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El origen de las luces de Navidad: de las velas paganas a la bombilla para promocionar la electricidad

La mágica iluminación festiva, hoy ligada al nacimiento de Jesús, es más reciente de lo que parece: su verdadera historia surge en el siglo XIX.

La mágica iluminación festiva, hoy ligada al nacimiento de Jesús, es más reciente de lo que parece: su verdadera historia surge en el siglo XIX.
Los vigueses disfrutan del encendido de las luces de Navidad 2022 | Javier Vázquez / Europa Press

La iluminación de Navidad es uno de los acontecimientos del año en cualquier ciudad del mundo, porque acercan la magia a los ciudadanos y anuncian la llegada de Papá Noel, Santa Claus, El Niño Jesús o los Reyes Magos. Pero, aunque pueda parecer mentira, esta idea de iluminar las ciudades y las diferentes decoraciones tuvo lugar con el invento de la luz eléctrica. Cierto es que existen muchas teorías que hablan del origen de la iluminación navideña y la mayoría está relacionada con el fin de la cosecha y el solsticio de invierno.

Hay que tener claro que, en cualquier ciudad, también en España, el encendido de luces navideñas es una tradición profundamente arraigada y marca el inicio de la temporada festiva en ciudades y pueblos de todo el país. Aunque hoy es un espectáculo visual de gran magnitud, esta costumbre tiene sus raíces en prácticas más sencillas y humildes. Lo que es evidente es que las luces son uno de los elementos más importantes de las decoraciones navideñas. ¿Cuál es el significado de estas luces navideñas? El significado de las luces está relacionado con el nacimiento de Jesús, ya que simboliza la llegada de la luz al mundo. Además, esta celebración de la Navidad y sus elementos se originaron a lo largo del siglo XIX, por lo que no es tan antiguo como se puede pensar.

Es cierto que ya en la antigua Roma se celebraba una fiesta llamada Saturnalia, que estaba completamente vinculada con el solsticio de invierno celebrado el 25 de diciembre. Al ser más largas las noches, se utilizaban velas para iluminar las celebraciones y fiestas propias de esta época del año. Así, las diferentes culturas del mundo utilizaron la luz de las velas para representar y celebrar las festividades de invierno, en especial en los países nórdicos.

Posteriormente, ya en la Edad Media, se celebraba la fiesta de Yule, en esta celebración se encendía un tronco de Yule que protegía al pueblo de los espíritus malignos, en las largas noches invernales. Más adelante el cristianismo adoptó algunas tradiciones de Yule en las celebraciones religiosas y especialmente en Nochebuena, donde la luz cobró aún más sentido al formar parte del nacimiento de Jesús.

Además, en el siglo XVII, Alemania inició la tradición de poner velas en las ramas de los árboles para iluminar los caminos, y también en las ventanas de las casas, con el objetivo de indicar a los viajeros que ésta era una casa cristiana. Luego en el siglo XIX, con la llegada de la bombilla incandescente, Edison estaba buscando una manera de dar a conocer su invento, y no se le ocurrió mejor idea que utilizar la tradición de las fiestas de Yule y ubicar lámparas en el laboratorio de Menlo Park, para que los viajeros en tren pudieran observar de lejos el milagro de la Navidad.

Posiblemente gracias a eso, tan solo un par de años más tarde, Edward Johnson usó las bombillas de Edison para iluminar el primer árbol de Navidad en Manhattan, para lo que utilizó una secuencia de bombillas incandescentes de colores blanco, rojo y azul. Sin embargo, esta idea no tuvo gran aceptación en la sociedad, ya que la gente no confiaba aún plenamente en la electricidad. Además, las bombillas eran demasiado costosas para la época.

Hasta 1956 no aparecen las primeras iluminaciones navideñas de exterior; hay dudas de cuál fue la primera localidad en utilizarlas. La ciudad de Mc Anderville, San Diego o Nueva York reclaman tal distinción. Y, además, no fue hasta 1985 que el presidente Grover Cleveland utilizó luces para encender el árbol de Navidad de la Casa Blanca, situación que ayudó a popularizar las luces navideñas. Es así como la luz fue dándole forma a las celebraciones navideñas que hoy en día nos acompañan.

¿Cuándo empezó la tradición en España?

Todo el mundo puede pensar que fueron grandes ciudades como Madrid o Barcelona las primeras en iluminar las calles en la época navideña. Y nada más lejos de la realidad. De hecho, Puente Genil fue la primera localidad en realizar el encendido navideño hace casi 80 años. En la actualidad, este pueblo se ha convertido en un referente mundial en iluminación navideña, ya que en él se puede encontrar el origen de esta especial tradición.

Pero, ¿cómo se originó esta idea en este pueblo andaluz? Desde 1945, durante la Navidad, el pueblo se llena de luz con cada vez más bombillas, que crean impresionantes combinaciones y decoraciones, haciendo de él un destino único para quienes buscan disfrutar de la magia navideña de una forma única y especial. Con el paso de los años, esta tradición de iluminar la Navidad fue llegando a los diferentes puntos de España. Así, en la década de 1960 las principales ciudades españolas empezaron a decorar sus calles con luces para dar un ambiente festivo y atraer a la gente a las zonas comerciales.

Concretamente, en Madrid, hace años apenas eran unos candiles los que anunciaban que el fin de año estaba cerca. Según relata el diccionario geográfico de Madoz de 1974, en el siglo XIX los madrileños gastaban una broma a los forasteros ingenuos y les decían que iban a llegar los Reyes Magos y que repartirían monedas de oro y plata. Con la intención de encontrarles, la muchedumbre acompañaba a los inocentes tocando latas y cencerros por todo Madrid hasta el anochecer, cuando la capital se iluminaba con hachones. La burla duraba hasta el amanecer y terminaba en alguna taberna donde se cachondeaban de la credulidad de los despistados buscadores de oro.

Es evidente que las primeras iluminaciones eran sencillas, generalmente con bombillas incandescentes de colores que se colocaban en las principales calles y plazas, y el encendido marcaba el inicio de la temporada de compras navideñas. Pero, a lo largo de los años, el encendido de luces fue cobrando cada vez más importancia y se convirtió en un evento social esperado por los ciudadanos. En la actualidad, ciudades como Madrid, Barcelona, Málaga y Vigo compiten cada año por ofrecer los diseños de luces más espectaculares y creativos. Estas ciudades suelen iniciar sus encendidos a finales de noviembre, cuando miles de personas se reúnen para presenciar el primer destello de las luces que iluminarán las noches hasta el Día de Reyes en enero.

Hay que destacar que, en los últimos años, la sostenibilidad se ha convertido en una prioridad, y muchas ciudades han adoptado luces LED de bajo consumo y horarios de encendido controlados para minimizar el impacto ambiental. El encendido de luces navideñas en España se ha transformado en un símbolo de unión y celebración, combinando tradición e innovación para crear un ambiente festivo y acogedor que ilumina las ciudades y las llena de magia navideña.

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