Simone Biles ha vuelto a la competición por todo lo alto reclamando su corona como reina indiscutible de la gimnasia artística en los Juegos Olímpicos de París. Con el dorsal 391, la estadounidense se estrenó en el Bercy Arena el pasado domingo con ejercicios soberbios en barra, salto y suelo pese a padecer problemas en el tobillo izquierdo desde mitad de competición y ejecutó a la perfección -para deleite de los aficionados- el doble salto con triple giro en el aire, su movimiento característico llamado Biles II en su honor.
Todo en ella, desde su gran sonrisa y físico hasta su perseverancia la han convertido en la niña mimada de la competición, una estrella que merece brillar incluso con un maillot a la altura de su portadora. Biles y el resto del equipo estadounidense ha estrenado en las olimpiadas un uniforme diseñado por GK Elite, marca líder mundial en maillots y prendas de gimnasia usadas por atletas olímpicos, campeones mundiales y aficionados desde hace más de 30 años.
Las gimnastas han lucido el maillot de color azul bautizado como ‘Star Spangled Shine’ (brillo de estrellas), bordado a mano con 6.395 cristales Swarovski de granate, turquesa brillante y oro metalizado que forman estrellas y con detalles de terciopelo solicitados específicamente por las atletas. Está valorado en casi 3.000 dólares la pieza y cada una de las cinco gimnastas ha recibido ocho maillots, por lo que se estima que el valor total de los trajes asciende a casi 100.000 dólares.
Su diseñadora Jeanne Diaz explicó a través de las redes sociales que su intención ha sido realizar un diseño patriótico manteniendo los colores de la bandera de Estados Unidos -rojo, azul y blanco- con influencias del mundo de la moda. El maillot tiene cuello alto y una malla negra que se extiende desde la espalda hasta los brazos y el torso, precisamente donde se han bordado a mano las estrellas. Una creación a la altura de la "dinastía" del equipo de gimnasia artística estadounidense, en palabras de su creadora.