
La caída del cabello es algo que, en mayor o menor medida, preocupa a todo el mundo. Por ello, también muchas personas se pregunta ¿Cada cuánto hay que lavarse el pelo? ¿Cuál es la manera adecuada para hacerlo? Pues bien, la respuesta a la frecuencia de lavado sigue siendo un misterio ya que ni los dermatólogos se ponen de acuerdo, por lo que lo dejan en un "cuando sea necesario".
Lo que hay que tener en cuenta antes de preocuparse por una posible caída excesiva del cabello es que, habitualmente nuevos pelos nacen y se caen, unos 100 cabellos diarios, debido al ciclo de vida de los folículos. Cabe destacar que los ciclos capilares son iguales para todos los cabellos, pero se pueden ver alterados por factores externos que propician o favorecen la caída del pelo como una mala alimentación, épocas de estrés o, en el caso de la mujer, cambios hormonales, como los producidos tras el embarazo o durante la menopausia.
Además, también hay que tener en cuenta que existen muchos tipos de cabello y cada uno tiene sus propias características. Por eso, no hay una solución generalizada, sino una específica para cada tipo. La clave está en cuidar el pelo, informarse sobre el tema, y conocer los posibles síntomas para poder actuar en caso de que fuera necesario. Además, es importante recopilar información y no hacer caso de los mitos populares. Saber cuidarse el cabello y lavarlo adecuadamente es fundamental para prevenir su caída.
Factores principales de caída de cabello
Los cambios hormonales pueden llegar a tener un papel importante en la caída del pelo de las mujeres, debido a la influencia que tiene sobre el ciclo de crecimiento del cabello y la salud en general del cuero cabelludo. No obstante, tanto para hombres como para mujeres hay numerosos factores que afectan a la caída del cabello. Los más habituales son:
- Ciclo de crecimiento del cabello: El cabello pasa por un ciclo de crecimiento que consta de tres fases: anágena (crecimiento), catágena (transición) y telógena (reposo y caída). Las hormonas, especialmente los estrógenos y la progesterona, tienen un impacto en la duración de estas fases. Así pues, por ejemplo durante el embarazo, los niveles elevados de estrógenos pueden prolongar la fase anágena, lo que resulta en un aumento del volumen y la densidad del cabello. Sin embargo, después del parto, cuando los niveles hormonales vuelven a la normalidad, muchas mujeres experimentan una mayor caída del cabello, ya que muchos folículos pasan a la fase de reposo.
- Hormonas tiroideas: Las hormonas tiroideas, como la tiroides, desempeñan un papel fundamental en la regulación del metabolismo y el crecimiento celular en todo el cuerpo, incluido el cuero cabelludo. Los desequilibrios tiroideos, como el hipotiroidismo (niveles bajos de hormonas tiroideas) o el hipertiroidismo (niveles altos de hormonas tiroideas), pueden afectar negativamente el ciclo de crecimiento del cabello y contribuir a su caída.
- Menopausia: La menopausia es un período en la vida de una mujer en el que los niveles de estrógenos disminuyen significativamente. Esta disminución hormonal puede tener un impacto en la salud del cabello, ya que los estrógenos contribuyen a mantener el ciclo de crecimiento del cabello en equilibrio. La pérdida de estrógenos puede llevar a un aumento en la proporción de cabello en la fase telógena, lo que resulta en una mayor caída del cabello.
- DHT (dihidrotestosterona): En condiciones como la alopecia androgenética (calvicie de patrón hereditario), una hormona llamada dihidrotestosterona (DHT) puede tener un impacto negativo en los folículos capilares. En algunas mujeres, la DHT puede encoger los folículos, debilitar el cabello y eventualmente llevar a la caída del mismo.
- Cambios hormonales repentinos: Eventos como el estrés, la cirugía, la pérdida de peso drástica o la interrupción de métodos anticonceptivos pueden causar cambios hormonales repentinos en el cuerpo. Estos cambios pueden influir en el ciclo de crecimiento del cabello y desencadenar una mayor caída temporal del cabello.
Consejos para evitar la caída del pelo
Aunque la salud del cabello puede estar influenciada por muchos factores diferentes como el cuidado externo y la nutrición interna hay algunos consejos que pueden funcionar para evitar su caída excesiva. Por ello, adoptar algunas prácticas saludables podrán ayudar a fomentar el crecimiento del cabello y evitar su caída:
- No lavar el cabello sin haberlo cepillado: Cepillar el cabello antes de lavarlo puede traer muchos beneficios, tales como dar brillo y estimular la microcirculación para que el pelo crezca más fuerte. Además, hacerlo cuando está seco y antes de bañarse, permite que se desenrede cualquier tipo de nudo que, en la ducha y con el movimiento del champú, ocasiona tirones y caída del cabello.
- No desenredar el cabello humedecido: Es mejor desenredar el cabello antes de lavarlo en la ducha puesto que el pelo húmedo es mucho más débil.
- Cepillado constante para estimular el crecimiento: El acto aparentemente simple de cepillarse el cabello puede tener un impacto positivo en su crecimiento. Al pasar el cepillo varias veces por el cuero cabelludo, se mejora la circulación sanguínea y se nutren los folículos pilosos, lo que contribuye al crecimiento saludable del cabello. Los expertos recomiendan cepillar el pelo al menos tres veces al día durante unos minutos y también antes de acostarse.
