Menú

Errores que todos cometen en la ducha

Ducharse es algo que todos hacen todas las semanas, pero siempre alguien hace algo mal. Hay unos errores que todos cometen.

Ducharse es algo que todos hacen todas las semanas, pero siempre alguien hace algo mal. Hay unos errores que todos cometen.
grey, back, nude | Unsplash/Victor Furtuna

Ducharse es un acto de higiene que, como cepillarse los dientes después de comer o lavarse las manos al terminar de cocinar o de ir al baño, se aprende en la infancia. Antiguamente, esto era impensable ya que la limpieza personal no era tan apreciada como hoy en día y reinaba por su ausencia ante la escasez de recursos.

Lo que no se suele plantear es que quizás se está siendo demasiado higiénico con el aseo y se están cometiendo una serie de errores que hay que conocer. Lo más habitual en la actualidad es ducharse diariamente, aunque hay gente que lo hace dos y hasta tres veces al día: al levantarse, después de practicar deporte y antes de acostarse.

Agua muy caliente, duchas eternas o muy cortas, jabón que daña la piel, agua muy fría.... mucha gente tiene errores (y a veces más de uno) en la ducha diaria. Hay algunos que dañan la piel, otros el pelo y otros ambas cosas.

Equivocaciones habituales son reconocidas durante la higiene personal en el momento de bañarse, algunas de los cuales se resuelven al cambiar bañera por ducha. De hecho hay algunos especialistas en dermatología que, junto con la Organización Mundial de la Salud (OMS), aseguran que la ducha perfecta no debería exceder de cinco minutos, evitando errores al ducharse y superar 95 litros de agua.

Para hacerse una idea, las encuestas más recientes indican que el 45% de la población española, permanece más de 10 minutos en la ducha diaria siendo las mujeres las que más agua gastan, permaneciendo cerca de 20 minutos. Además, investigaciones actuales han detectado problemas y daños en la piel que pueden desaparecer, evitando algunos errores muy comunes.

Errores más comunes al ducharse

En este sentido, los expertos afirman que ducharse de seis a ocho veces por semana es una cifra más que suficiente para mantener una adecuada higiene corporal. Hacerlo con más frecuencia puede ser contraproducente y puede pasar factura a la piel ya que se eliminan ácidos grasos esenciales que protegen la hidratación de la dermis. Y, al mismo tiempo, se puede llegar a eliminar todas las bacterias buenas que defienden frente a los gérmenes.

Otro error muy común es el de no usar un jabón adecuado ya que esto puede terminar estropeando la barrera de protección cutánea. Por eso es recomendable emplear jabones que contengan ingredientes nutritivos o humectantes para asegurar que el proceso de limpieza no compromete a la piel. Algunos de los tipos aceites son el de coco, oliva, ricino, rosa mosqueta o almendras, o mantecas de karité o cacao.

Asimismo, conviene lavarse con las manos, en vez de utilizar una esponja ya que con la humedad acumulan una gran cantidad de bacterias y moho. En cualquier caso, si se prefiere usar una esponja las de malla son la mejor opción. El resto de las esponjas, como las de origen vegetal, deben cambiarse con regularidad o, si lo permite, hervirlas en agua cada 7-10 días.

Más errores que se producen en la ducha

  • Duchas excesivas: un hábito poco recomendado cuando las personas acostumbran bañarse varias veces al día, por ello hay que intentar reducir el tiempo de permanencia en la segunda ducha sin gel y con total rapidez.
  • Pasar mucho rato bajo la ducha: según las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la ducha ideal debería durar cinco minutos (o menos) para un uso sostenible de agua y energía. Si se excede este tiempo la piel acabará deshidratándose.
  • Subir la temperatura: un fallo común que reseca la piel y se debe evitar según los consejos de dermatólogos. Lo ideal es utilizar agua templada, los 30º C son la temperatura ideal.
  • Productos perfumados: el uso de cosméticos implica riesgos para la dermis, por el contenido excesivo de perfumes en geles y otros elementos de higiene que provocan dermatitis y alergias.
  • Abusar del gel: existen fórmulas adecuadas que respetan la capa que recubre la epidermis, controlando los niveles ácidos de la piel denominados syndets.
  • Usar un jabón muy agresivo: los productos con jabón eliminan el manto ácido de la piel, que permite el correcto desarrollo de la flora microbiana normal de esta. Lo ideal es apostar por un jabón para la piel sensible o invertir en un aceite de ducha o gel sin jabón, que limpian la piel en profundidad, pero sin eliminar en exceso el manto ácido de la piel.
  • No hidratar la piel después de la ducha: las duchas resecan la piel, así que, para mantenerla hidratada, hay que apostar por una buena crema hidratante. También se puede usar un aceite justo después de la ducha, ya que actúa mejor sobre la piel húmeda.

En Tecnociencia

    0
    comentarios

    Servicios

    • Radarbot
    • Curso
    • Inversión
    • Securitas
    • Buena Vida
    • Reloj Durcal