El estrés y la ansiedad son las dos enfermedades más habituales en la sociedad actual, por ello es importante buscar maneras sencillas y naturales de aliviar sus síntomas. La compañía de un animal, especialmente los gatos, es una herramienta eficaz para mejorar el bienestar emocional, promoviendo la relajación y la reducción del estrés. Tan beneficiosos son los gatos, para aquellas personas a las que no les dan alergia, que incluso se ha llegado a crear una forma de terapia con ellos llamada gatoterapia.
¿En qué consiste la gatoterapia? Esta forma de terapia asistida con animales fomenta el bienestar emocional y alivia la tensión mediante la interacción con gatos. El motivo es que, acariciarlos, escuchar su ronroneo o simplemente disfrutar de su compañía ayuda a relajarse, disminuye la ansiedad y mejora el estado de ánimo. Tanto es así que 9 de cada 10 dueños de gatos afirma que el comportamiento de sus mascotas ha impactado positivamente en su día a día, y más de la mitad considera que los beneficios de la gatoterapia son uno de los mejores métodos para reducir el estrés.
El concepto de la gatoterapia se fundamenta en la idea de que el contacto con estos animales puede tener un efecto terapéutico, ayudando a reducir el estrés, la ansiedad y mejorar el estado de ánimo general. Y, aunque no es una terapia formal reconocida en la medicina convencional, cada vez más estudios sugieren que los gatos tienen un impacto positivo en la salud mental y emocional de las personas. Es evidente que en este tipo de terapias solamente se utilizan animales que sean dóciles y que no saquen a flote su agresividad. Por otro lado, los gatos no tienen preferencia por una edad en particular o sexo específico, pero al comenzar a interactuar con las personas, son capaces de actuar acorde al sexo y la edad de éstos, y al modo en que son tratados.
Pero, ¿cómo funciona la gatoterapia? El principal mecanismo por el cual funciona la gatoterapia es la liberación de hormonas relacionadas con el bienestar, como la oxitocina y la serotonina, cuando se interactúa con gatos. De hecho, el simple acto de acariciar a un gato puede generar una sensación de calma y relajación y su ronroneo se ha asociado con efectos curativos, ya que emite una vibración de entre 25 y 150 Hertz, una frecuencia que se cree que tiene propiedades curativas, ayudando a reducir el dolor y la inflamación, e incluso a mejorar la cicatrización de huesos.
Origen de la relación entre gatos y humanos
Ya en tiempos ancestrales, el ser humano encontró en ciertas especies animales una buena dosis de compañía y afecto. Además de la domesticación de los animales con el fin de preservar el sustento alimenticio, el abrigo y el desplazamiento, algunas especies han mantenido una relación más íntima con el hombre. En este sentido, dos de los animales que tradicionalmente han desempeñado ese rol son el perro y el gato, aunque en el caso del can, su labor también solía vincularse a la caza, el pastoreo y la seguridad de la morada.
Pero, ¿qué son los gatos? Los gatos son pequeños mamíferos predadores, cuyo origen se sitúa en el sur de Egipto en el año 3000 a.C. En esos tiempos, los gatos ya gozaban de una gran consideración, hasta el punto de que los humanos les otorgaban una categoría de divinidad. Desde Egipto fue extendiéndose hacia otros muchas regiones, y, durante años, fueron el fiel compañero de brujas, magos y curanderos. Posteriormente, fue acogido como cazador doméstico de pequeños animales roedores, que podían propagar enfermedades. En este sentido, el gato era un seguro de salud para el hombre. Además, fue paulatinamente creciendo su rol de amigo y compañero doméstico.
En la actualidad, según diferentes estudios se asegura que la compañía del gato reporta múltiples beneficios a la salud de las personas. Actualmente, existen más de cuarenta especies diferentes de felinos, cada uno con sus características propias: pelajes de todos los colores y formas (e incluso sin pelaje), con cola larga, cola corta, sin cola, con estructuras craneales muy distintas, etcétera.
Descubriendo su personalidad y sus propiedades antiestrés
El gato es un animal muy autónomo, por lo que su vínculo con los dueños de la casa se fundamenta en una especie de pacto de respeto mutuo. Pero su simple presencia es beneficiosa para la salud, de hecho, a diferencia de lo que ocurre con la mayoría de psicofármacos, un gato contribuye a lograr buenos niveles de relajación sin el efecto secundario de perder el contacto con la realidad o ciertas cotas de conciencia. Acariciar un gato puede reducir el estrés, así como disminuir el nivel de presión sanguínea y la frecuencia de latidos del corazón.
Por su parte, el ronroneo característico del gato tiene un efecto positivo, fomentando el buen humor y proporcionando confianza y seguridad. Las señales de afecto que el gato proporciona también tienen un efecto positivo en la psique, ayudando a enfermos convalecientes a salir adelante de su situación gracias a su simple presencia.
