Una nueva moda ha comenzado a tomar fuerza entre los jóvenes en España. Se trata de esnifar cafeína en polvo, algo que inicialmente parece una alternativa "inofensiva" al café convencional, pero que ha generado preocupación entre expertos de la salud, quienes advierten de los peligros que implica este nuevo método de consumo.
El fenómeno, que comenzó en Estados Unidos y otros países europeos, ha llegado a España a través de redes sociales, donde se presenta la cafeína en polvo como una forma eficaz de aumentar la concentración y mejorar el rendimiento deportivo. Los jóvenes, atraídos por la promesa de obtener los beneficios de la cafeína sin el azúcar de las bebidas energéticas, han adoptado esta tendencia sin ser plenamente conscientes de los riesgos asociados.
En una entrevista durante el programa Kilómetro Cero de esRadio, Antón Gómez Escolar, psicofarmacólogo y divulgador científico, ha expresado su preocupación sobre esta práctica. Según el investigador, la dosis y la forma en la que se consume la cafeína es crucial para entender sus efectos: "El problema de esnifar cafeína radica en la dosificación. Inhalada, sus efectos son mucho más intensos y rápidos. Una dosis que por vía oral podría ser segura, por vía intranasal puede resultar excesiva, lo que puede provocar problemas cardiovasculares, nerviosismo, insomnio, dolor de cabeza y ansiedad".
Una pequeña cantidad puede equivaler a 28 tazas de café
La Agencia del Medicamento de Estados Unidos ya había advertido en 2016 sobre los peligros de consumir cafeína en polvo, señalando que una pequeña cantidad de esta sustancia puede equivaler hasta a 28 tazas de café, una cantidad que es sumamente peligrosa para la salud. De hecho, en países como Francia, este producto ya ha sido prohibido.
Sin embargo, el psicofarmacólogo, experto también en salud mental, ha explicado que la prohibición total de la sustancia puede ser complicada: "En el fondo la cafeína es legal, y el uso que los consumidores hagan de ella es más difícil de controlar. Otra cosa es que se pueda mejorar el etiquetado, la información disponible y establecer controles de edad para acceder a ella".
Uno de los argumentos de quienes practican esta tendencia es que es una forma de obtener los mismos efectos que las bebidas energéticas, pero sin tanto azúcar. No obstante, Gómez Escolar advierte que este razonamiento es incompleto, ya que la potencia de la cafeína es mucho mayor cuando se inhala: "Si consumes 100 miligramos de cafeína por vía oral, es el equivalente a 50 miligramos por vía intranasal. La falta de conocimiento sobre estas dosificaciones es lo que aumenta el riesgo de su consumo".
"Cuando esnifamos la potencia que tiene la sustancia en el cuerpo es mayor"
Aunque la mayor parte de la preocupación se centra en los jóvenes, no solo ellos son los consumidores de esta sustancia. De hecho, en la prensa española se haba de que se ha detectado un uso creciente entre deportistas que buscan maximizar su rendimiento. "En el ámbito deportivo, la cafeína esnifada ya se usaba como pre-entrenamiento en algunas disciplinas", ha apuntado el experto, destacando que la moda no es tan nueva como parece.
El psicofarmacólogo ha concluido que la mejor manera de abordar este problema es educar sobre los riesgos asociados y establecer regulaciones que controlen el acceso de los jóvenes a esta sustancia: "Lo que pasa es que es más difícil de calcular las dosis cuando se está esnifando, porque en el fondo, cuando esnifamos la potencia que tiene la sustancia en el cuerpo es mayor. Y eso pues es más difícil de controlar por una persona que no tenga experiencia ni conocimiento sobre este tema".