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¿Por qué algunas personas se parecen sin ser familia? La ciencia tiene la respuesta

Un estudio científico revela que las personas con gran parecido físico comparten variaciones genéticas, abriendo nuevas posibilidades en genética.

Un estudio científico revela que las personas con gran parecido físico comparten variaciones genéticas, abriendo nuevas posibilidades en genética.
¿Por qué algunas personas se parecen sin ser familia? La ciencia tiene la respuesta. | Libertad Digital

¿Qué tienen en común Mercedes Milá y Luka Modric, Ana Milán y Nagore Robles, Miki Nadal y El Monaguillo, Carlos Sobera y Carlos Arguiñano y Pedro Piqueras y Bertín Osborne? Aparte de ser todos personajes famosos, guardan un enorme parecido. Frecuentemente, en las redes sociales, son objetivos de memes, pero puede que su parecido tenga una explicación científica más allá de la casualidad.

Un equipo de científicos del Instituto de Investigación contra la Leucemia Josep Carreras, liderado por Manel Esteller, confirmó que las personas que se parecen mucho, pero no tienen parentesco directo, comparten variaciones genéticas en los genes responsables de los rasgos faciales, según un estudio publicado en la revista científica Cell Reports en agosto de 2022.

El estudio se centró en personas con una gran similitud física – llamadas "dobles" o "doppelgängers"– y, para ello, utilizó tecnología avanzada de reconocimiento facial para identificar a individuos con rasgos semejantes. Posteriormente, se analizaron su ADN, epigenoma –modificaciones químicas que regulan la expresión genética– y microbioma –composición microbiana en el cuerpo–.

Compartían variaciones genéticas

El estudio descubrió que 16 pares de personas tenían una puntuación de similitud facial tan alta que se asemejaban a gemelos idénticos. También detectó que las parejas de dobles compartían variaciones genéticas en los genes relacionados con la formación de la nariz, ojos, boca, barbilla y frente.

Además de los rasgos faciales, los dobles también mostraron similitudes en propiedades físicas como altura y peso, así como en comportamientos y estilos de vida por ejemplo, consumo de tabaco y nivel educativo.

Este hallazgo indicó que el parecido físico podría estar vinculado a patrones genéticos comunes y que, además, los dobles podrían ser más comunes de lo que se piensa, especialmente en una población global tan interconectada.

"Fue curioso comprobar que el parecido de estas parejas de dobles no solo se ceñía a los rasgos faciales, sino que, además de afectar otras propiedades físicas –altura y peso–, también se extendía a ciertos rasgos del carácter y el comportamiento", dijo Esteller.

Un abanico de posibilidades

Gracias a esta investigación, en el futuro se puede aplicar lo descubierto en áreas como la medicina forense y la genética. De hecho, podría facilitar la identificación de personas desconocidas a partir de muestras de ADN, además de ayudar en el diagnóstico de enfermedades genéticas relacionadas con características faciales.

Por ejemplo, podría existir la posibilidad de reconstruir la cara de una persona basándose solo en muestras de ADN, algo que podría ser útil en investigaciones policiales. Asimismo, se podrían detectar enfermedades genéticas mediante el análisis de la forma y estructura de la cara.

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