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Desaparecen los gorriones de ciudad: en el pueblo se vive mejor

Científicos españoles desvelan que los gorriones urbanos sufren más estrés y comen peor que los de entornos rurales.

Científicos españoles desvelan que los gorriones urbanos sufren más estrés y comen peor que los de entornos rurales.
Un ejemplar de gorrión común (Passer domesticus). | Pixabay/CC/165106

El gorrión común (Passer domesticus) ha sido, hasta hace poco, una de las aves urbanas más habituales en España. Adaptable, poco exigente y en perfecta simbiosis con los humanos. Sin embargo, en los últimos 25 años, la población de gorriones en España ha disminuido aproximadamente un 20%, según datos de SEO/BirdLife, que cifra esta pérdida en unos 7 millones menos de ejemplares.

Un equipo de científicos españoles ha descubierto cómo afecta a los gorriones la vida en las ciudades tras evaluar su estado físico, la presencia de enfermedades y los cambios en las proteínas de su sangre y compararlo con las aves de entornos rurales. Las conclusiones del estudio publicado en la revista Science of the Total Environment señalan que los gorriones de pueblo tienen mejor físico, menos estrés y una alimentación más variada.

Los investigadores observaron que los gorriones urbanos tienen más proteínas relacionadas con la respuesta inmunitaria y la coagulación debido al estrés ambiental que soportan y las condiciones más adversas de estos hábitats a la hora de anidar o buscar comida. Por el contrario, los gorriones rurales tienen más proteínas metabólicas, gracias a que disponen de una mayor variedad de alimentos en el campo debido a la presencia de cultivos (más grano) y ganado (más insectos).

Los investigadores encontraron que los gorriones rurales tienen más parásitos en la sangre (un 70,1%) en comparación con sus congéneres urbanos (50%). Sin embargo, el análisis de proteínas en sangre reveló que los gorriones de ciudad viven con un sistema inmunológico más activo, posiblemente como respuesta al estrés ambiental, pero en peor estado físico general.

Los análisis no detectaron presencia del material genético del virus de la gripe aviar (AIV) ni del virus del Nilo Occidental (WNV). Sin embargo, uno de los gorriones urbanos analizados (0,58 %) presentaba anticuerpos frente al AIV, lo que indica que estuvo expuesto previamente al virus.

El estudio destaca que es necesario seguir investigando para comprender cómo afectan las enfermedades y el estilo de vida en la ciudad a las aves silvestres, especialmente si conviven estrechamente con los seres humanos tal y como sucede con los gorriones. Además de ayudar a conservar las poblaciones de gorriones, esta información podría permitirnos anticipar posibles pandemias y evitar riesgos para la salud pública y la salud animal, señalan los investigadores.

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