Investigadores estadounidenses y griegos creen haber descubierto los restos de Helike, la ciudad que habría servido de inspiración a Platón para construir su mítica Atlántida, la tierra que se hundió supuestamente en las profundidades del mar. En el año 373, un terremoto seguido de una marejada anegó la urbe clásica, curiosamente centro de adoración de Poseidón, el dios de los terremotos y el mar.
Las ruinas de Helike quedaron sumergidas, y todos sus habitantes murieron. Pero durante siglos escritores como Plinio y Ovidio describieron cómo la ciudad podía verse. Durante doce años expertos de todo el mundo han intentado localizar la ciudad clásica sin éxito, hasta que una excavación en una llanura costera cercana a la ciudad de Aigion, a 72 kilómetros al noroeste de Corinto, ha permitido sacar a la luz lo que podrían ser los restos de la mítica construcción.
Por el momento han sido localizadas piedras de un camino pavimentado, muros de edificios, cerámicas clásicas y una moneda de bronce acuñada en el siglo V a. C. Para ello, se ha recurrido a la alta tecnología: sensores remotos como la “magnetometría” y los radares de penetración terrestre han permitido analizar los terrenos en los que habría estado ubicada la ciudad. Para viajar hasta la Grecia clásica, ahora sólo queda seguir investigando.
