
Si se piensa en fortaleza dentro del mundo animal, lo primero que puede pensar alguien es que el animal más fuerte del mundo puede ser el elefante, el gorila o tal vez el oso. Sin embargo, si se tiene en cuenta la cantidad de peso que pueden levantar en relación con el tamaño de su cuerpo los animales anteriormente mencionados, no se encuentran cerca del peso que puede levantar el escarabajo pelotero.
Se le conoce como "pelotero" por su capacidad para empujar grandes bolas de heces. Estas bolas suponen una fuente de alimento para este animal y son muy importantes para el ecosistema porque ayudan a fertilizar el suelo. Este animal se encuentra en la Península Ibérica y suele habitar en enclaves costeros y litorales.
Hasta 1.141 veces el peso de su cuerpo
El escarabajo pelotero tiene una media de 1,8 y 2 centímetros y puede llegar a pesar 10 gramos. Un estudio publicado en el año 2010 en la revista Science Daily, reveló que el escarabajo pelotero es capaz de levantar 1.141 veces su propio peso corporal "el equivalente a que una persona de 70 kg levante 80 toneladas", o lo que es lo mismo, seis autobuses de dos pisos llenos.
Otro de los aspectos relevantes sobre los escarabajos es que el estudio Proceedings of the Royal Society B revela que la alimentación de los escarabajos influye en el peso que pueden levantar. "Incluso los escarabajos más fuertes quedaron reducidos a débiles criaturas cuando se les sometió a una dieta pobre durante unos días", señala el artículo de Science Daily.
Esta fuerza tan grande se debe a la motivación que tienen los machos para reproducirse. Las hembras cavan agujeros en el suelo y si un macho se introduce en este y ya está ocupado por otro macho, ambos se enfrentan empujándose con los cuernos.
Sin embargo, no todo es fuerza, y es que según el Doctor Knell, de la Escuela de Ciencias Biológicas y Químicas de la Universidad Queen Mary, hay algunos escarabajos macho que no pelean por las hembras. "Son más pequeños, más débiles y no tienen cuernos como los machos más grandes. Incluso cuando los alimentamos no se hicieron más fuertes, por lo que sabemos que no se debe a que tengan una dieta más pobre", señala Knell. No obstante, estos animales desarrollan otras técnicas para poder fecundar a una hembra como desarrollar testículos más grandes y Knell sugiere que "se escabullen por detrás del otro macho, esperando hasta que él mire hacia otro lado para tener la oportunidad de aparearse con la hembra".



