Un informe de la ONU ha llevado a la activación, por primera vez, del protocolo de emergencia para objetos cercanos a la Tierra, tras la detección del asteroide 2024 YR4 el pasado 27 de diciembre desde el observatorio ATLAS en Chile. Esta roca espacial, cuyo diámetro oscila entre 40 y 100 metros, podría impactar contra la Tierra el 22 de diciembre de 2032, aunque la probabilidad de colisión sigue siendo baja.
Las últimas estimaciones sitúan la posibilidad de impacto en un 1,2 %, frente al 1,3 % inicial, tras ser reevaluada por la ESA, la NASA y la Agencia Espacial de Francia. Esto implica que hay casi un 99 % de probabilidades de que el asteroide no choque con la Tierra, aunque su trayectoria aún requiere un seguimiento detallado.
El nivel de amenaza ha llevado a la ONU a movilizar a los dos principales organismos encargados de la defensa planetaria: la Red Internacional de Alerta de Asteroides (IAWN) y el Grupo Asesor de Planificación de Misiones Espaciales (SMPAG).
Una amenaza menor, pero bajo vigilancia
El SMPAG, presidido por la ESA, celebró una reunión el pasado 31 de enero para analizar el escenario de impacto. Según su comunicado, aunque el asteroide supera el umbral del 1 % de probabilidad de colisión y tiene más de 50 metros de diámetro, las conclusiones del grupo fueron claras: "Es demasiado pronto para tomar medidas concretas". No obstante, continuarán monitorizando su evolución y refinando los datos sobre su trayectoria y tamaño.
A pesar de la expectación generada, los científicos insisten en que este escenario no debe causar alarma. La astrónoma de la NASA, Heidi Hammel, explicó en redes sociales que "mis colegas y yo hemos estado estudiando el posible impacto de 2024 YR4, que fue calificado inicialmente como riesgo 1 en la escala de Turín y ahora ha pasado a nivel 3".
My colleagues and I have been paying attention to potentially-Earth-impacting asteroid 2024 YR4, which Torino 1 initially and now is Torino 3 ("merits attention by astronomers"). Impact predict is 2032, but more data may reduced probability to zero. https://t.co/JsrqRK8IJi pic.twitter.com/y8gLHZouRM
— Dr Heidi B. Hammel (@hbhammel) January 28, 2025
La escala de Turín, que mide el peligro de impacto de un asteroide del 0 al 10, indica que el objeto merece la atención de los astrónomos y del público, pero aún no representa un peligro real e inminente.
El Centro para el Estudio de Objetos Cercanos a la Tierra de la NASA ha indicado que, en el remoto caso de impacto, este se produciría en un corredor geográfico que abarca desde el este del Pacífico, pasando por el norte de Sudamérica, el Atlántico, África, el mar Arábigo y el sur de Asia. Sin embargo, los cálculos actuales sugieren que solo el 1,6 % de la superficie de incertidumbre de su trayectoria incluye una posible colisión con la Tierra.
Un visitante reincidente con órbita incierta
El asteroide ya visitó la Tierra en 2016, pero no fue detectado en aquel momento. Ahora, su órbita alargada y su alejamiento en línea recta dificultan calcular con precisión cómo se curvará su trayectoria en los próximos años. Durante los próximos meses, la ESA coordinará observaciones con telescopios terrestres cada vez más potentes, culminando con el uso del Telescopio Muy Grande (VLT) del Observatorio Europeo Austral en Chile, con el fin de recopilar el mayor número de datos posible antes de que desaparezca de nuestra vista.
Si no se logra descartar por completo un impacto antes de que esto ocurra, el 2024 YR4 podría permanecer en la lista de riesgo de la ESA hasta 2028, cuando volverá a acercarse a la Tierra y se podrá obtener una evaluación más precisa.