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Cómo el ejercicio ayuda a combatir el cáncer y puede mejorar la calidad de vida

El ejercicio físico puede mejorar la calidad de vida en los pacientes oncológicos, reduciendo los efectos secundarios.

El ejercicio físico puede mejorar la calidad de vida en los pacientes oncológicos, reduciendo los efectos secundarios.
hombre, nadador, piscina | Pixabay/CC/jarmoluk

Cada vez más oncólogos recomiendan la práctica de ejercicio físico como parte del tratamiento contra el cáncer. Esto se debe a que el ejercicio no solo ayuda a reducir los efectos secundarios de los tratamientos, sino que también contribuye a la prevención de otras enfermedades. Además, estudios han demostrado que la actividad física se asocia con una mayor supervivencia en pacientes con cáncer, especialmente en aquellos con cáncer de mama, colon y próstata.

Incorporar el ejercicio en el tratamiento puede mejorar tanto la calidad de vida como los resultados médicos, haciendo que sea una recomendación clave en la atención integral del cáncer.

Beneficios de la práctica de ejercicio físico de bajo impacto

  • Prevención del cáncer: La actividad física regular se ha asociado con un menor riesgo de desarrollar varios tipos de cáncer, incluyendo el cáncer de mama, colon y pulmón. El motivo es que el ejercicio ayuda a mantener un peso saludable, mejorar el sistema inmunológico y reducir la inflamación, lo que contribuye a la prevención del cáncer.
  • Reducción de efectos secundarios en los tratamientos: El ejercicio puede ayudar a mitigar algunos de los efectos secundarios del tratamiento del cáncer, como la pérdida de fuerza muscular, la fatiga y la depresión. Con ejercicios de fuerza, por ejemplo, se ha comprobado que los tumores suelen "absorber" mayor cantidad de fármaco por aumento de metabolismo lo que puede traducirse en dosis menores de quimioterapia y a su vez, ésta se metabolizará antes por lo que los efectos indeseados pueden ser menos y de menor intensidad y tiempo.
  • Reduce el dolor articular y mantiene firmes sus estructuras: Otra de las ventajas de un eficiente trabajo de fuerza es que el ejercicio actúa como agente reparador de los músculos que se encuentran alrededor de las articulaciones, aspecto fundamental para soportar los huesos. Un buen entrenamiento, siempre controlado, actuará como bálsamo para mitigar dolores articulares producidos por terapias y sesiones hormonales que desgastan y debilitan al paciente.
  • Puede ayudar a reducir la fatiga crónica causada por el cáncer
  • Reduce la cardiotoxicidad: Una disfunción en la cual se produce daño al músculo del corazón. Además, a causa de las sesiones de quimioterapia se experimenta un descenso de la capacidad respiratoria, entre un 5 y un 30%. Está comprobado que el entrenamiento de fuerza contribuye a mejorar los niveles de consumo de oxígeno y reducir los efectos de riesgo.
  • Ayuda a mantener rutinas de sueño y alimentación saludables: Una actividad física moderada y constante facilita el descanso y una alimentación saludables. Hay que recordar que el peso es un factor en la progresión del cáncer y en la efectividad de ciertos tratamientos.
  • Mejora de la calidad de vida en general: Una mejor forma física, menos efectos secundarios en el tratamiento y más fuerza, junto con una menor sensación de fatiga, y el mantenimiento de la fuerza muscular y la movilidad, ayuda a mejorar la calidad de vida del paciente.
  • Mejora la salud mental: Ayuda en la gestión del estrés y la ansiedad y mejora el estado de ánimo, al tiempo que ayuda a los pacientes porque refuerza su sensación de independencia y autonomía.
  • Aumento de la supervivencia: En algunos estudios, se ha observado que la actividad física regular está asociada con una mayor supervivencia en personas diagnosticadas con cáncer. A su vez también está relacionado con un menor riesgo de recaída de la enfermedad, de hecho, en ciertos tipos de cáncer, como el de mama y colon, el ejercicio regular se ha relacionado con un menor riesgo de recurrencia.
  • Ayuda a la recuperación después del tratamiento: Después de completar el tratamiento del cáncer, el ejercicio puede desempeñar un papel crucial en la recuperación. Puede ayudar a restaurar la fuerza muscular, mejorar la función cardiovascular y ayudar en la recuperación emocional y mental.
  • Fortalecimiento muscular y cardiovascular: La actividad física contribuye al fortalecimiento muscular y a la mejora la función cardiovascular. Esto es especialmente importante ya que algunos tratamientos contra el cáncer, o bien el propio cáncer, pueden causar pérdida de masa muscular y debilidad.

