Los cambios lunares siempre han sido un indicador natural para actividades como la siembra, la caza o el descanso a lo largo de la historia de la humanidad. Asimismo, cada vez son más los fanáticos que deciden observar la gran belleza de acontecimientos únicos como la Luna llena.
Este mes de noviembre tiene lugar la última superluna del año, completando el ciclo que incluyó a las superlunas de agosto, septiembre y octubre. También es conocida como la Luna del Castor, un nombre que proviene de las tradiciones nativas americanas, cuyos habitantes observaron que la plenitud del astro coincidía con la preparación de los castores para hibernar ante la llegada del invierno.
Explicación científica
La NASA ha explicado que el término "superluna" fue acuñado en 1979 por el astrólogo Richard Nolle. "Suele usarse para describir lo que los astrónomos llamarían una luna llena en su perigeo, es decir, una luna llena que ocurre próxima al momento o en el momento en que la Luna está en el punto más cercano de su órbita alrededor de la Tierra", han incidido desde el organismo científico.
Esta última superluna de 2024 coincide con el perigeo de la Luna —el punto más cercano a la Tierra—, por lo que el tamaño y luminosidad del astro serán destacables. La luna llena de noviembre también es conocida como la Luna de Escarcha.
¿Cuándo y cómo ver la superluna?
La superluna del Castor podrá verse el viernes 15 de noviembre de 2024 a las 22:29 horas. Aunque la Luna podrá observarse en su fase completa desde el día 14 hasta el 16.
Para poder disfrutar de esta luna llena, no hace falta ningún tipo de material específico, solo los propios ojos y un entorno con poca contaminación lumínica. En el caso de utilizar prismáticos, se podrán apreciar más detalles de la superficie lunar.
Cabe destacar que todas las lunas llenas cuentan con su propio apodo, una tradición que comenzó en 1930. Algunos de estos nombres son: la luna llena del lobo (enero); de la nieve (febrero); del gusano (marzo); la luna rosa (abril); de las flores (mayo); de fresa (junio); del ciervo (julio); del esturión (agosto); de cosecha (septiembre); del cazador (octubre); del castor (noviembre); y la luna llena fría (diciembre). Todos estos nombres fueron elegidos por los nativos americanos, quienes bautizaban las lunas en función de hechos importantes relacionados con la naturaleza.