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¿Por qué unas personas sudan y otras no?

Sudar es algo normal que, en mayor o menor medida, todo el mundo experimenta. El calor y el ejercicio son factores claves para la sudoración.

Sudar es algo normal que, en mayor o menor medida, todo el mundo experimenta. El calor y el ejercicio son factores claves para la sudoración.
Hombre sudando mientras hace ejercicio. | Pixabay/CC/un-perfekt

Cuando uno se apunta al gimnasio observa muchos tipos de personas que acuden a él, algo de lo que más puede llamar la atención es aquellas personas que pese a estar haciendo esfuerzos reales no sudan. ¿Por qué no se suda en el gimnasio? Esto puede ser normal según la persona y otros parámetros, pero algunas veces también puede deberse a una afección que se conoce como anhidrosis. También está quien no para de sudar, lo que supondría que padece hiperhidrosis.

Sudar es un mecanismo natural de termorregulación. El sudor lo producen las glándulas sudoríparas de la piel, así, cuando se eleva la temperatura corporal interna, estas glándulas se encargan de liberar este líquido en la superficie de la piel para enfriar el cuerpo a medida que se evapora. De esta manera, se mantiene una temperatura adecuada. Así que cuando se practica deporte o cuando hace calor, como la temperatura corporal aumenta, se suda para intentar que esta no suba en exceso. El sudor, además, ayuda a eliminar toxinas del cuerpo, así como a hidratar la piel. Por tanto, el sudor es un mecanismo natural y esencial para mantener la salud y el bienestar. Además, por raro que resulte, beber agua no influye tanto en sudar más o menos cantidad. El motivo es que el cuerpo regula el agua, pero no lo hace principalmente a través del sudor, sino vía micción.

La sudoración excesiva es muy molesta para los que la padecen y para aquellos con los que comparten su tiempo. Además, es más común de lo que se piensa. Este suceso se llama hiperhidrosis y es lo que sucede cuando una persona transpira más de lo habitual y suda abundantemente en las áreas del cuerpo donde hay más glándulas sudoríparas.

La sudoración anormal y excesiva o hiperhidrosis es una afección que se da sin tener por qué estar relacionada con el calor o el ejercicio, por ello, este exceso se considera un problema cuando impide llevar a cabo las actividades diarias con normalidad. Además, este tipo sudoración exagerada puede provocar ansiedad social y vergüenza, creando problemas psicológicos, como el estrés y la ansiedad, que redundarían en este exceso de sudor.

Factores que influyen para sudar más o menos

En general, las personas que están en mejor forma física y tienen una mayor masa muscular tienden a sudar más durante el ejercicio, ya que su cuerpo necesita producir más sudor para enfriarse y mantener una temperatura corporal adecuada. Lo mismo ocurre durante el verano, esta gente sudará más que los que tengan menor masa muscular. Asimismo, tener una mayor cantidad de glándulas sudoríparas también influye en que unas personas suden más que otras. Hay algunos factores que determinan la cantidad de sudoración:

