Dejando de lado la pretensión de estos científicos de meterse a filólogos, puesto que carece de importancia, parece que la solución para combatir la obesidad es tener clara la diferencia entre hambre y apetito. ¿Quién ha dicho que son sólo los políticos los que nos toman por tontos a los ciudadanos?
Me has quitado la palabra de la boca, sazan.
digo yo que estos científicos no tienen otra cosa que investigar, más útil??