
Los lobos terribles prehistóricos (Aenocyon dirus) vuelven a la vida después de haberse extinguido hace al menos 10.000 años gracias al milagro de la ingeniería genética, lo que lo convierte en el primer animal "desextinto" de la historia. Este el anuncio que hizo la empresa Colossal Biosciences para presentar a Rómulo, Remo y Khaleesi, tres lobos huargos con un precioso pelaje blanco y fieros ojos anaranjados. Sin embargo, la comunidad científica se ha apresurado a matizar la información de este hito viral que, sin restarle importancia, tiene mucho más de marketing que de realidad.
El Aenocyon dirus vivió en el continente americano durante el Pleistoceno (entre 3,5 y 2,5 millones de años) y se extinguió al final de la Edad de Hielo. Según Colossal, estos animales eran hasta un 25% más grandes que los lobos grises y tenían un pelaje claro y grueso, cabeza grande, mandíbulas poderosas y mayor masa muscular. Muchos los conocen por su aparición en la serie Juego de Tronos: una criatura legendaria de gran tamaño y muy fuerte que además es el emblema de la Casa Stark.
SOUND ON. You're hearing the first howl of a dire wolf in over 10,000 years. Meet Romulus and Remus—the world's first de-extinct animals, born on October 1, 2024.
The dire wolf has been extinct for over 10,000 years. These two wolves were brought back from extinction using… pic.twitter.com/wY4rdOVFRH
— Colossal Biosciences® (@colossal) April 7, 2025
Para revivir a los lobos terribles, los científicos de Colossal, dirigidos por la directora científica Beth Shapiro, extrajeron partes del ADN de un diente de 13.000 años y de un hueso del oído interno de 72.000 años y lo introdujeron en una máquina de secuenciación para reconstruir el genoma del lobo huargo. Posteriormente, crearon embriones a partir de células de lobo gris modificadas con 20 genes del ADN de lobo prehistórico y los implantaron en los úteros de hembras de perro que dieron luz a estos animales.
"Un lobo gris parecido a un huargo"
Los expertos consideran que no estamos ante una ‘desextinción’, sino ante lobos grises genéticamente manipulados. "Los lobos grises y los huargos divergieron hace unos 5 millones de años. Es lógico pensar que, en todo ese tiempo, ambas especies han acumulado miles y miles de mutaciones únicas. Colossal ha cogido apenas 20 de estas miles y miles de mutaciones y han conseguido que un lobo gris se parezca a un lobo huargo", explica el científico titular del CSIC, Pablo Librado.
"Por eso viene la polémica y creo que se han pasado con el marketing. No han resucitado a una especie con solo 20 modificaciones en 14 genes del lobo gris común para cambiar el color del pelaje o la morfología del cráneo. Hay otras miles de mutaciones que controlan el metabolismo o el comportamiento y no se han incluido. Así que no. No han reconstruido o revivido la especie original. Lo único que han hecho es que un lobo gris se parezca lo máximo posible a un lobo huargo", señala Librado.
"Es interesante igualmente, porque todos estos pequeños pasos que va dando Colossal Bioscience, algún día pueden hacer que esta tecnología de edición genética sea mucho más barata". Y añade: "La introducción de las mutaciones de especies extinguidas en sus parientes cercanos, nos están poniendo a punto para una forma de trabajo que quizás en el futuro pueda servir para algo, aunque ahora mismo haya mucho marketing detrás".
"Lo llamaré lobo terrible"
La propia directora científica del proyecto de Colossal, Beth Shapiro, reconoce las diferencias entre los lobos de laboratorio y sus ancestros prehistóricos: "Probablemente existan millones de diferencias entre los lobos grises y los lobos terribles, y la tecnología de edición de ADN no es lo suficientemente robusta como para realizar todos esos cambios simultáneamente sin provocar la destrucción de la célula", ha señalado en declaraciones a la revista Rolling Stone.
Sin embargo, Saphiro señala que tampoco es necesario crear algo que sea 100% idéntico genéticamente. Basta con un equivalente funcional de la especie que existía: "Mis colegas en el campo de la taxonomía dirán: 'No es un lobo terrible'. Y eso está bien, pero para mí, si parece un lobo terrible y actúa como un lobo terrible, lo llamaré lobo terrible".
Clonación y mutación genética
En declaraciones a la plataforma de recursos científicos Science Media Centre de Nueva Zelanda, el director del Laboratorio de Paleogenética de Otago (Nueva Zelanda), Espic Rawlence, aclara que para ‘desextinguir’ una especie hay que clonarla antes, y el problema es que es imposible clonar animales extintos.
Tal y como explica Librado, "en la clonación, básicamente se coge el ADN entero de un individuo y se pone en el óvulo de otro individuo. De ese modo, se reemplaza el ADN y el óvulo acaba dando lugar a un ser idéntico al original, es decir, un clon. Pero para ello, se necesita ADN de altísima calidad, fresco, por decirlo de alguna manera".
Sin embargo, en el caso de los fósiles de lobo huargo estamos hablando de material genético de 13.000 y 72.000 años de antigüedad. "Para la reconstrucción de un genoma antiguo no podemos trabajar con ADN fragmentado de hace miles de años. Es como si tuviéramos el manual de instrucciones de cómo hacer un lobo huargo al que le faltan páginas o le han cambiado las letras. Lo que podemos hacer en ese caso es coger un libro muy similar, el del lobo gris, y tratar de rellenar los huecos", explica.
Es decir, para la clonación necesitamos ADN en muy buen estado, pero la ingeniería genética (la técnica aplicada a los lobos de Colossal) permite reconstruir paleogenomas de animales prehistóricos como los mamuts o el dodo.
Ajenos a la polémica y a lo extraordinario de su existencia, Rómulo, Remo y Khaleesi están siendo cuidados en una reserva ecológica certificada por la American Humane Society que incluye zonas de interacción y que está vigilada por cámaras en directo, personal de seguridad y drones para garantizar el bienestar de los cachorros. La empresa ya ha dejado claro que no piensa dejarlos en libertad y que, de momento, no se permiten las visitas humanas.

