
El 6 de abril de 2024, Teresa Urquijo y el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, protagonizaron una de las bodas más destacadas del panorama social español. Al evento asistieron figuras tan relevantes como Victoria Federica, la Infanta Elena o Isabel Díaz Ayuso, en una ceremonia cargada de emoción, estilo y simbolismo. Sin embargo, uno de los elementos que más ha perdurado en la memoria colectiva ha sido el vestido de novia de Teresa Urquijo.
Un diseño con historia
Lejos de ser un vestido elegido por catálogo o creado desde cero, el traje que lució Teresa Urquijo es una reinterpretación de una reliquia familiar. El diseño original fue confeccionado por Pedro Rodríguez para su abuela, Teresa de Borbón Dos-Sicilias, con motivo de su boda con Íñigo Moreno de Arteaga, celebrada el 16 de abril de 1961. Más de seis décadas después, la nieta decidió rendirle homenaje transformando aquel vestido en una pieza nueva, pero respetuosa con el diseño original.
La adaptación fue posible gracias a Cristina Martínez-Pardo Cobián, directora creativa de la firma Navascués y tía segunda del propio Almeida, lo que añadió un toque aún más personal al proceso.
Detalles de época
Uno de los elementos más especiales que se conservaron fue el tejido original: un delicado brocado con base de raso bordado en hilos de plata, que ofrecía una textura sofisticada. La diseñadora respetó ese material, manteniendo así la esencia del vestido, pero actualizando la silueta para adaptarla a la figura y el gusto de Teresa.
Este no fue el único vínculo familiar: la madre de Teresa, Beatriz Moreno y de Borbón, también utilizó el vestido en su boda en 1995, adaptándolo entonces a un estilo princesa, con escote barco, manga larga ajustada, falda en forma de ‘A’ y una cinturilla sutil para marcar la figura.
En un momento en el que los vestidos de novia tienden hacia lo sencillo y elegante, el atuendo de Teresa Urquijo encajó a la perfección con las corrientes actuales. Su diseño se basó en una estructura de corte recto, con cuello ligeramente subido, mangas abullonadas rematadas en puño estrecho y una caída limpia que favorecía su silueta sin artificios innecesarios.
Lo acompañó de un velo asimétrico de tul de seda, una cola de tres metros de largo y unos zapatos beige de tacón medio de la firma Mascaró, que estilizaron aún más su figura. En cuanto a las joyas, optó por unos pendientes familiares de brillantes, largos y luminosos, que aportaban un toque clásico sin robar protagonismo al vestido.
Un año después de la celebración de su boda en la iglesia de San Francisco de Borja, en pleno centro de Madrid, Teresa Urquijo y José Luis Martínez-Almeida esperan su primer hijo. Mientras tanto, el vestido de su enlace sigue apareciendo como referencia en las listas de tendencias bridal por su capacidad de unir tradición, historia familiar y elegancia moderna.



