

El periodista Robert Hardman, especialista en la Casa Real británica, ha querido traspasar las puertas de palacio para mostrar a la "verdadera Isabel II" en Vida de una reina 1926 – 2022 (Planeta), biografía que acaba de presentar en España. Hardman ha tenido acceso a documentos inéditos de los Archivos Reales y se ha basado en testimonios de casi todos los miembros de la familia real así como personalidades muy cercanas a la monarca para confeccionar un retrato político, social y personal de los sesenta años que ocupó su reinado.
Hardman describe una reina pragmática, práctica, realista y no sentimental. "Cuando comencé a escribir el libro, quería encontrar ejemplos de momentos en los que perdió la calma y no pude encontrar ninguno", asegura el biógrafo, que cree que ese "carácter casi imperturbable" es herencia de su padre: "Isabel II me dio acceso a los Diarios de Guerra de su padre y ahí descubrí cómo aprendió a ser reina. Siempre le admiró y amo. Ambos no nacieron para ser reyes pero se entregaron por completo. Ella aprendió en esos diarios cómo su padre gestionó las grandes crisis a las que se enfrentó Reino Unido, como la II Guerra Mundial, cuando estaban bombardeando el país". El periodista asegura que el lema de Isabel II fue "que la tormenta siempre pasa, por muy fuerte que sea, y al final aparece el sol", aprendizaje de Jorge VI.
Hardman también retrata a una mujer muy cristiana. "Muchas veces se ha infravalorado la importancia de su fe, pero ahí reside su facilidad para perdonar a ciertas personas. Explica por qué siguió hablando con el príncipe Andrés o con el príncipe Harry. Era una gran creyente que huía del conflicto".
Este libro refleja a una reina muy capaz, que dirigió una institución "con tintes victorianos desde la seriedad de mediados de los 50 hasta los desmelenados años del pop y la televisión en color, sin dejar de ser el gran activo del poder blando de Gran Bretaña".
Temía que Juan Carlos I fuera asesinado

En estas páginas se cuelan grandes mandatarios, como Juan Carlos I, quién la telefoneaba a menudo para pedirle consejo. "Isabel II estaba feliz de que la monarquía volviera a España, pero estaban muy preocupados porque creían que podía ser asesinado. He visto informes en los que se decía que la probabilidad de que el rey español llegase a anciano era de menos del 50%".
En lo personal, la década de los 90 fue devastadora para su ánimo, aunque nunca dejó que se notara públicamente. Ardió el castillo de Windsor y se produjeron las rupturas del príncipe Carlos y Diana de Gales y del príncipe Andrés y Sarah Ferguson. Después llegaría la muerte de Lady Di, marcando "la década más negra de su vida".

Sin embargo, nunca dejó de trabajar. Tampoco lo hizo en el "momento más devastador" de su vida, la muerte de su marido, Felipe de Edimburgo: "Había sido muy importante para el éxito de su reinado. Creíamos que la reina iba a empezar a apartarse, pero tan solo unos días después estaba cumpliendo con sus compromisos y trabajando. Recibió a los líderes mundiales en la cumbre del G7, por ejemplo. Hacia finales del año pasado ya estaba más apagada y débil, se dejaba ver de forma puntual".
Hardman considera que la reina murió tranquila por la continuidad de la corona británica, depositando toda su confianza en Carlos III. "La muestra es que dijo que Camila sería reina consorte. Zanjó el debate".
En cuanto a la crisis actual que atraviesa Reino Unido, Hardman cree que estaría muy preocupada tras la dimisión de Liz Truss. "Ella estaba ya enferma, no se sentía bien, pero se esforzó para nombrar a la Primera Ministra personalmente. Era muy importante para ella que volviera a funcionar Reino Unido", admite. "Ahora, estaría muy preocupada por su país". En cuanto al Brexit, considera que Isabel II fue "europeísta" y, por lo tanto, aunque nunca se pronunció al respecto, cree que no estaba de acuerdo con la marcha de Reino Unido.

