
El zoológico Bioparc de Valencia está de luto. Julio, una impresionante jirafa macho, ha fallecido a los 18 años. Además del buen recuerdo de sus criadores, Julio también deja una numerosa prole que campa por distintos parques europeos y que continuarán con su legado de preservación de las jirafas, una especie gravemente amenazada. Su muerte ha reabierto el debate sobre la importante labor conservadora de los zoos y el intento de los animalistas por acabar con estos recintos y reconvertirlos en santuarios propiedad de estas mismas asociaciones animalistas.
Julio era un macho de la subespecie de jirafa Baringo (Giraffa camelopardalis rothschildi) y un "portentoso representante del animal terrestre más alto que existe". Resultaba impactante contemplar "cara a cara" sus cerca de 6 metros de altura, ha explicado Bioparc Valencia en un comunicado. "El andar pausado, con los distintos tipos de antílopes y aves a sus pies, sus cortejos a las hembras y la ternura con sus crías, hacía de él un animal muy singular y estimado por todo el equipo de cuidado animal que durante todos estos años le ha aportado el máximo bienestar y que se encuentra muy afectado", ha añadido.
"En Bioparc Valencia quedará siempre el recuerdo del impresionante porte de Julio en sus recorridos por la zona que recrea la sabana, donde, con permiso del león que le ojeaba desde su atalaya, él era el rey", ha destacado el parque. La muerte de Julio se ha producido con 18 años, lo que se contempla como una edad avanzada, teniendo en cuenta que la esperanza de vida en un entorno controlado se sitúa entre los 20-27 y en estado silvestre con un rango de 10-15 años.
Julio llegó a Valencia en 2007 desde Aalborg Zoo (Dinamarca) con el objetivo de formar un grupo reproductor estable y ayudar así a conservar esta bella subespecie de jirafa incluida en la Lista Roja de la UICN (Unión Internacional para la conservación de la Naturaleza) que se encuentra en grave amenaza de extinción. Y Julio cumplió con su cometido. La herencia que deja es "fundamental" y fue padre de siete jirafas que se han integrado en otros grupos de cría controlada en diferentes parques europeos. Una de sus hijas, África, nacida en 2011, permanece en Bioparc junto a la hembra Zora.
"Cárceles para animales"
Las poblaciones de jirafas están disminuyendo, incluso algunas subespecies han perdido hasta un 95% de sus individuos en las últimas tres décadas. Por eso, la labor que realiza Bioparc resulta esencial para evitar la desaparición de la especie. De hecho, actualmente existen 429 jirafas Baringo en los parques europeos.
Sin embargo, los movimientos animalistas consideran que los zoos son "cárceles" para animales en cautividad donde se promueve un negocio a costa del bienestar de ejemplares que deberían estar en libertad. Por ese motivo, proponen la desaparición de este tipo de recintos y el traslado de esos animales a los santuarios, propiedad de las asociaciones animalistas y que, en algunos casos, también cobran la entrada a los visitantes en concepto de donativo.
"Nunca visites zoológicos, porque con tu dinero pagas la cárcel para los animales y para seguir negociando con ellos, en vez de aportar a su rescate y preservación", señala Anima Naturalis, una de las asociaciones animalistas más influyentes en España. De hecho, por paradójico que sea, los propios movimientos animalistas prefieren la extinción de los animales antes que el zoo. Es el caso de PETA, que dijo en declaraciones a la revista Traveler: "¿Qué sentido tiene conservar una especie si su hábitat natural ha sido destruido y no hay ningún lugar al que los animales puedan regresar?"
Obviamente, la visión de los zoos y los criadores de especies exóticas es muy diferente. Reivindican su labor en la conservación de especies que, de otro modo, estarían abocadas a su desaparición. Además, consideran que "criar es conservar" y recuerdan que para que un animal se reproduzca (el objetivo final de cualquier criador) las condiciones de bienestar tienen que ser óptimas.
La "triste noticia" del fallecimiento de Julio se produce justo unos días después de la enorme alegría que ha supuesto el nacimiento de un segundo elefante en el parque valenciano. Bioparc han asegurado que "este fallecimiento será muy sentido entre las personas que visitan Bioparc y para toda una generación de jóvenes que han crecido admirando la presencia de uno de sus animales favoritos y aprendiendo a valorar la necesidad de protegerlos". Desde luego, nada que ver con la visión animalista que trata de extender la idea de que los zoos albergan "animales encerrados, violentados y tristes".