Beneficios de la gatoterapia para el bienestar mental
- Reducción del estrés y la ansiedad: el 45% de los españoles asocia el ronroneo de los gatos con sensaciones de paz y tranquilidad. En referencia a diversos estudios, este sonido, junto con la presencia serena de los felinos, no solo induce una sensación de calma, sino que también contribuye a reducir los niveles de cortisol, la hormona del estrés, mientras que aumenta la serotonina, la hormona del bienestar. Tanto es así que la simple presencia tranquila y relajante de un gato puede ayudar a las personas a calmarse en momentos de tensión.
- Ayudan a combatir la depresión: los gatos son la compañía perfecta en momentos de tristeza ya que harán sentirse menos solo. El simple hecho de cuidarlos, darles de comer y atenderlos hacen que el foco deje de estar en la soledad y tristeza que se pueda estar sintiendo en estos momentos y pase a darle atención y cuidados al animal.
- Mejora del estado de ánimo: el 46% de los dueños de gatos eligieron tener uno por el tipo de compañía que ofrecen, ya que su presencia puede ayudar a combatir sentimientos de soledad y tristeza. Según diversos estudios, al acariciarlos o simplemente al observar su comportamiento tranquilo, el cuerpo libera oxitocina. Esta hormona, asociada con la generación de vínculos afectivos y la reducción del estrés, mejora el estado de ánimo y proporciona una sensación de confort y bienestar.
- Refuerzan las defensas: al contrario de lo que se piensa, los gatos ayudan a mejorar los problemas respiratorios. Según un reciente estudio, los niños menores de un año que conviven con gatos tienen menor posibilidad de desarrollar alergias a los animales, ácaros, polen y plantas.
- Reducción de la presión arterial y mejor salud cardiovascular: las interacciones regulares con gatos pueden contribuir a la disminución de la presión arterial y reducir el riesgo de enfermedades cardíacas. Además, la gatoterapia resulta muy beneficiosa en diferentes situaciones, como en la recuperación de accidentes cardiovasculares, ya que estos animales facilitan que se tengan unos niveles bajos de presión sanguínea; también reducen la ansiedad, previenen la depresión y hacen que el paciente se sienta útil y ocupado a la vez.
- Mejor posibilidad de morir de un infarto: esta fue la conclusión a la que llegaron varios investigadores liderados por A. Baun de la Nursing Research. En el caso de la convivencia con perros, no se reportó el mismo efecto protector, posiblemente debido a los cuidados diarios que requieren los canes: los dueños de perros estuvieron en probabilidades cercanas a la media.
- Producen un efecto terapéutico en personas con autismo: numerosos diferentes estudios afirman que el contacto con mascotas eleva los niveles de oxitocina, hormona estrechamente relacionada con el establecimiento de las relaciones sociales. Este aumento de la oxitocina en personas con autismo ayuda a disminuir las conductas repetitivas y mejorar sus relaciones sociales.
- Mejoran el estado físico: tener un felino como mascota implica compartir juegos y travesuras con él. Para personas que necesitan tener una vida activa, pueden ser el complemento perfecto para ir aumentando poco a poco su actividad.
- Terapia con niños: se ha utilizado gatos con resultados positivos en terapias con niños que presentan algún tipo de discapacidad o problemas en la audición y el lenguaje, así como con niños que llevan mucho tiempo hospitalizados.
- Fomento de la empatía y la responsabilidad: cuidar de un gato ayuda a desarrollar la empatía, la paciencia y el sentido de responsabilidad, según indican 3 de cada 10 dueños de gatos en España. Este impacto es aún mayor en los hogares con niños, el motivo es que la interacción diaria con los gatos enseña a los más pequeños a ser más comprensivos y respetuosos con el espacio y las necesidades de otros seres vivos.
- Estimulación de la socialización y la comunicación: para personas con dificultades de socialización o con trastornos como el autismo, la interacción con gatos puede ser una forma segura y no amenazante de establecer vínculos. Los gatos ofrecen compañía sin la exigencia de la interacción verbal, lo cual ayuda a crear una conexión emocional.
- Compañía de personas solas: otro aspecto positivo es que los gatos pueden ser una excelente compañía para personas que viven solas, brindando apoyo emocional y afecto. Para los niños y ancianos, los gatos también pueden ser una fuente de alegría y un incentivo para mantenerse activos.
- Adoptar la filosofía "Be more cat": incorporar este enfoque significa aprender a vivir como lo hacen los gatos, es decir, en el aquí y el ahora. Es una filosofía que invita a detenerse, respirar y apreciar lo que rodea en cada momento. Los gatos, con su capacidad para descansar, explorar con curiosidad y disfrutar del presente, enseñan a ser más conscientes y a valorar los pequeños detalles del día a día.