- Optar por champús naturales: A pesar de la gran variedad de champús disponibles en el mercado, es importante elegir cuidadosamente aquellos que se ajusten a las necesidades de cada cabello. Para estimular el crecimiento, es aconsejable evitar los ingredientes químicos presentes en muchos champús comerciales y optar por champús naturales. El motivo es que estos productos están libres de detergentes y colorantes que podrían dañar las fibras capilares y obstaculizar el crecimiento del cabello.
- Mantener las puntas saludables con cortes regulares: Las puntas del cabello son propensas a dañarse y debilitarse con el tiempo. Es esencial programar cortes de pelo regulares, cada 3 a 6 meses, para eliminar las puntas dañadas. Esto no solo promueve un crecimiento más rápido, sino que también garantiza que el cabello se vea saludable y bien cuidado a medida que crece.
- Masajes con aceites naturales: Los aceites naturales, como el aceite de romero o de oliva, son eficaces para nutrir profundamente el cabello y estimular su crecimiento. Es ideal mezclar dos cucharadas de aceite de romero con dos de aceite de oliva, calentarlo durante 5 minutos, dejar que la mezcla se enfríe y aplicarla sobre el cabello húmedo. Una vez está el cabello con los aceites hay que masajear suavemente el cuero cabelludo y permitir que los aceites actúen durante 20 minutos antes de enjuagar.
- Temperatura del agua adecuada: Lo mejor es lavar el cabello con agua tibia en lugar de agua caliente. El motivo es que el agua caliente puede resecar el cuero cabelludo y debilitar los folículos capilares, lo que potencialmente puede contribuir a la caída del cabello.
- No frotar insistentemente con los dedos el cuero cabelludo: La creencia de que se logra una limpieza total es errónea. La manera correcta de enjabonar el pelo es repartiendo el champú suavemente y frotar con las palmas de las manos durante 3 o 4 minutos, luego masajear las puntas. Es recomendable ir mojando el cabello para que se forme espuma, esto hace que el frotamiento no sea tan agresivo.
- Limitar el uso de calor: Es importante evitar el uso excesivo de herramientas de calor como secadores, planchas y rizadores, ya que el calor puede debilitar el cabello y hacerlo más propenso a la caída. Si son realmente indispensables, lo mejor es utilizar protectores de calor y configurar la temperatura en niveles bajos o medios.
- Nutrición adecuada para un cabello saludable: Una dieta equilibrada y rica en nutrientes es esencial para la salud del cabello. Los alimentos que contienen vitamina B, zinc, selenio, biotina, hierro y fibra son especialmente beneficiosos para estimular el crecimiento del cabello. Es importante incluir en la alimentación alimentos como vegetales de hoja verde, frutos secos, huevos, pescado azul y granos integrales para mantener un cabello fuerte y saludable.
- Reducir el estrés: El estrés puede contribuir a la caída del cabello por lo que no está de más practicar técnicas de manejo del estrés, como la meditación, el yoga o el ejercicio regular, para mantener un equilibrio emocional.
Cómo hay que lavar el cabello para evitar la caída
Algunos expertos dicen que hay que lavarse el pelo todos los días, mientras que otros afirman que basta con asearlo una vez a la semana. Quizás la mejor opción no sea ni uno ni lo otro, sino un punto intermedio. Según otros expertos conviene limpiarse el cabello cada 3 días y durante 6 minutos. La cantidad del champú que se debe usar es del tamaño de una avellana o nuez, dependiendo de la largura del cabello, y se debe realizar con un champú neutro y acondicionador o mascarilla, cada 2 semanas aproximadamente.
- Preparación antes del lavado: Antes de mojar el cabello, es importante cepillarlo suavemente para desenredar y eliminar los nudos. Esto reduce la posibilidad de que el cabello se rompa durante el lavado.
- Aplicación del champú: Hay que aplicar una pequeña cantidad de champú en las manos y masajea suavemente el cuero cabelludo con movimientos circulares. Hay que prestar especial atención a las raíces, donde se acumulan el sebo y las impurezas. Es importante evitar frotar con fuerza, ya que esto puede dañar las hebras y el cuero cabelludo.
- Enjuagar a fondo: Enjuagar el cabello con agua tibia hasta que el champú se haya eliminado por completo. Hay que asegurarse de que no queden residuos de champú en el cuero cabelludo, ya que esto podría afectar la salud capilar.
- Acondicionador nutriente: Es importante aplicar un acondicionador desde la mitad del cabello hasta las puntas. Hay que evitar aplicar acondicionador en las raíces para prevenir que el cuero cabelludo se vuelva graso, además hay que dejarlo actuar durante el tiempo recomendado en la etiqueta antes de enjuagar con agua fría.
- Enjuague final con agua fría: Enjuagar el acondicionador con agua fría ya que esto ayuda a cerrar las cutículas del cabello, sellando la humedad y proporcionando un brillo saludable. Además, el agua fría estimula la circulación sanguínea en el cuero cabelludo, lo que puede favorecer el crecimiento capilar.
- Secado suave: Después del lavado, hay que evitar frotar fuertemente el cabello con la toalla. En lugar de eso, presionar suavemente para eliminar el exceso de agua. Si es posible, dejar que el cabello se seque al aire libre para evitar el calor directo del secador, que puede dañar las hebras.
- Cuidado posterior: Una vez que el cabello esté seco, puedes aplicar productos de cuidado capilar, como aceites o serums, para nutrir y proteger las hebras. Evita el uso excesivo de calor y productos de peinado que podrían dañar el cabello.

