La llegada de diciembre implica que, en apenas dos semanas, se suceden una tras otra las grandes comilonas y cenas por lo que es un clásico que la gente se reúna con la familia o los amigos. En la mayoría de los casos esto suele significar una mesa llena de platos y comida, por lo que siempre sobra algo que acaba guardándose en la nevera para que los anfitriones se lo coman los días posteriores. Sin embargo, fiesta tras fiesta, y menú tras menú, los alimentos se acumulan en el electrodoméstico, algunas veces sin control.
De hecho, normalmente tanto Navidad como Fin de Año son nombrados popularmente como ‘los días internacionales de la comida recalentada’, porque para evitar tirarla, muchos deciden guardarla en la nevera para consumirla después. No obstante, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, la duración de los alimentos ya preparados que se guardan en la nevera, depende del tipo de estos, es decir, que algunos tienden a descomponerse más rápidamente que otros. Por ello, hay que tener claro que, como norma general, los alimentos pueden permanecer en el refrigerador máximo de tres a cuatro días, puesto que más días podría suponer un riesgo de intoxicación, por la aparición de bacterias.
Las sobras de carne de pavo o cerdo pueden guardarse en refrigeración por tres o cuatro días sin que sea dañino. Sin embargo, otros alimentos, como las guarniciones y ensaladas que contengan mayonesa o productos lácteos, deben ser consumidos en uno o dos días, pues son más propensos a dañarse. En el caso de las comidas que no contienen ingredientes perecederos, también pueden durar tres o cuatro días.
Aunque no sea el único propósito que se incumple anualmente, es cierto que el desperdicio de comida durante estas fechas es una práctica frecuente en la mayoría de hogares. Por ejemplo, siete de cada diez españoles compra más comida de la necesaria durante la Navidad, y uno de cada tres admite desperdiciar al menos un 10% de los alimentos durante este periodo, más que en cualquier otra época del año. Si bien generalmente se opta por almacenar las sobras en vez de tirarlas, pero muchas personas no conocen de qué forma debe conservarse cada plato ni por cuánto tiempo. En términos generales, las sobras navideñas pueden durar en la nevera entre tres y cuatro días. Durante este período, es crucial mantener la comida refrigerada a una temperatura segura, generalmente por debajo de los 4 grados Celsius, además, almacenar las sobras en recipientes herméticos ayuda a preservar su frescura y sabor, al tiempo que reduce el riesgo de contaminación cruzada.
¿Cómo se deben conservar las sobras?
En primer lugar, los platos cocinados tienen que consumirse o ser guardados en el frigorífico en un plazo no superior a dos horas, para evitar la proliferación de bacterias. Las sobras pueden guardarse un máximo de dos o tres días en la nevera si van a ser consumidas en este plazo de tiempo, de lo contrario, la mejor opción es congelar los alimentos. Asimismo, se recomienda conservarlos en un recipiente diferente al que se utilizó para cocinar o en envases herméticos para reducir el riesgo de contaminación.
Según la OCU, las temperaturas idóneas para conservar los alimentos en frío son: En el congelador por debajo de -18 °C. En la nevera, las carnes y pescados deben mantenerse entre 1 y 4 °C y el resto de alimentos entre 5 y 8 °C.
¿Cuánto dura cada alimento en la nevera?
- Carne de cerdo: de tres a cinco días
- Carne molida: de uno a dos días
- Carne de pollo o pavo (aves): de uno a dos días
- Pollo frito: de tres a cuatro días
- Guisos de aves cocidos: de tres a cuatro días
- Pescado: de tres a cuatro días
- Alimentos con huevos: Una semana
- Alimentos con salchicha: Una semana
- Jamón cocido: de tres a cuatro días
- Tocino: hasta 7 días
- Chorizos ahumados: hasta siete días máximo
- Salsas y caldos de carne: de uno a dos días
¿Cómo conservar las sobras?
En estas fechas es muy típico guardar la comida que sobra en las celebraciones navideñas para otro día, sin embargo, hay que tener cuidado y seguir algunos consejos para evitar posibles envenenamientos. Por ello, hay que destacar que la comida cocinada hay que meterla en la nevera en cuanto deje de quemar y dentro de recipientes limpios. No obstante, aunque hacerlo cuando aún está caliente puede elevar la temperatura del frigorífico, dejar que se enfríe fuera antes de introducirla puede conllevar que se estropee antes de tiempo.
También es importante tener la comida bien tapada, ya sea con papel transparente, tapas de silicona o pinzas, y poner una etiqueta con la fecha en la que se ha abierto el envase para saber cuánto tiempo ha pasado hasta que se consume. El motivo es que, una vez abierto, la mayoría de los alimentos aguantan en buenas condiciones unos dos días. Por eso, lo mejor es guardar lo que sobre en un recipiente de plástico o cristal y congelarlo si se va a tardar en consumirlo.
En cuanto a las salsas, es importante no introducir un cubierto que tenga restos o esté manchado ya que esto puede contaminar todo el contenido. Así, lo mejor es utilizar uno para servir y otro para consumir, y usar uno limpio para pasarlo a otro recipiente antes de guardar. Lo mismo cuando se vuelva a comer.