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El ave del paraíso limpia la selva para conquistar: así es su ritual de amor

Un estudio revela el ritual de apareamiento de los machos, marcado por una extrema limpieza y precisión para llevar a cabo su baile de cortejo.

Un estudio revela el ritual de apareamiento de los machos, marcado por una extrema limpieza y precisión para llevar a cabo su baile de cortejo.
El ave del paraíso mientras prepara el escenario para su baile de cortejo | Instagram

Investigadores han documentado el comportamiento de ciertas especies de ave del paraíso en Nueva Guinea, conocidas por su espectacular plumaje y elaboradas exhibiciones de cortejo. Un nuevo estudio describe cómo estos machos convierten la selva en un auténtico escenario, retirando hojas, ramas y cualquier obstáculo que pueda interferir en sus coreografías nupciales, ejecutadas con una meticulosidad que recuerda a un trastorno obsesivo-compulsivo.

El estudio, realizado por un equipo de biólogos de la Universidad de Cornell y publicado en la revista Current Biology, analiza el comportamiento de limpieza obsesiva que exhiben los machos del ave del paraíso (familia Paradisaeidae) antes de ejecutar su ritual de cortejo. Las grabaciones de campo revelan que dedican largos periodos de tiempo a despejar el suelo y alinear el entorno antes de iniciar la exhibición visual y sonora que utilizan para atraer a las hembras.

"Estos pájaros no solo están mostrando su plumaje, están creando una experiencia visual total", explicó el investigador Edwin Scholes, coautor del trabajo y experto en aves tropicales. Según el equipo, esta preparación minuciosa incrementa las posibilidades de éxito reproductivo, ya que las hembras parecen valorar tanto el entorno como la ejecución de la danza.

Danzas ensayadas y plumajes imposibles

Los machos de ave del paraíso son conocidos por sus intensos colores, que incluyen azules metálicos, amarillos brillantes y negros aterciopelados. Pero más allá del plumaje, lo que ha llamado la atención de los científicos es la combinación entre estética y precisión en sus movimientos. Cada especie ensaya una secuencia diferente: algunas giran sobre sí mismas a gran velocidad, otras se expanden como abanicos y otras incluso modifican la forma del cuerpo para crear ilusiones ópticas.

Estas danzas requieren una preparación previa del entorno que no deja margen a la improvisación. El equipo de investigadores ha observado cómo los machos limpian no solo su "escenario" principal, sino también el fondo visual, eliminando elementos que puedan distraer o reducir el contraste del plumaje durante la actuación.

Una conducta heredada y reforzada

Según los autores del estudio, este comportamiento podría considerarse una forma de ritualización extrema impulsada por la selección sexual. La meticulosidad de los machos en la preparación del entorno se repite generación tras generación, lo que sugiere que no se trata solo de un aprendizaje individual, sino de una conducta transmitida evolutivamente.

Además, los investigadores destacan que la limpieza del área no solo cumple una función estética: también mejora la visibilidad y reduce el riesgo de interferencias que puedan afectar la percepción de la danza por parte de la hembra. Así, lo que a ojos humanos puede parecer un trastorno obsesivo, en realidad es una sofisticada adaptación al entorno selvático y a la intensa competencia reproductiva entre los machos.

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