L D (EFE)
Con una estética futurista, pero con ciertas influencias escénicas del cine expresionista alemán -no hubo signos neonazis ni fascistas, tal y como suelen aderezar sus últimos conciertos- el sexteto germano presentó su último trabajo "Mutter", madre en alemán, cuya portada, un feto, les ha acarreado más que algún otro problema de censura.
Con una sonoridad wagneriana, provocada por la voz cavernosa y satánica de su líder, Till Lindermann, y unos ritmos que entremezclan el metal con la música clásica, los sonidos industriales y el techno, el sexteto hizo las delicias de los más de 15.000 espectadores que se agolpaban frente al principal escenario del festival madrileño.
Los músicos germanos, que debutaron en 1995 con "Herzeleid, al que siguió "Serhnsucht" (1997), son el primer grupo alemán candidato a un Grammy y como tales llegaron al Parque de El Soto de Móstoles convertidos en estrellas del rock.
Con una sonoridad wagneriana, provocada por la voz cavernosa y satánica de su líder, Till Lindermann, y unos ritmos que entremezclan el metal con la música clásica, los sonidos industriales y el techno, el sexteto hizo las delicias de los más de 15.000 espectadores que se agolpaban frente al principal escenario del festival madrileño.
Los músicos germanos, que debutaron en 1995 con "Herzeleid, al que siguió "Serhnsucht" (1997), son el primer grupo alemán candidato a un Grammy y como tales llegaron al Parque de El Soto de Móstoles convertidos en estrellas del rock.
