( LD ) Los farmacéuticos, a través de sucesivas campañas de sensibilización, recuerdan que el sol es saludable, porque es bueno para nuestro organismo, pero siempre con las debidas precauciones. Utilizar un adecuado fotoprotector es una de ellas.
Para la elección del fotoprotector, señalan los farmacéuticos, hay que tener en cuenta las características dermatológicas de cada uno, así como el fototipo de piel (con el que se mide la capacidad de resistencia al sol). Asimismo influye en esa elección si, en el caso de la mujer, está embarazada, o si se está tomando algún medicamento.
Entre los efectos más perjudiciales de las radiaciones solares, si no se adoptan las debidas precauciones, figuran las quemaduras, enfermedades cutáneas, deshidratación, envejecimiento prematuro de la piel, y cáncer de piel.
Los farmacéuticos, dentro de su labor educativa como profesionales de la salud, recuerdan:
- Aplicar el fotoprotector media hora antes de la exposición.
- Evitar tomar el sol entre las 12 y las 16 horas y repetir la aplicación del protector solar con frecuencia.
- Tomar el sol de forma progresiva, es decir comenzar a tomarlo al principio del verano durante unos pocos minutos y así poco a poco hasta que nuestra piel se vaya adaptando.
Especial cuidado con los niños (los menores de tres años no deberían ser expuestos al sol) y las personas con la piel muy blanca, ya que tienen más riesgo de quemarse la piel.
En resumen, antes de la exposición es preciso preguntar en la farmacia por el factor de protección adecuado a cada uno y la forma de su aplicación.

Con la llegada del buen tiempo, muchas son las personas que se exponen al sol par broncear su piel. Pero si lo tomamos en exceso, podemos sufrir lesiones en la piel que van desde pequeños enrojecimientos hasta graves quemaduras.