
Ciudades habitables, saludables y eficientes donde el bienestar del ciudadano y el cuidado del medioambiente sean los principales ejes de actuación. Para lograrlo es imprescindible que la movilidad urbana sea más sostenible y la tecnología es el único instrumento que puede hacerlo posible.
La forma en la que nos movemos por la ciudad ya ha cambiado. El cambio de paradigma vino de la mano de las distintas aplicaciones móviles y softwares que nos permiten saber en tiempo real con qué medios de transporte contamos y dónde se encuentran, con los que podemos hacer pagos a través de nuestro smartphone o informarnos acerca de cuál es la mejor ruta para evitar atascos. Pero, además de los avances tecnológicos, hay otros factores importantes que nos están presionando para acelerar el cambio de los medios de transporte tradicionales a otros más sostenibles.
Primero está el aumento de la contaminación en las zonas urbanas. Según la Agencia Europea de Medio Ambiente, algo más de la mitad de la población mundial vive en grandes ciudades y esto no va a cambiar. Según la investigación "Predicciones de población para las ciudades más grandes del mundo", en el año 2100 el número de megaciudades habrá crecido. Esto nos lleva al segundo factor: el cambio climático. Según la Agencia Europea de Medio Ambiente, el transporte es el responsable de más de una cuarta parte de las emisiones de gases de efecto invernadero de la UE, y precisamente el transporte por carretera causa la mayor parte de estas emisiones.
Así que, en este contexto, ¿cómo gestionar la movilidad en las ciudades del futuro? ¿Cómo ofrecer servicio a todos esos millones de personas que viven en las ciudades, al mismo tiempo que se protege el planeta?
Claves para una movilidad urbana sostenible
Lo primero que hace falta es un cambio de mentalidad y un cambio de modelo que vaya más allá de priorizar el transporte público o sustituir los vehículos de combustión por otros eléctricos. Las administraciones públicas y las empresas deben preguntarse qué dirección deben seguir las ciudades para adaptarse a la revolución digital y elaborar un plan estratégico a largo plazo que parta de las necesidades de los ciudadanos en lo que respecta a la movilidad y el transporte.
El informe Deloitte City Mobility Index que recoge las tendencias en movilidad urbana, apunta las siguientes claves para desarrollar una movilidad sostenible en las ciudades:
• Disminuir la congestión y los tiempos de viaje.
• Minimizar el mantenimiento de carreteras y demás infraestructuras.
• Ampliar la oferta de medios de transporte sostenibles.
• Innovación, coordinación y una buena dirección por parte de las empresas y las administraciones públicas.
• Accesibilidad para todos los ciudadanos.
¿Qué soluciones nos ayudarán a alcanzar estas metas?
La tecnología va a desempeñar, ya lo está haciendo, un papel fundamental en el desarrollo de una movilidad urbana más sostenible. La aplicación e integración de Inteligencia Artificial (IA), Blockchain, Big Data, etc., en distintos softwares han dado lugar a soluciones innovadoras que ya están impulsando la transformación del sector.
Estas son algunas muestras de cómo será la movilidad a corto y medio plazo
• Apps de movilidad. Ya forman parte de nuestro día a día, hay aplicaciones móviles para pagar el aparcamiento, para averiguar las rutas más rápidas para llegar a nuestro destino o para localizar el coche, la moto o el patinete compartido más cercano. En la ciudad de Sevilla, los usuarios de la plataforma de Openvia, Meep Sevilla by Globalvia, que ofrece información actualizada sobre todas las opciones de transporte disponibles en la ciudad; pueden planificar y reservar sus desplazamientos fácilmente desde su smartphone.
• Movilidad compartida. En 2035 habrá 7,5 millones de coches compartidos circulando por Europa, según el estudio Car Sharing Unlocked de ING. Cada vez más gente elige moverse en coches, motos, patinetes o bicicletas que se alquilan a través de aplicaciones móviles por minutos y que, además, están equipados con motores eléctricos o híbridos.
• Vehículos eléctricos. Distintas investigaciones ya se están centrando en conseguir una mayor autonomía con un menor tiempo de carga para el coche eléctrico. Una empresa fundada por científicos de la Universidad de Harvard, Adden Energy, está desarrollando un nuevo tipo de batería que se recarga en 3 minutos y que soluciona los problemas de algunas baterías de litio.
• Transporte a demanda o DRT (Demand-Responsive Transport). Desde 2010, han surgido multitud de iniciativas de este tipo por todo el mundo. Aquí en España, uno de los proyectos con más éxito es el servicio de DRT, que recoge y deja pasajeros según las necesidades de cada uno, que ofrece la Junta de Castilla y León. Este servicio ya ha llegado a más de 4 millones de personas que viven en zonas de baja demanda donde no es económicamente viable establecer una línea de transporte público fija.
• Los corredores digitales permiten eliminar la mayor parte del papel en los envíos de mercancías internacionales y además, evitan los desplazamientos físicos para realizar trámites en Aduanas. Gracias a plataformas que utilizan Blockchain e Inteligencia Artificial para compartir datos y crear una sola vista de registro de cada envío, el sector logístico está más cerca de la sostenibilidad.
• Vehículos sin conductor. Desde el sector privado se está trabajando en mejorar la tecnología de estos vehículos para que sean más seguros y cómodos para sus usuarios. La empresa Kaspersky ya ha integrado con éxito un sistema avanzado de conducción asistida (ADAS) en una unidad de control electrónico (ECU) instalada en un vehículo.
• Movilidad aérea avanzada. Aunque no va a ser cosa de días, cada vez está más claro que en las ciudades vamos a tener que convivir con vehículos aéreos no tripulados. Para entregas de última milla, para extinguir incendios e incluso como taxis.
¿Son compatibles estas soluciones con la protección del medioambiente?
Si se aplica la tecnología y la innovación en toda la cadena de movilidad y suministro, tanto en transporte de pasajeros como de mercancías, sí. Básicamente, lo que en inglés se conoce como Sustainable Supply Chain y Sustainable Mobility Chain.
Para lograr una movilidad urbana sostenible es necesaria la implicación de todos los eslabones de la cadena: ciudadanos, empresas y gobiernos. Esto significa, primero transformar el mercado con soluciones cada vez más respetuosas con el medioambiente. En segundo lugar, las empresas y los ciudadanos deben estar dispuestos a apostar e incorporar en su vida estas soluciones y las administraciones públicas, por su parte, deben facilitar que esto suceda.
En los últimos años han surgido proyectos, iniciativas, herramientas y empresas que trabajan de alguna forma para que la movilidad en las ciudades sea más sostenible y en los próximos años, se fijarán las bases para la movilidad del futuro. Puede que entonces ya no haya que hablar de movilidad sostenible porque la sostenibilidad sea una característica intrínseca de la movilidad.
