Un total de 23 ovejas medio devoradas o heridas de muerte. Fue lo que se encontró un pastor de Hortezuelos (Burgos), Javier Carazo, cuando el pasado domingo fue a buscar a su rebaño de 500 cabezas para sacarlo a pastar. La cacería nocturna de un grupo de lobos dejó un reguero de cadáveres y animales moribundos que el pastor iba encontrando a su paso, según ha relatado el propio Carazo a El Diario de Burgos. "Cuando iba a las 8:30 horas después de haberlas dejado la noche anterior en un cercado que tenemos en un robledal ha empezado a ver las muertas y heridas".
En declaraciones a este mismo diario, Carazo ha afirmado que no tiene dudas de que se trata de una manada de lobos a tenor del destrozo provocado: "A una oveja la han sacado del cercado y se han comido la mitad, eso no lo hace un lobo solo, tiene que haber sido una manada".
Tras este golpe, la familia se replantea si merece la pena seguir con el negocio ganadero. El propietario de las ovejas, tío de Carazo, pensaba jubilarse en unos años, pero todo apunta a un cese anticipado, porque las consecuencias económicas para la explotación son mayores que el propio valor de las ovejas.
Castilla y León es una de las comunidades más afectadas por el lobo. Durante el primer semestre 2023, los ataques de este depredador han aumentado un 29% con respecto al mismo periodo de 2021, según los datos de la Consejería de Medio Ambiente. Hasta junio se han contabilizado 1.717 asaltos y 2.705 animales muertos. Y esta cifra se dispara hasta el 35% si se compara con los datos de 2019.
De hecho, Castilla y León fue una de las comunidades que envió a la Comisión Europea un informe actualizado sobre la situación del lobo en el territorio, con el objetivo de que las instituciones europeas evalúen si supone un "peligro real" para el ganado y la población local y revisen las normas comunitarias que regulan la protección de este animal.
La propia presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, ha manifestado que "la concentración de lobos en algunas regiones europeas se ha convertido en un peligro real para el ganado, y, potencialmente también para los seres humanos". De igual modo, ha instado a las autoridades locales y nacionales a que tomen medidas cuando sea necesario" porque "la legislación vigente de la UE ya les permite hacerlo".