
"¡Luchad con uñas y dientes por no tomarlo!", dijo Donald Trump en su comparecencia para anunciar un supuesto vínculo entre el consumo de paracetamol durante el embarazo (Tylenol, dijo el presidente en alusión a la marca más conocida de este fármaco en Estados Unidos) y el autismo. El presidente, que en 2020 llegó a recomendar inyecciones de lejía para tratar el coronavirus, instó más de una decena de veces a "no tomar" paracetamol a las gestantes. Con él estaba el secretario de Salud Robert F. Kennedy, que este verano proclamó su intención de revelar en septiembre las causas fundamentales del autismo, que considera una "epidemia" en Estados Unidos y que en su opinión es "prevenible" porque provendría de factores externos.
Las formas de Trump al tratar un asunto de salud pública que afecta a millones de personas y que supone poner en duda el analgésico considerado más seguro para las gestantes ante dolor y fiebre han escandalizado a la comunidad médica. Desde Europa, la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) ha afirmado que no hay evidencias y que la revisión de estudios al respecto que hizo el organismo sentenció que no había resultados concluyentes. "El paracetamol sigue siendo una opción importante para tratar el dolor o la fiebre en mujeres embarazadas. Nuestro consejo se basa en una evaluación rigurosa de los datos científicos disponibles y no hemos encontrado evidencia de que tomar paracetamol durante el embarazo cause autismo en niños", ha declarado el director médico de la EMA, Steffen Thirstrup.
En Estados Unidos, ha respondido casi de inmediato el Colegio estadounidense de Obstetras y Ginecólogos. A través de un comunicado, su presidente, el doctor Steven J. Fleischman, ha tachado de "muy preocupantes e irresponsables" las "confusas" palabras de Trump, un mensaje que daña la confianza de las embarazadas en la medicina durante la gestación. "El anuncio no está sustentado por la evidencia científica y simplifica peligrosamente los muchos y complejos factores del desarrollo neurológico en los niños". Recuerda que "en más de dos décadas de investigación sobre el uso del acetaminofeno (el otro término para referirse al paracetamol) en el embarazo, ningún estudio ha concluido que su uso en cualquier trimestre del embarazo provoque problemas en el desarrollo neuronal del feto. De hecho, los mejores estudios sobre este asunto no encontraron vínculos reseñables entre el paracetamol y el riesgo de autismo, TDAH o discapacidad intelectual".
El estudio más amplio
El estudio aludido por el médico fue publicado el año pasado y es considerado el más grande hasta la fecha. Elaborado por la Universidad de Drexel (EEUU) y el Instituto Karolinska de Suecia, monitorizó a más de 2,4 millones de niños nacidos en Suecia y no se encontró una correlación causal entre paracetamol y riesgo de autismo. El estudio, publicado en el Journal of the American Medical Association (JAMA), seguía a cada niño hasta los 26 años después del nacimiento indagando en esa posible correlación que habían apuntado otros informes. La investigación incluyó comparaciones entre gemelos, que comparten genética y factores ambientales, y la posible causalidad se descartó.
Tras el anuncio de Trump, la FDA emitirá una recomendación y ordenará cambios en el etiquetado del fármaco basándose en lo apuntado por otras investigaciones que, según los médicos que están contestando a Trump, no suponen una evidencia sólida sobre la supuesta relación entre el analgésico y el autismo. Señalan que el supuesto vínculo entre paracetamol y autismo puede ser explicado por otros factores de salud de la madre que hayan requerido la toma de analgésicos y no por el fármaco en sí. Las pruebas para aseverar, de la forma en que hizo Trump, que existe una relación entre uno y otro no existirían: "No hay pruebas sólidas ni estudios convincentes que sugieran que exista una relación causal, y las conclusiones que se extraen en sentido contrario suelen carecer de pruebas suficientes y no estar respaldadas por métodos robustos. Estoy absolutamente convencida de que no existe ninguna relación", ha dicho a la agencia británica Science Media Centre la doctora Monique Botha, profesora de Desarrollo Social y Psicológico de la Universidad de Durham.
Genética y otros factores
La profesora Angelica Ronald, de la Universidad de Surrey, ha subrayado que "décadas de exhaustivas investigaciones en distintos países refutan esa afirmación". La investigación en genética molecular, ha apuntado, ha descubierto cientos de genes que causan o influyen en la probabilidad de desarrollar autismo y hay que rechazar explicaciones simplistas: en su opinión, la existencia de muchas formas de autismo, algunas de las cuales causadas por diferencias genéticas conocidas, rebate la idea de que el paracetamol sea una causa relevante.
En España, el presidente de la Sociedad Española de Neurología Pediátrica, Marcos Madruga, ha pedido "prudencia" y ha señalado que no existe confirmación científica de una relación causal directa. "No tiene una solidez metodológica que permita demostrar esa relación causal". "Tenemos que ser extremadamente prudentes y esperar a las autoridades sanitarias y a las recomendaciones de las sociedades de ginecología".
Beatriz Salazar, coordinadora del Grupo de Neuropsiquiatría de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH), ha recordado en esNoticia de esRadio que "la causa del autismo a día de hoy es absolutamente desconocida". La administración Trump, ha señalado, "se basa en dos estudios muy pequeños, de Harvard y el hospital Mount Sinaí, pero las muestras que manejan no son muy grandes como para confirmar esta relación tan directa". Salazar también recuerda que hay que tener en cuenta "otras circunstancias que rodean los embarazos" y apunta que el paracetamol "es el único analgésico que se recomienda de forma moderada" en la gestación. "Es extensamente consumido por las embarazadas: si existiera el vínculo, la incidencia de autismo sería muy, muy alta y no lo es".
Por qué hay más casos de autismo
Mientras, la Confederación Autismo España ha destacado que la "evidencia científica actual desmiente rotundamente la relación entre paracetamol y autismo" y cómo el citado estudio sueco llegó a la conclusión de que los indicios iniciales que podían apuntar a un mayor riesgo "desaparecieron al comparar pares de hermanos, lo que sugiere que la genética y el entorno familiar explican mejor los resultados. Los "otros estudios a gran escala realizados en Europa y Japón durante 2025 han sugerido que lo que podrían parecer pequeñas asociaciones entre el uso de paracetamol y trastornos del desarrollo neurológico son, en realidad, atribuibles a otros factores subyacentes, como la salud y la genética de los progenitores, el consumo de otros medicamentos y otros elementos ambientales".
La asociación también ha rebatido otra de las afirmaciones de Trump sobre la "epidemia" de autismo. Respecto al "aumento meteórico" de casos que citó el estadounidense, ha señalado que se debe, entre otros factores, a "la revisión y ampliación de los criterios diagnósticos", "la mayor conciencia social y profesional" y "el mejor acceso a servicios clínicos y educativos en muchos países". Sobre la situación en Estados Unidos, apunta que en los estudios de cribado se incluyen "casos posibles" que no tienen por qué terminar siendo diagnósticos confirmados.

