Menú

¿Influye la genética en el riesgo de padecer depresión? Esto dice la ciencia

Un familiar cercano con depresión puede triplicar las probabilidades de sufrir este trastorno, según los expertos.

Un familiar cercano con depresión puede triplicar las probabilidades de sufrir este trastorno, según los expertos.
Depresión en un hombre. | Pixabay/CC/whoismargot

El riesgo de padecer depresión se multiplica por tres si un familiar de primer grado ha sufrido este trastorno, según explican expertos del Centro de Investigación en Red de Salud Mental (CIBERSAM) y del Hospital Clínic de Barcelona. De acuerdo con las últimas investigaciones publicadas, los factores genéticos pueden influir hasta en un 50% en el desarrollo de la depresión, dependiendo de la variante específica de este trastorno.

La depresión, descrita por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como un trastorno mental común, afecta el estado de ánimo y puede provocar pérdida de interés por actividades habituales. Según datos de la Encuesta Europea de Salud 2020, un 5,4% de la población española ha sido diagnosticada con algún tipo de cuadro depresivo.

Los factores hereditarios

Bárbara Arias, profesora de la Facultad de Biología de la Universidad de Barcelona e investigadora del CIBERSAM, subraya que, aunque la influencia de la genética no sea tan alta como en otros trastornos mentales como la esquizofrenia o el trastorno bipolar, sigue siendo significativa. "Si tienes un familiar de primer grado afectado, tu riesgo de sufrir depresión se incrementa tres veces", asegura la experta.

El doctor Eduard Vieta, jefe del servicio de Psiquiatría y Psicología del Hospital Clínic, señala que es común asociar la depresión exclusivamente a factores ambientales, como problemas económicos o situaciones de estrés. Sin embargo, entre un 30% y un 50% de los casos tienen una base genética, dependiendo del tipo de depresión. En algunas variantes, este componente puede incluso superar el peso de los factores ambientales.

Vieta explica que los factores genéticos y ambientales interactúan constantemente. El ambiente, entendido como factores sociales y psicológicos, y la epigenética pueden activar o desactivar genes relacionados con la depresión.

La investigación científica y los genes implicados

Un estudio publicado en 2022 en la revista Nature Genetics analizó casi un millón de sujetos y logró identificar unos 350 genes relacionados con el riesgo de depresión. Estos genes, aunque individualmente confieren un riesgo bajo, en conjunto pueden incrementar significativamente la probabilidad de desarrollar el trastorno.

"Es como comprar lotería: al que tiene más números es más fácil que le toque. Luego a veces le toca a uno que solo compró un décimo", ejemplifica Vieta. Aunque algunos de estos genes están relacionados con la regulación de neurotransmisores cerebrales, todavía se desconoce cómo muchos de ellos influyen directamente en la depresión. "Estos hallazgos abren puertas para la investigación", añade la profesora e investigadora.

A pesar de los avances, Arias aclara que no existen biomarcadores específicos que permitan predecir la aparición de la depresión con certeza. No hay variantes genéticas descritas que determinen que alguien sufrirá depresión mayor, pero los estudios en esta área son cada vez más potentes.

Los factores ambientales como detonantes

El carácter heterogéneo de la depresión dificulta aún más su estudio, ya que factores ambientales como el maltrato en la infancia, el acoso escolar, un divorcio o la pérdida del empleo pueden actuar como desencadenantes. Según Arias, estos eventos suelen interactuar con una predisposición genética, aumentando el riesgo de padecer la enfermedad.

"Si tienes una predisposición genética, ese impacto va a tener un efecto más importante y va a incrementar ese riesgo para sufrir una depresión", indica la investigadora.

¿Se puede prevenir?

La prevalencia de la depresión muestra diferencias significativas entre géneros. Según estudios epidemiológicos, el riesgo de padecer este trastorno es hasta dos veces mayor en mujeres que en hombres. Las cifras oscilan entre un 6% y un 11,8% en mujeres, frente a un 2,6% y un 5,5% en hombres, dependiendo del estudio.

Aunque la genética influye, la experta destaca que no es un factor determinante y comenta que la genética no es inmodificable. Lo que juega un papel crucial en la prevención son nuestros hábitos de salud y estilo de vida.

Dormir bien, mantener una rutina de ejercicio y encontrar tiempo para la relajación son factores clave. Es importante separar los momentos de estrés de los de descanso. Bárbara Arias incide en que no deberíamos anteponer las obligaciones al cuidado personal. "No poner por delante el trabajo y las obligaciones por encima de la familia, y sí tener un tiempo y un espacio para relajarse, meditar o hacer cosas que permitan desconectar de lo que nos preocupa".

Además, señala que hábitos como evitar el uso de pantallas antes de dormir y crear un entorno propicio para el descanso son fundamentales para mantener una buena salud mental. "La salud mental debe cultivarse y protegerse", añade la experta.

Temas

En Tecnociencia

    0
    comentarios

    Servicios

    • Radarbot
    • Curso
    • Inversión
    • Securitas
    • Buena Vida
    • Reloj Durcal