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Mariposas en el estómago: ¿qué son realmente? ¿Son algo malo?

Las mariposas en el estómago se han asociado al amor pero... ¿qué son en realidad? ¿Cuándo pueden aparecer? ¿Son símbolo de amor o de estrés?

Mariposas en libertad sobre una flor en un árbol. | Pixabay/CC/Schwoaze

El hormigueo en el estómago que puede llegar a quitar el hambre o impedir pensar en otra cosa se asocia al amor. Y se le llaman mariposas. Pero realmente es una sensación que ocurre con frecuencia, por ejemplo, ante un examen, antes de una entrevista de trabajo o cuando estamos delante de una persona que nos gusta. Cuando aparecen por amor suele ser en la primera fase del enamoramiento y suele acompañarse de unos síntomas que podrían ser buenos indicadores de que nos estamos enamorando o, al menos, de que nos está empezando a gustar seriamente una persona.

¿Cuáles serían estos síntomas? Pues, además de esta irrefrenable atracción por parte de la dopamina, la activación de la amígdala también produce la liberación de noradrenalina y la activación del sistema nervioso simpático y esto es, básicamente, una respuesta de estrés. Y es que, el amor nos estresa y dentro de este estrés, se revoluciona el resto del organismo, es decir, sentiremos que se acelera el pulso y se encoge el estómago.

Las mariposas en el estómago, por tanto, se deben a la presencia elevada de neurotransmisores en el cuerpo, desencadenados por el estado emocional que provoca el enamoramiento. Entre estos neurotransmisores, la adrenalina juega un papel crucial, siendo conocida por su capacidad para generar sensaciones de estrés y ansiedad. La influencia de la adrenalina en el sistema digestivo resulta en un incremento del peristaltismo, el movimiento intestinal que facilita la digestión, lo que puede generar esa característica sensación de vacío o ligereza en el estómago.

Emociones Digestivas

El sistema nervioso entérico o SNE en ciertas situaciones es capaz de trabajar independientemente del sistema nervioso central reconociendo algunas situaciones de forma instintiva, y como un reflejo, 'puentear' autónomamente al cerebro para generar algún tipo de respuesta fisiológica inmediata.

Esto explica que, ante una sensación de peligro inminente, tengamos esa sensación de encogimiento o nudo en el estómago, que ante una noticia desagradable nos duela el estómago, o que, al tropezarnos con la persona que nos gusta aparezca, ese cosquilleo en el estómago. El hecho de que esas sensaciones sean completamente diferentes, aparezcan en situaciones dispares y en distinta intensidad en cada persona, nos hace deducir que las teclas nerviosas que pulsamos y los transmisores que operan en cada situación varían enormemente.

Mariposas en el estómago: síntoma inequívoco de estrés

La conexión cerebro-estómago está más que comprobada en diferentes situaciones de la vida. De hecho, debemos tener claro que esas mariposas que sentimos cuando tenemos cerca a la persona que nos gusta no son más que estrés y es una respuesta de estrés inespecífica ya que se presenta casi igual y con los mismos cambios fisiológicos ante un león o un ataque que ante una persona que nos gustas. La activación del sistema nervioso simpático y la liberación de noradrenalina y adrenalina, hacen que nuestro cuerpo entero se revolucione, tal y como si tuviera que enfrentarse a una amenaza o, al menos, a una situación novedosa que puede suponer un reto.

Dentro de esta revolución, las conexiones que el sistema nervioso simpático tiene con nuestro sistema digestivo hacen que, literalmente, nuestro estómago se encoja, sintiendo esa especie de nudo. Además, el sistema digestivo tiene una enorme red de neuronas, conocidas como sistema nervioso entérico, que conectan vía directa con nuestro cerebro a través del nervio vago, haciendo que seamos conscientes de ese encogimiento.

Por tanto, las mariposas en el estómago son una reacción natural al estrés que también puedes sentir en otros ámbitos de la vida, con mayor o menor intensidad, como antes de un examen importante o de una entrevista de trabajo. Esto es porque, cuando nos estresamos experimentamos lo que se conoce como "lucha o huida". Las señales viajan desde la parte pensante del cerebro hasta la zona del hipotálamo y de la pituitaria. Estas áreas se encuentran en el cerebro y se encargan de controlar multitud de funciones de nuestro organismo.

Es en ese momento, cuando llegan al estómago, cuando las mariposas empiezan a hacer acto de presencia. Es más, al mismo tiempo que esa adrenalina alcanza nuestro estómago, y por eso las sensaciones se juntan en nuestro organismo, provoca un aumento de la presión arterial y de la frecuencia cardíaca.

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