Mejores entrenamientos para pacientes con cáncer

Los mejores entrenamientos para pacientes con cáncer son aquellos que se adaptan a su condición física, tipo de cáncer y etapa de tratamiento. Los ejercicios aeróbicos como caminar, nadar o andar en bicicleta son recomendados para mejorar la función cardiovascular y aumentar los niveles de energía. Estos ejercicios ayudan a combatir la fatiga, uno de los síntomas más comunes en los pacientes con cáncer, y fortalecen el sistema inmunológico, lo que es crucial durante el tratamiento. De hecho, las caminatas que son actividad de bajo impacto es beneficioso para los pacientes oncológicos. Es tan sencillo como comenzar con rutinas de 30 minutos al día de paseo. Además, la natación es una excelente opción de ejercicio de bajo impacto y con gran mejoría de los dolores musculares y óseos.

Yoga, pilates y tai-chi también son beneficiosos para mejorar la flexibilidad, reducir el estrés y mejorar el equilibrio. A su vez, se ha visto que reduce el dolor articular ocasionado por ciertos tratamientos, como puede ser la hormonoterapia que se utiliza en el cáncer de mama.

El entrenamiento de fuerza también es esencial ya que mantener o aumentar la masa muscular ayuda a combatir la pérdida de masa ósea y muscular, común en los pacientes de cáncer debido a la inactividad o los tratamientos. Ejercicios con pesas ligeras o bandas de resistencia, bajo supervisión médica, son recomendados para mejorar la fuerza muscular sin sobrecargar el cuerpo.

La combinación ideal de ejercicio para prevenir el cáncer

Un nuevo estudio señala cuál es la combinación idónea y más beneficiosa para reducir la mortalidad y el riesgo de cáncer. Según los autores, para reducir el riesgo de mortalidad por enfermedades cardiovasculares y cáncer, sería necesario realizar entre 150 y 225 minutos de ejercicio aeróbico moderado, 75 minutos de ejercicio a intensidad vigorosa y, como mínimo, 2 sesiones de fuerza a la semana.

En términos generales, el estudio reveló una disminución de alrededor del 50% en la tasa de mortalidad por todas las causas y una disminución significativa en la tasa de mortalidad por cáncer. La mortalidad por enfermedades cardiovasculares se redujo en aproximadamente tres veces.

¿El ejercicio físico puede ayudar a aliviar los efectos de quimioterapia?

El ejercicio ayuda a reducir la astenia o cansancio asociado a la quimioterapia. También mejora el estado de ánimo y puede ayudar a mejorar las ganas de comer. Otro beneficio potencial es el mantenimiento de la masa muscular que, con frecuencia, disminuye durante los tratamientos. Consejos relativos a ejercicio durante la quimioterapia:

  • Antes de iniciar el programa de ejercicio se requiere una evaluación previa sobre la situación de la enfermedad, efectos secundarios de los tratamientos y otras condiciones médicas.
  • Fijarse un objetivo de 150 minutos de ejercicio aeróbico de intensidad moderada dividido a lo largo de 3 a 5 días y ejercicios de resistencia al menos 2 días a la semana.
  • Todas las sesiones deben incluir un periodo de calentamiento y otro de enfriamiento.
  • Durante el tratamiento de quimioterapia, si hay defensas bajas es importante no hacer ejercicio en lugares cerrados con aglomeración de gente porque hay más riesgo de ser contagiados por algún tipo de germen.

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