Todo apocalipsis tiene un inicio y toda secuela tiene una primera parte. Por eso vamos a recordar de qué estamos hablando para que nadie nos coma el cerebro antes de tiempo. ¿Qué es DCsos? DCsos es la obra de Tom Taylor que libera la Ecuación de la Antivida, una especie de virus tecnológico y biológico, que contagia a prácticamente la totalidad de la humanidad y los convierte en no muertos cuya única función es destruir la vida. Más claro aún: un virus que te enloquece, te mata y además te convierte en zombie. Y encima no solo contagia a los humanos sino también al los superhérores del universo DC.
A partir de aquí, spoilers. Avisados quedan. En el primer tomo de DCsos, que también analizamos aquí en su formato DC Pocket, Tom Taylor nos dejaba un carrusel de muertes inagotable, una derrota de los superhéroes tan clara como cruel y un exilio obligado fuera de la Tierra que parecía imposible de revertir. Ganaron los zombies. Ahora en este secuela, una ligera esperanza aparece en el horizonte y con personajes sucesores de los más míticos del universo DC, como el Superman de Jon Kent o el Batman de Damian Wayne, viviremos un retorno a la Tierra para curar a los humanos y conocer por otro lado el infierno que vivieron los pocos supervivientes que no pudieron huir del planeta. ¿Siguen vivos? ¿Han perdido la esperanza? Todo lo sabremos en este planeta muerto.
Antes de continuar con más detalles y la reseña, apartado técnico: guion de Tom Taylor, dibujo de Trevor Hairsine, contiene DCeased: Dead Planet núms. 1-7 USA, formato DC Pocket de ECC, 192 páginas y un precio de 9,95 euros
Vamos con la reseña
Misma idea, menos zombies y más desarrollo
En primer lugar me gustaría aclarar como hago siempre que esta secuela sí necesita de lectura previa del primer tomo. Es innegable. Aunque te hagan un completo recordatorio de lo ocurrido en el primero tomo bajo la premisa de "perdimos", Planeta Muerto necesita a mi parecer de una lectura previa del primer DCsos. Dicho esto, si te gustó la primera parte te va a gustar la segunda, porque repite la fórmula del entretenimiento puro y duro mezclado con un gran dibujo de Trevor Hairsine que hace de esta lectura algo muy divertido y muy ameno.
Sí es cierto que siendo la misma idea, la carnicería zombie de la primera parte aquí ya no lo es tanto. Taylor cambia un poco el modo de operar y ofrece más desarrollo quizá a costa de frenar el protagonismo de los muertos vivientes. Hay batallas, mucha acción, importantes splash page, pero todo más llevado a lo que rodea a los héroes y villanos más allá de los zombies. Si en el primer tomo los malos eran los zombies, aquí habrá un blanco y un negro que les deja a ellos en un tono más gris intermedio.
Gustándome el cómic, uno de los problemas que tengo con esta secuela, aunque me haya entretenido y me parezca atractiva para acercarse, más aún en este formato económico del pocket, es que para mí hay un personaje que si me lo sacas de su verdadera naturaleza, me matas y ese es John Constantine. Hellblazer, cuando le metes de lleno en el resto del universo DC y le conviertes más en un Doctor Extraño de la vida que en lo que verdaderamente le ha hecho grande, a mí me falla. Aquí tiene mucho protagonismo y pese a que Taylor consigue con sus diálogos y sus planes hacer que John sea un John reconocible en fondo, a mí la forma me falla. No solo aquí sino en otros productos en los que se le ha querido dar demasiada luz a un personaje que brilla en la más absoluta de las oscuridades y decadencias. Constantine es una pinta en un pub cutre, no una cerveza en un estadio de fútbol.
Pese al tema Constantine, hay otros personajes que por otro lado me han encantado. El nuevo Superman de Jon Kent es una maravilla. Tanto en su personalidad como en el diseño de su traje y de su apariencia. Lo mismo me pasa con Damian Wayne, que releva a su padre como Batman. Ellos sí me parece que ofrecen algo muy atractivo siendo novedosos en su forma y fondo. Sin duda, los Superman y Batman de DCsos bien valen un mordisco a este cómic.
Por otro lado, este cómic no pretende engañar a nadie. La idea de Taylor es la que es y siendo su toque algo macarra, alternativo y lleno de libertad fuera de la continuidad de DC, el lector ya sabe que es un cómic más para disfrutar que para volverse loco buscando una profundidad superlativa.
Conclusión: para lectores que disfrutaron de la primera entrega. Si no has entrado aún tienes que pasar antes por la recepción y no ir directamente a la cocina. Divertido y con más desarrollo a costa de menos zombies. Se gana por un lado y se pierde por otro. Digna secuela si tienes claro lo que vas a comprar. Si gustan, disfruten de la lectura.