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Este país es el único que no utiliza semáforos

Su búsqueda de la felicidad tiene como pilares principales la práctica del desapego material y el rechazo a la tecnología.

Su búsqueda de la felicidad tiene como pilares principales la práctica del desapego material y el rechazo a la tecnología.
EFE

El semáforo es un dispositivo de regulación de tráfico que se encarga de controlar el flujo de vehículos y peatones en puntos determinados de una vía. Vemos decenas de ellos en nuestro día a día y su correcto funcionamiento resulta imprescindible a la hora de evitar accidentes. Por ello, resulta increíble que pueda existir un país en el que todavía no exista ni un solo semáforo.

Este país es Bután, ubicado al sur de Asia, en plena cordillera del Himalaya y colindante con China e India. Sus cerca de 780.000 habitantes circulan habitualmente sin la necesidad de que existan semáforos. Esto resulta posible porque la intensidad del tráfico es muy baja y este puede ser controlado simplemente por la acción de policías encargados de este sector.

Cultura de rechazo tecnológico

Además del bajo tráfico, la religión budista, practicada por más del 75% de la población, es una de las razones principales de la escasez de aparatos electrónicos como el semáforo. Este territorio vive aferrado a la vida tradicional y su cultura considera la tecnología como una interferencia para lograr la paz interior.

En el año 1972, el cuarto rey de Bután, Jigme Singye Wangchuck, instauró en el país una medida de desarrollo nacional poco convencional conocida como la Felicidad Nacional Bruta. Este modelo se basa en la desestimación de las cuantificaciones económicas habituales y sustenta el desarrollo socioeconómico del país en un reparto equitativo de los bienes, la conservación medioambiental y el rechazo a los estímulos externos.

La tradición está siendo olvidada

Hasta el inicio del siglo XXI, el gobierno de Bután no levantó la prohibición de la televisión e internet que tanto caracterizaba al país. Además, los teléfonos móviles existen en territorio butanés desde hace tan solo 20 años. No obstante, el avance del desarrollo tecnológico es aplastante y se ha ido apoderando durante estos últimos años de sus ciudadanos, dejando atrás el desapego material, uno de los pilares de esta misteriosa cultura budista.

En la actualidad, la mayoría de adolescentes de este país visten según la moda, dejando atras el "gho" y la "kira", sus vestimentas tradicionales. También viven pegados a las pantallas de sus teléfonos móviles de última generación y el aumento del número de bares nocturnos y discotecas hace que la juventud butanesa pase allí la mayoría de sus noches.

A causa de la modernización, han cambiado muchos aspectos que hacían único a este país. La escasez de utilización aparatos tecnológicos está desapareciendo día a día, por lo que no debería extrañarnos que, en un corto plazo, apareciese el primer semáforo en alguna calle de Bután.

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