas difíciles, Blanchflower no ha definido estas etapas como especialmente infelices sino que ha deducido que la edad más triste son los 47 años.
La edad de la infelicidad
La conclusión fue que la edad a la que las personas son más infelices son los 47,2 años en los países desarrollados y los 42,8 en países en desarrollo. Las razones de esta infelicidad pasan por la crisis de la mediana edad, una sensación de estancamiento en la carrera profesional o por metas no alcanzadas y por una visión más realista de la vida con mayor número de responsabilidades y en las que entran en juego los problemas económicos o de salud.
Hay que tener claro que algunas personas sufren más que otras, pero el efecto medio es amplio. Además, no es algo que tenga que ver con clase social o sexo ya que lo pueden sufrir tanto hombres como mujeres, personas solteras y casadas, ricos y pobres y aquellos con o sin hijos. Pero no hay que alarmarse, afortunadamente, es un estado pasajero, ya que poco a poco las personas van recuperando la felicidad pasados los 50 años, una edad en la que se evalúan de nuevo las prioridades y la gente se centra en actividades y relaciones más gratificantes.
¿Cómo evoluciona la felicidad con los años?
Durante la adolescencia, algunas personas pueden experimentar momentos de infelicidad debido a la presión social, la incertidumbre sobre el futuro o la búsqueda de una identidad propia. Sin embargo, también es una etapa en la que se pueden vivir emociones intensas y momentos de alegría.
En la adultez temprana y media, las preocupaciones relacionadas con el trabajo, la estabilidad financiera y las responsabilidades familiares pueden ser desafiantes y afectar el bienestar emocional. No obstante, esta etapa de la vida también puede estar llena de satisfacciones y logros personales y profesionales que contribuyen a la felicidad.
A medida que se envejece, pueden surgir desafíos relacionados con la salud, la pérdida de seres queridos y la adaptación a los cambios físicos y sociales. Sin embargo, numerosos estudios demuestran que las personas mayores, en general, tienden a experimentar un mayor nivel de satisfacción y bienestar emocional que las personas más jóvenes. Esto puede deberse a que con la edad se desarrollan estrategias para lidiar con el estrés, se valoran más las relaciones sociales y se aprecian las pequeñas cosas de la vida.

