Los encurtidos son alimentos que se consumen como snack o en ensaladas de manera muy habitual. Para reconocer un encurtido es tan sencillo como mirar que sean alimentos sumergidos y conservados en una solución de sal o de vinagre y que fermentan por sí solos o añadiendo una bacteria alimentaria como la Lactobacillus plantarum. Este proceso hace que el pH del alimento disminuya y aumente la acidez, lo cual permite preservar durante un largo periodo de tiempo la vida útil de una gran variedad de vegetales, frutas, verduras u hortalizas.
Los típicos pepinillos, las aceitunas o las cebollitas son algunos de los más populares, pero hay muchos otros. Cierto es también que, aunque los pepinos encurtidos están muy bien valorados por sus propiedades saludables, no son adecuados para todos. Su alto contenido en sal, histamina y otras sustancias puede provocar síntomas desagradables en algunas personas. Hay que recordar que, en general los encurtidos, son un tipo de alimento que además de no tener apenas calorías, son ricos en nutrientes, cuentan con un alto contenido de agua, contiene fibras beneficiosas, vitaminas, minerales y todo ello unido también a su beneficioso efecto probiótico.
Tal y como explica la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) en uno de sus informes, "primero se seleccionan los frutos antes de estar en su punto de madurez y luego se someten a un lavado para evitar que posibles restos, como los hongos, los estropeen. Se introducen después en una salmuera, con alto contenido en sal, donde los nutrientes del vegetal se difunden. Esto produce múltiples cambios químicos y físicos en el producto, que llega incluso a variar su textura". Después de eso, estos alimentos deben superar sucesivos lavados que eliminan la sal sobrante. Luego, se aliñan mediante la adición de varias sustancias como vinagre, especias o diversas plantas aromáticas, que son los que le aportan ese sabor agrio e intenso tan característico. Finalmente, los encurtidos se someten a un tratamiento térmico para garantizar su conservación. ¿El resultado? Un producto con múltiples propiedades nutricionales y una alternativa más ligera y saludable a las clásicas patatas fritas, las pipas saladas o los gusanitos. Sin embargo, no es oro todo lo que reluce.
De hecho, una de las principales razones por las que algunas personas deberían limitar el consumo de encurtidos es su alto contenido en sal. Ya que el exceso de sal en la dieta puede provocar un aumento de la presión arterial, lo que es especialmente peligroso para las personas con hipertensión. Los encurtidos también son una rica fuente de histamina, una sustancia que puede provocar síntomas desagradables en personas como intolerancias, dolores de cabeza, urticaria, problemas de la piel o trastornos gastrointestinales.
Beneficios de los encurtidos
- Refuerzan el sistema inmunitario: Son aliados poderosos para fortalecer las defensas naturales. El motivo es que su combinación de fibras y probióticos es fundamental para la salud intestinal y a la vez fortalece el sistema inmunológico, ayudando a combatir enfermedades estacionales.
- Nutrientes esenciales: Son una excelente fuente de vitaminas del grupo B, esenciales para proteger el sistema nervioso, mejorar la memoria y prevenir la depresión. Además, desempeñan un papel crucial en el metabolismo de carbohidratos y grasas.
- Fortalecimiento óseo: La vitamina K2 presente en los encurtidos, contribuye a la síntesis de calcio en huesos y dientes. Esto fortalece la estructura ósea y previene la calcificación de los vasos sanguíneos, lo que a su vez protege la salud cardiovascular.
- Control del azúcar: Gracias a su alto contenido de fibra, los encurtidos ayudan a regular la secreción de insulina y el tiempo de digestión, lo que resulta en niveles más estables de azúcar. Un beneficio especialmente destacado para las personas con resistencia a la insulina.
- Mejora la salud cardiovascular: El consumo regular de encurtidos también puede proteger contra enfermedades cardíacas al mejorar la flora intestinal y proporcionar antioxidantes y nutrientes clave para la salud vascular.
- Alivio del estreñimiento: La fibra presente en los encurtidos ayuda a mantener un tracto digestivo saludable, promoviendo la regularidad intestinal y previniendo el estreñimiento.
- Ayuda en la pérdida de peso: Con su efecto saciante y su bajo contenido calórico, los encurtidos son un excelente complemento para quienes buscan perder peso, además de su capacidad para acelerar el metabolismo.
- Rehidratación y reposición mineral: El líquido de encurtidos es una forma rápida y efectiva de reemplazar líquidos y minerales perdidos durante el ejercicio intenso, reduciendo así los calambres musculares.
¿Quiénes deben evitarlos?
Si bien tienen beneficios, como ser bajos en calorías y ofrecer probióticos, su alto contenido de sodio y otros aditivos pueden representar riesgos específicos para quienes padecen ciertas condiciones médicas. Esto es precisamente lo que sucede a quienes padecen diabetes o hipertensión. En estos casos es importante ser consciente de que el alto contenido de sodio en los encurtidos puede aumentar la presión arterial, lo que representa un riesgo adicional, especialmente para los riñones.
Para las personas con hipertensión arterial, los encurtidos son especialmente problemáticos. Debido a que suelen ser preparados con grandes cantidades de sal para su conservación, estos alimentos pueden elevar la presión arterial, agravando la hipertensión y aumentando el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Los pacientes con esta condición deben evitar o moderar su consumo de encurtidos para prevenir subidas de presión y proteger la salud del corazón.
Otro grupo de personas que deben tener cuidado con los encurtidos son quienes padecen de enfermedad renal. El motivo es que el alto nivel de sodio y otros componentes presentes en estos alimentos pueden sobrecargar los riñones, dificultando la eliminación de toxinas y líquidos. Esto es particularmente peligroso en personas con insuficiencia renal, ya que un exceso de sodio puede empeorar la retención de líquidos y aumentar la carga de trabajo para estos órganos.
Para las personas con gastritis o úlceras gástricas, el consumo de encurtidos puede irritar la mucosa estomacal. La combinación de vinagre, sal y especias empleada en su preparación puede provocar ardor, acidez y empeorar la inflamación, complicando los síntomas y haciendo que estos alimentos resulten difíciles de digerir.
Pero también personas con insuficiencia renal crónica o problemas estomacales deben eliminar o controlar mucho el consumo de encurtidos debido a su alto contenido en sodio. Además estos alimentos aumentan la producción de ácidos estomacales, algo peligroso para personas con úlceras, reflujo o erosiones. Y no hay que olvidar que las personas que consumen algún tipo de anticoagulantes deben evitarlos ya que la vitamina K, que abunda en los encurtidos, puede debilitar el efecto de los medicamentos anticoagulantes.
Igualmente, las personas que padecen gota deben comer encurtidos con moderación. El exceso de sodio en la dieta puede provocar una intensificación de los síntomas de la enfermedad, por lo que es mejor limitar el consumo de productos encurtidos. Incluso las personas que han sufrido un derrame cerebral que consumen grandes cantidades de sal, lo que no sólo aumenta las posibilidades de que la enfermedad reaparezca, sino que también conlleva el riesgo de sufrir gota y cálculos renales. Si los pacientes consumen más de 5 g de sal al día, el riesgo de desarrollar gota aumenta en un 17%.
Las personas mayores que tienen osteoporosis deben disminuir el consumo de encurtidos ya que comer demasiada sal agota el calcio del organismo, los huesos de las personas mayores se vuelven más frágiles y la osteoporosis se vuelve más grave.