
Si hace poco analizábamos Cosmic Detective, también con Jeff Lemire en el proyecto, y poníamos como referencia el parecido estético que tenía a la película Blade Runner, en esta ocasión este Primordial tiene guiños claros a una de las aventuras espaciales por excelencia, 2001: Una odisea del espacio. Nos encontramos ante un cómic que tiene como referencia la carrera espacial que protagonizaron durante la Guerra Fría la URSS y los Estados Unidos. Eso sí, con un toque muy diferente y reflexivo.
Antes de meternos de lleno en esta carrera, apartado técnico de la obra: Jeff Lemire al guion, Andrea Sorrentino al dibujo, cartoné tapa dura, 144 páginas, editorial Astiberri y un precio de 19 euros.

Vamos con la reseña
Una odisea espacial de Lemire y Sorrentino en plena Guerra Fría
¿Qué nos trae este Primordial? Nos trae la historia, basada en hechos reales en el inicio de la narración, de los dos lanzamientos espaciales que protagonizaron la URSS y Estados Unidos y que tuvieron como tripulantes a la perra Laika y a dos primates. El primer lanzamiento fue soviético con la perra Laika a bordo en 1957 y en 1959 Estados Unidos lanzó al espacio a un macaco llamado Able y una saimiri llamada Baker. Fue una carrera espacial entre las dos grandes potencias enfrentadas. Esta es la parte real. Esto pasó. Pero a partir de esa premisa histórica, Jeff Lemire coge las riendas de la narrativa y nos plantea varias cuestiones: ¿Y si no murieron en el espacio? ¿Y si alguien o algo se los llevó? ¿Y si varias personas en Estados Unidos y la URSS saben la verdad e intentan traerlos de vuelta?
Con el argumento mencionado en el párrafo anterior da comienzo una historia espacial que mezcla misterio, conspiraciones y ciencia ficción. La trama se dividirá en dos. En la Tierra, un científico estadounidense se dará cuenta de que después de la hora oficial de la muerte de los primates se registraron signos de vida minutos después. Eso sí, cuando quiere alertar de este hecho se dará cuenta de que ni mucho menos es un verdad cómoda para las altas esferas. En la URSS, más de lo mismo, pero con una protagonista femenina: la doctora que cuidó de la perra Laika. Ellos buscarán descubrir la verdad y, si es posible, traer con vida a los animales. Sus respectivos gobiernos harán todo lo posible por ocultar la verdad. Y cuando digo todo lo posible hablo de lo que sea necesario para eliminar la verdad.

Fuera de la Tierra, la narrativa se centrará en los animales y es en esta parte donde la ciencia ficción termina de desatarse de la mano de Lemire. Yendo de más a menos, pero sin perder calidad, el guion nos mostrará la relación vital y existencial entre estos animales cuyo principal objetivo es volver a la Tierra. Todo ello dentro de un contexto, presumiblemente extraterrestre, que les hará hablar entre ellos y descubrir sus principales miedos y objetivos.
El guion es bueno. Como es habitual en Jeff. Lemire, como venimos diciendo en otras reseñas, garantiza entretenimiento e historias interesantes. Su toque existencialista de la parte animal encaja bien con el tono de novela de espías de la parte terrícola y ambas historias se relacionan bien de principio a fin. Funciona, a fin de cuentas. Además, Lemire cuenta con un inspiradísimo Andrea Sorrentino a su lado. El italiano sumerge al lector en un espacio profundo, complejo, metafórico y existencialista. Sientes la diferencia entre estar en la Tierra y en el espacio.

El dibujo te guía por ambas tramas y lejos de pecar de exageración, Sorrentino muestra la grandeza de la ciencia ficción con splash page y grandes viñetas que son limpias y realmente espectaculares. No es sencillo tirar de espectacularidad sin caer en el exceso, sin embargo, Andrea sí logra llevarte a ese espacio ficticio, a esas naves misteriosas y a esos momentos fuera de la realidad que esta obra necesita para tener razón de ser. Es, sin duda, un gran trabajo visual.


El guion es bueno, el dibujo espectacular... ¿Tiene algún pero? Quizá se queda corto en lo que quiere explicar y resuelve rápido la premisa principal. Por eso he comentado que va de más a menos. Eso no le resta calidad, ni mucho menos, pero quizá se echa en falta algo más de profundidad en las capas que tiene la obra. Eso pensarán sobre todo aquellos que son fans de los finales cerrados a cal y canto, es decir, sin dejar al lector la posibilidad de interpretar parte de la trama. A mí, sin embargo, me gusta ese misterio. Me gusta que me dejen deberes interpretativos, pero como digo puede haber lectores que prefieran algo más cerrado.
Conclusión: este Primordial es una notable obra de ciencia ficción con toques históricos y conspiranoicos que puede unir a los fans de ambos mundos. Lemire cumple como siempre y Sorrentino realiza una de sus mejoras obras. La combinación es buena, la edición de Astiberri perfecta y sin duda gustará si la premisa te intriga. Disfruten de la lectura.