  • Edad: las personas mayores tienden a sudar menos, en general, ya que se mueven menos y tienen menos masa muscular.
  • Sexo: sobre si los hombres sudan más que las mujeres, efectivamente esto es así, en general, porque los hombres tiene genéticamente más masa muscular que las mujeres, y al hacer ejercicio se tiende a elevar más la temperatura en el cuerpo.
  • Peso: el sobrepeso o cualquier trastorno relacionado con la alimentación puede provocar un exceso de sudor. Es habitual que cualquier persona que posea más grasa de la que le corresponde por edad, peso y altura aumente su temperatura corporal ante cualquier ejercicio. Esto provoca que las glándulas sudoríparas tiendan a producir más sudor para contrarrestar este aumento.
  • Genética: algunas personas pueden tener una mayor cantidad de glándulas sudoríparas o una mayor respuesta del sistema nervioso simpático a la producción de sudor, lo que puede influir en la cantidad de sudoración durante el ejercicio.
  • Nivel de hidratación: si el cuerpo está bien hidratado, la sudoración puede ser menos abundante, ya que el cuerpo tiene suficientes líquidos para regular la temperatura corporal. Por otro lado, si el cuerpo está deshidratado, la sudoración puede ser más abundante para compensar la falta de líquidos.
  • Tipo de actividad física e intensidad del ejercicio: cuanto más intenso es el ejercicio, mayor será la sudoración, ya que el cuerpo necesitará producir más sudor para regular la temperatura corporal.
  • Duración del ejercicio: a medida que el ejercicio se prolonga, el cuerpo tiene que producir más sudor para mantener la temperatura corporal adecuada.
  • Temperatura ambiente: cuando la temperatura ambiente es elevada, el cuerpo necesita producir más sudor para enfriarse, lo que puede resultar en una sudoración más abundante.
  • Humedad relativa del ambiente: cuando la humedad es alta, la capacidad del cuerpo para evaporar el sudor se ve reducida, lo que puede resultar en una mayor cantidad de sudoración.
  • Ropa utilizada: la ropa ajustada y sintética puede impedir la evaporación del sudor y aumentar la sudoración, mientras que la ropa holgada y transpirable puede facilitar la evaporación del sudor y reducir la sudoración.
  • Mala alimentación: la alimentación suele ser con bastante frecuencia la base de cualquier afección. En el caso específico de la sudoración excesiva, muchos alimentos aumentan la cantidad de sudor que produce el organismo, algunos incluso de forma inmediata, como las comidas picantes, el ajo, la cebolla… Por este motivo, las personas que no regulan la dieta y no tienen un peso adecuado a su edad y estatura sudan en exceso. Del mismo modo, ingerir cafeína, alcohol e inhalar tabaco no ayudan al funcionamiento normal del organismo y también afectan directamente al sudor.
  • Exceso de estrés y ansiedad: otros motivos que incrementan el problema de la hiperhidrosis son el estrés, la falta de autoestima, el nerviosismo al estar delante de la gente, la timidez, la vergüenza… Las glándulas sudoríparas se activan como respuesta a una reacción que desequilibra emocionalmente a los afectados.
  • Situaciones de calor excesivo: como cabe suponer, el calor y las altas temperaturas afectan a todas las personas en relación al sudor, pero su efecto se multiplica en aquellos que padecen de sudoración excesiva. En este sentido, los veranos, aumento de temperatura corporal en días al sol y las olas de calor son factores no controlables que empeoran la situación de aquellos que padecen esta afección.

¿Qué se puede hacer para evitar o reducir la sudoración excesiva?

Se pueden llevar a cabo acciones para mejorar este problema antes de que llegue a mayores y haya que recurrir a otros tratamientos más invasivos como antitranspirantes específicos o remedios más extremos.

  • Relajación

El estrés, la ansiedad, el nerviosismo… son estados que incrementan la sudoración, por lo que las técnicas de relajación son indispensables para serenarse, sentirse más tranquilo y sudar menos. Algunos consejos para relajarse son aprender a respirar (concentrarse en la respiración durante al menos 1 minuto, sin prestar atención a nada más), pensar en lugares o situaciones relajantes, escuchar música… El secreto de las personas que sufren estrés o ansiedad en público es olvidarse de que les observan.

  • Alimentación

A las personas que sufren de sudoración excesiva se les recomienda el consumo de zinc. Algunos alimentos que contienen este mineral son los cacahuetes, el cordero, la ternera, la calabaza, las ostras, el sésamo y el germen de trigo.

Además, hay que beber agua suficiente, entre un litro y medio y dos litros al día. Cuando el cuerpo no tiene agua suficiente, tiende a sudar más, y no menos, por lo que se agrava el problema. El motivo es que la deshidratación aumenta la temperatura corporal.

Déficit de sudoración o hipohidrosis

Así como el exceso de sudor es una afección bastante común, la ausencia de total de sudor (anhidrosis) es una condición médica rara, y la hipohidrosis se refiere a una disminución de la sudoración. Estas afeccione se caracterizan por la incapacidad parcial o total de producir sudor, y pueden ser congénita o adquirida. Los síntomas de estas afecciones son piel seca, sobrecalentamiento corporal, golpes de calor y erupciones e infecciones cutáneas frecuentes. mientras que la anhidrosis se refiere a una ausencia total de la sudoración.

Las causas de la hipohidrosis y la anhidrosis pueden ser variadas y pueden incluir factores genéticos, trastornos metabólicos, enfermedades autoinmunitarias, enfermedades de la piel, trastornos neurológicos, exposición a sustancias tóxicas, ciertos medicamentos y otros factores. Si se padece una hiperhidrosis, lo aconsejable es beber agua antes, durante y después del ejercicio para reemplazar los líquidos y no deshidratarse, ya que esto puede ser peligroso, especialmente en climas cálidos o durante ejercicios de alta intensidad y larga duración.

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